Héctor Acosta vs. El Torito

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El Torito.

La reciente intervención en los medios de comunicación televisivos del cantante Héctor Acosta (El Torito) ha ocupado mi interés. No se trató de una declaración externada por un dominicano con opiniones alejadas de los intereses políticos partidarios. Quien se pronunció fue un político de amplias militancias primero en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y ahora sus simpatías están con el Partido Revolucionario Moderno (PRM) por afectos entrañables con el expresidente Hipólito Mejía Domínguez.

No cabe duda que El Torito es un artista con simpatías importantes en grandes públicos a quienes sus espectáculos o canciones pueden causarle algún tipo de frenesí o de excitación emocional. Esos efectos o sentimientos alguna organización política o movimientos verdes, amarillos, grises o negros creyó que debían ser aprovechados con fines políticos para tratar con ello de minar la credibilidad  del presidente Danilo Medina.

Las emociones, tal como son las respuestas afectivas se manifiestan a través de nuestro sistema límbico, según hallazgo realizado en 1878 por el médico y científico francés Paul Brosa. De acuerdo a este descubrimiento científico, el sistema límbico está situado «debajo de la corteza cerebral y está formado por el tálamo, el hipotálamo, la amígdala cerebral y el hipocampo».

EL AUTOR es abogado. Reside en Santiago de los Caballeros.
EL AUTOR es abogado. Reside en Santiago de los Caballeros.

La interesante investigación del doctor Brosa determinó que el cerebro y el corazón están relacionados, puesto que el corazón palpita a ritmo diferente en función de las emociones que nuestro cuerpo siente, pero es el cerebro el que tiene el mando. Y no todo el cerebro, sino una parte muy concreta: el sistema límbico.

Existe una diferencia entre las emociones o simpatías que generan los artistas Toño Rosario, Juan Luis Guerra y Héctor Acosta. También los públicos o admiradores que estos cantantes atraen con su música o sus cantos son distintos en función de clases sociales.

La gran masa de admiradores que tienen El Torito y Toño están en las clases media, media baja y baja. Juan Luis, en cambio, su mayor aceptación está, pero no exclusivamente, en las clases media alta y alta de la sociedad dominicana. Sin embargo, cuando se trata de una fiesta bailable El Torito y Toño ocupan casi todas las clases sociales, no así Juan Luis, que penetra poco más o menos un público más selecto cuyo placer es disfrutar del espectáculo y escasamente baila su música.

Según nuestra propia investigación, al PRM se le ha dificultado lograr penetrar con éxito o tener algún tipo de dominio o control importante en las capas superiores del «grupo verde» y en ciertas ONGs que participan activamente en acciones políticas contra la supuesta  impunidad de la corrupción, porque estos grupos prefiere por el momento presentarse frente al país como apartidista y sin una ideología definida.

De acuerdo a informaciones recogidas el día de la marcha verde en Santiago el PRM o más bien Luis Abinader fue enfrentado en Santiago a la altura de la calle de El  Sol por un ala contraria. Este incidente no fue publicado en la prensa

Otro aspecto importante que no debo dejar de destacar en este trabajo es el siguiente: El movimiento verde ha estado perdiendo fuerza relativa y falta de adhesión justamente dentro del segmento poblacional en la que El Torito tiene  aceptación y ascendencia como artista, no como político. En este aspecto podría darse una contradicción, pues cada vez que Héctor Acosta ha intentado enarbolar un proyecto de candidatura a un cargo electivo no ha encontrado respaldo en su natal Bonao.

Es posible que debido al factor descrito anteriormente, o sea, debilitamiento lento pero sostenido del «grupo verde» a nivel nacional haya una nueva estrategia entre el PRM y este  grupo. Es aquí cuando surge la idea dentro del PRM de presentar a Héctor Acosta (El Torito) para que en su calidad de artista con popularidad entre las clases media, media baja y baja de la sociedad haga un pronunciamiento en la televisión nacional que cree cierta intranquilidad en  la población al quejarse públicamente sobre la inseguridad ciudadana, el desempleo y la delincuencia en el país. Sobre todo, la inseguridad ciudadana cuyo desarrollo no fue enfrentado en sus inicios por ninguno de los gobiernos que ha tenido el país. Pero urge enfrentarla.

