Hong Kong y las falsedades del Partido Comunista Chino

Cuando a los regímenes autoritarios de nuestra época sus oprimidos súbditos les exigen mas respeto a sus derechos y una mayor cuota de libertades individuales y políticas, dichas dictaduras acuden –tratando de descalificar sus exigencias–, al desgastado argumento de la conspiración extranjera, presuntamente urdida, según esos tiranos modernos de orientación comunista, por los Estados Unidos. Ahí está como ejemplo el gobierno dizque democrático del irracional Nicolás Maduro. Régimen dictatorial que al igual que el de Cuba, ha hecho decenas de absurdas denuncias de conspiraciones extranjeras. Todas supuestamente dirigidas por los Estados Unidos, el ex presidente colombiano, Álvaro Uribe u otro quien se le haya ocurrido. Con la salvedad de que ni siquiera una de las supuestas conspiraciones, ha sido probada y mucho menos ejecutada. Siguiendo ese guion de falsedades, y con respecto a las protestas que hace varias semanas mantienen miles de jóvenes de Hong Kong contra la falta de libertad política y de democracia que padecen, bajo la dictadura comunista que gobierna a China por mas de 6 décadas; un “periódico” estatal chino –tenia que ser estatal, porque no hay prensa independiente– culpa a los norteamericanos de promover tales actos contestatarios. En un comentario de primera plana, el People’s Daily, pasquín órgano del Partido Comunista Chino, en su edición internacional, dice que el National Endowment for Democracy, un grupo sin fines de lucro, con sede en Washington DC, se involucró en las protestas en Hong Kong como parte de una supuesta estrategia estadounidense de minar a gobiernos extranjeros en nombre de la democracia. Pero no obstante la manida denuncia del diario oficialista, se sabe que la desobediencia civil prolongada que llevan a cabo los valerosos jóvenes chinos, está relacionada con el escaso protagonismo de la próspera antigua colonia británica , en la elección de su gobierno local , por lo que estos exigen el derecho de ellos poder ser los electores directos de sus gobernantes. O por lo menos tener mas peso en la elección de sus líderes; sin que mucho tenga que ver, como hasta ahora, el régimen comunista. Como preludio a estos acontecimientos, la historia nos cuenta, que China había cedido con carácter indefinido, la isla de Hong Kong a los británicos, tras la primera guerra del Opio, por medio del Tratado de Nankín de 1842. Pero, a 140 años de aquel histórico acontecimiento, en el año 1982, comenzaron conversaciones entre China y Gran Bretaña, acerca del futuro de Hong Kong. Debido al acercamiento de la fecha –1 de julio de 1997–, del fin del contrato de arrendamiento a los británicos, de nuevos territorios anexados a Hong Kong, que comprendían parte de la península de Kowloon y la isla de stonecutters, que se había firmado tras la segunda Guerra del Opio, por medio de la Convención de Pekín de 1860. Con la declaración conjunta firmada por China y el Reino Unido el 19 de diciembre de 1984 en Pekín, China se comprometió a que, bajo la política “un país, dos sistemas”, el sistema económico socialista de China no se aplicaría en Hong Kong. Por lo que ésta respetaría el sistema legal allí existente, antes del traspaso de soberanía por un plazo de 50 años, hasta el año 2047. Bajo ese histórico compromiso, China solo se haría cargo de la política exterior y la defensa del territorio. Sin embargo, como podemos ver hoy, China no honró ese compromiso de respetar las leyes vigentes de la ex colonia británica, y en violación a lo convenido, están aplicando sus odiosas leyes dictatoriales, donde no aceptan ningún tipo de disidencia política ni respetan los valores democráticos. Debido a esto, los chinos de Hong Kong, acostumbrados en el pasado, –aunque eran una colonia– a no vivir pisoteados, han decidido revelarse contra sus verdugos, que paradójicamente son de su misma raza, pero férreos dictadores comunistas de nuevo cuño –ahora aburguesados–, enemigos acérrimos de las libertades. joseflandez@hotmail.com

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