Ingreso versus riqueza

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

El modelo neoliberal ha fracasado en América Latina porque no ha logrado su meta principal que sería la de consolidar un orden  jurídico- político basado en  el control del mercado y de la fuerza laboral y  en la disminución de la incidencia  del Estado en la redistribución de las riquezas.

Los gobiernos progresistas de la región tampoco han logrado promover un régimen basados en equidad social, igualdad de oportunidades y por consiguiente, fracasaron en garantizar que el crecimiento económico se torne en  desarrollo social.

En el universo neoliberal en la mayor parte del incremento del Producto Interno Bruto (PIB) se concentra en un grupo reducido de corporaciones o sectores  empresariales, pero los periodos de crisis se reflejan en agravamiento de los estados de pobreza, marginalidad y exclusión de  las amplias mayorías.

Duele decirlo, pero junto al neoliberalismo también ha fracasado el modelo  alternativo definido como progresista, como ha ocurrido en Chile, Bolivia, Argentina, Venezuela, Perú, Brasil y Ecuador.

Recientes estudios sobre  el comportamiento de la economía en América Latina plantean que en la región los gobiernos progresistas se afanan por redistribuir el ingreso, pero  han sido incapaces en  repartir riqueza, por lo que durante la pandemia del coronavirus, la pobreza se acrecienta de manera automática.

La Comisión de Estudios Económicos para América Latina (CEPAL) estima que cerca de 28 millones de latinoamericanos caerán en situación de pobreza extrema  a consecuencia de la pandemia. Tétrica estadística que  indica que  en el continente   se navega en círculo.

El ingreso público se nutre de fiscalidad, arancel, endeudamiento, donaciones, distribución de utilidades en participación del Estado en empresas  y ventas de bienes estatales, pero  relacionado con los egresos la cuenta se vuelve deficitaria o de relación negativa.

La redistribución del ingreso  no representa un instrumento viable para afrontar  con efectividad la pobreza y la marginalidad, porque la mayor parte de lo que le ingresa al Estado en un año se  emplea en gastos corrientes y pago de la deuda pública.

El Presupuesto General del Estado 2021 se ha estimado en poco más de un billón de pesos,  de los cuales más de 300 mil millones  están destinado al servicio de la deuda y otra parte significativa al pago  de salarios y otros gastos fijos, con lo cual queda muy poco para  la inversión social.

La mejor forma de entender que distribuir ingreso público no es lo mismo que  redistribuir riqueza, seria con el anuncio hecho por el Banco Central  de que  sus reservas internacionales ascienden a  las reservas internacionales brutas ascienden a US$10,750 millones, equivalente al 13.7 del PIB.

La presión tributaria es de un 14%, casi igual  a las reservas en dólares  del banco emisor, cuando en la región es de un 21%. Desde el otro día del ajusticiamiento de Trujillo hasta el 2019, el PIB dominicano aumentó en 80 mil millones de dólares, lo que indica que aquí hemos  distribuido ingreso, pero no riqueza.

JPM

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EL VIKINGO
EL VIKINGO
3 Años hace

Y cómo se llamará el ingreso derivado de hablar y escribir para defender un grupo político a cambio de que le depositen papeletas en una cuenta bancaria?