Haití en llamas (OPINION)

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

La crisis haitiana es sumamente peligrosa para el país. Hay que  alejarla de nuestras fronteras. Los guardias deben mantener su estricta vigilancia en el área en que se dividen los dos países. Esta guerra civil de baja intensidad puede amenazar también la paz en la República Dominicana.

Bajo ninguna circunstancia el gobierno debe poner tropas dominicanas a dar respaldo o apoyo logístico a una intervención multinacional en Haití. Tampoco en el territorio nacional se deben establecer campamentos de refugiados.

Aunque parezca odioso e inhumano,  debe ser rechazado que se instalen en el país hospitales de campaña para dar asistencia médica a los que resulten afectados por las acciones de la fuerza interventora, liderada por los kenianos.

La frontera debe estar blindada con una cordón de acero sintetizado en los guardias dominicanos. Los acontecimientos internos de ese país deben ser vistos desde este lado de la frontera. La inseguridad actual puede llevar a masas desamparadas a buscar refugio en territorio seguro.

De ahí, que para evitar  ser desbordados por los acontecimientos, el gobierno dominicano debe aplicar acciones de emergencia y de zafarrancho en la línea divisional. Ya no hay gobierno en Haití que pueda establecer control de esta anarquía.

En una fuerza interventora que va en plan de conquistadores, se impondrá  la fuerza, lo cual significa más desgracias para ese país. Nunca una intervención militar ha sido salvadora, ni afincado la democracia.

El más reciente ejemplo fue la acción bélica  bajo el manto de las Naciones Unidas, que ocasionó miles de muertos, violaciones sexuales, abusos, atropellos, desarticulación del ejército y de la policía, para dar pie a estos pandilleros.

En el área local, con los desordenes del otro lado de la frontera, hay que ampliar los controles  migratorias. Cientos de miles de haitianos que viven en territorio nacional podrían ser un peligro muy especial, si se dan enfrentamientos entre antisociales y el ejército dominicano.

Hay que  dar más fuerza a la política migratoria, y que todo haitiano ilegal en el territorio nacional, sea inmediatamente deportado hacia su país. Ahí el gobierno tiene que contar con la colaboración del sector empresarial.

En parte, los empresarios con la utilización de mano de obra no calificada y barata, son los responsables sobre la llegada de cientos de miles de indocumentados, que hoy son difíciles de controlar. ¿Se puede mantener a flote la economía dominicana sin utilizar esa mano de obra barata?.

jpm-am

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