Frente a la creciente criminalidad que se iba desarrollando aceleradamente en la sociedad dominicana ninguno de los gobiernos se dieron cuenta que guardar la basura debajo de la alfombra no arreglaba la cosa y que por dura que fuera había que afrontar la realidad como aparece en aquella obra aleccionadora titulada «Lecciones aprendidas, enfrentarse al pasado» de la escritora y gran novelista alemana Marie Ferrarella.

¿Qué falló en la estrategia de imagen en la presentación televisiva de El Torito? Al presentar a Héctor Acosta vestido de traje y corbata leyendo un teleprompter se notó que el lenguaje empleado era artificial, no había naturalidad expresiva ni un discurso libre o espontáneo, lo que hizo que la intención del mensaje perdiera fuerza. Además, en esta escena El Torito parecía más bien la imagen de un burgués que la de un artista popular.

Error en la misión de El Torito

Lo primero que se habría pensado originalmente fue presentar a El Torito, el artista popular y, en cambio, mostraron un Héctor Acosta aburguesado. Lo que se quería lograr con la denuncia hecha por El Torito contra el Gobierno perdió efecto mercadológico. Hubiese tenido mejor impacto si se hubiese escogido a un comerciante medio, por ejemplo un dueño de colmado de algún barrio populoso del país o a  un mensajero que transporte remesas, que son los que con mayor frecuencia son asaltados.

Principio clásico de una misión

Según el pensamiento clásico de misión este concepto está directamente asociado a un motivo o una razón de ser por parte de una organización, una empresa o una institución. El motivo se enfoca en el presente, es decir, es la actividad que justifica lo que el grupo o el individuo está haciendo en un momento dado. Por ejemplo, en el caso específico de este análisis la misión de Héctor Acosta (El Torito) era crear un sentimiento de simpatía entre sus admiradores a través de un mensaje cargado de miedo por la inseguridad, la preocupación razonable de la ciudadanía ante la delincuencia y la crisis social causada por el desempleo en la República Dominicana.

Misión y objetivo específico de El Torito

El objetivo de esta misión especial de El Torito era fundamentalmente tratar de mejorar con su mensaje el débil posicionamiento actual o la caída lenta que está teniendo el «grupo verde» dentro de las clases media baja y baja de la sociedad dominicana donde este grupo no ha conseguido penetrar como se esperaba. La carta era El Torito, no Héctor Acosta, como erróneamente se hizo.

Los casos Odebrecht y Punta Catalina

El hecho de que los casos Odebrecht y la Termoeléctrica Punta Catalina no se mencionara como grandes problemas de corrupción se debió a que ambos casos han ido perdiendo el interés del público por sobresaturación, aunque todavía se oye y se oirá hablar de estos dos temas de manera esporádica en la prensa.

Además, las subclases sociales a las cuales se pretendían motivar en el spot de televisión denunciando al Gobierno y enfatizando sobre el caso de los supuestos sobornos en la contratación de la termoeléctrica Punta Catalina este tema no les interesa a los pobres, ni a la clase media baja y baja. Este segmento de la sociedad solo ve que cuando esté terminado totalmente este proyecto va a tener electricidad y podrá ver sus novelas o programas favoritos de la televisión.

Conclusión

Pienso que el activismo del «grupo verde» mantendrá su ritmo pero con menos intensidad, por lo que se espera que en los próximos meses se observen menos manifestaciones callejeras porque los sectores económicos que financian los movimientos verdes reducirán sus aportes y esta medida podría afectar sensiblemente sus activismos en el país. Esto no quiere decir que aparezcan en las calles del país fragmentaciones de los verdes, cuyo talón de Aquiles hasta hoy ha sido la pobreza de su discurso, un discurso poco sincero y que se queda en una impunidad que no toca fondo, lo que lo desvincula de las verdaderas raíces y contradicciones que por años golpean a la parte más vulnerable del pueblo dominicano, un pueblo merecedor de un discurso muy distinto a la impronta de un verde que no es un verde puro, pues una serie de ONGs inmediatistas lo contaminan y el oportunismo de gente que se cree líder al vapor crea un teatro de suspicacia y confusiones, cuya escena más reciente el pueblo acaba de verla en la pose de El Torito contra El Torito.

JPM

 

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