Ingenieros de Volkswagen confiesan haber manipulado motores desde 2008
BERLIN.- Varios ingenieros empleados por el gigante automovilístico Volkswagen (VW) han reconocido ser responsables de la manipulación de motores diésel de la compañía, un escándalo que saltó hace dos semanas.
Según publica la edición dominical del diario Bild -que no cita sus fuentes ni la identidad de los trabajadores- los empleados confesaron haber instalado el software para manipular los datos de emisiones en algunos motores a partir de 2008.
Al parecer, los servicios encargados de la investigación interna del caso, seísmo de magnitud mundial que sacude el sector del automóvil, «ya han recibido las primeras confesiones», según el Bild.
«Varios ingenieros han declarado haber instalado el software trucado en 2008», prosigue el diario, que precisa que estas confesiones -extraídas de una auditoría interna de la compañía- no han aportado luz sobre la identidad de quienes ordenaron instalar el software.
«No comentamos esta información», fue la escueta reacción de Volkswagen a través de un portavoz. «Informaremos apenas tengamos resultados consistentes».
Según el Bild, los ingenieros, que trabajan en el desarrollo de motores en la central del consorcio en Wolfsburgo (norte de Alemania), explicaron que en esos momentos el motor EA189, que estaban desarrollando desde 2005, estaba a punto de empezar a ser producido en serie.
Según las confesiones de los ingenieros, era técnicamente imposible fabricar este motor respetando a la vez los límites de emisiones de gases contaminantes y los imperativos de costes. Entonces se habría decidido recurrir al software para evitar que un proyecto que era de gran importancia para la compañía tuviera que ser paralizado.
El motor empezó a producirse en serie y no sólo para el mercado estadounidense sino para todo el mercado mundial.
El software
Según el Bild, además del software de la empresa Bosch fue utilizado también uno del autopartista Continental para los motores más pequeños, de 1,6 litros. «No tenemos indicios de que nuestra tecnología haya sido manipulada.
El software que suministramos no está en condiciones de manipular valores de emisiones», dijo un portavoz de esta empresa.
El periódico agrega que en el caso del software de Bosch basta con realizar una actualización del sistema en el taller, a diferencia del del sistema de Continental, cuya solución será más costosa porque exige el recambio de los inyectores.
Según el periódico, hasta ahora las investigaciones no han arrojado ningún indicio de que el ex presidente de Volkswagen Martin Winterkorn -que tuvo que dimitir por el escándalo– estuviera al tanto de las manipulaciones.
En cambio, el rotativo asegura que uno de los más estrechos colaboradores de Winterkorn, Ulrich Hackenberg, está en la mira de la investigación interna y se sospecha que no sólo estuvo al tanto de la manipulación, sino que dio la orden para que ésta se realizara.
El grupo imputa la responsabilidad de la manipulación a «un pequeño grupo de personas» -según dijo el nuevo presidente de la compañía, Mathias Müller, al asumir el cargo- y ha suspendido a algunos empleados.
La prensa menciona la cifra de una decena, entre ellos el jefe de actividades e investigación y desarrollo de la filial Audi.
La manipulación de los datos de emisiones en los motores diésel de Volkswagen ha desatado un escándalo que puede costarle al consorcio multas por miles de millones de euros.
Precisamente, este domingo el presidente del Parlamento Europeo, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, ha declarado a varios diarios regionales alemanes que el escándalo es un «duro golpe para toda la economía alemana».
La canciller alemana, por el contrario, despejaba estos temores. «Creo que la reputación de la economía alemana y la confianza en la economía alemana no se han visto sacudidas por esto hasta el punto de que no seamos considerados un buen lugar para los negocios», aseguraba Angela Merkel en una entrevista radiofónica.
Fuente: EL MUNDO
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