Haiti, el país de las ONGs
PUERTO PRINCIPE.- Entrevistamos a Gulin Bonhomme, profesor haitiano e investigador para la paz, aprovechando su estancia en la Universidad de Castellón donde amplía sus estudios en el máster de Resolución de Conflictos y Cooperación al Desarrollo. Gulin nos hablará ampliamente sobre su país, su historia y el desamparo en el que se encuentra tras el terremoto sufrido en enero de 2010. La Historia Fue el primer país negro que logró la independencia en enero de 1804, hoy es el más pobre de toda América. Se trata de una isla dividida en dos desde que franceses y españoles se la repartieron en 1697. “Mientras que la esclavitud fue el sello francés al oeste de la isla, los españoles exterminaron a la población indígena y para poder continuar con la explotación del cultivo de caña, se apuntaron a al tráfico de esclavos que trajeron desde Guinea Bissau, Senegal y otros países africanos. Haití producía más azúcar que todas las demás colonias francesas juntas gracias al trabajo esclavo.” La sociedad estaba dividida en tres clases: los blancos y mulatos, hijos de los colonos, que dirigían el aparato político, los hombres libres que habían logrado comprar su libertad y los esclavos. “Los primeros querían obtener los mismos privilegios que los ciudadanos de la metrópoli, los hombres libres poder acceder al aparato político y los esclavos dejar de serlo.” Los esclavos hablaban varios idiomas pero el único oficial era el francés, los que no lo hablaban quedaban excluidos. Entre los esclavos se inventó el haitiano criollo para entenderse entre ellos y que es hoy lengua co-oficial del país. Bajo el liderazgo de Louverture, los esclavos consiguieron vencer a las tropas de Napoleón y finalmente lograron su libertad en 1804. Sin embargo tras alcanzarla, comenzaron las luchas internas por el poder. “Una vez obtenida la independencia, el país se consideró como una potencial amenaza para otros países ricos que también tenían esclavos. Los haitianos habían peleado porque no querían depender de la metrópoli y se les obstaculizó para que tuvieran que pagar una deuda y no pudieran ser realmente independientes. De este modo decidieron castigar y aislar a los haitianos condenando al país a pagar 170 millones de dólares (unos 20 mil millones de hoy) por su independencia. Haití tuvo que dedicar todo su trabajo y la producción de su economía a pagar esta deuda, lo que dejo al país estancado y con una inestabilidad política brutal.” Cuando en 1862 los Estados Unidos, con Lincoln como presidente, reconoce su independencia ya es tarde, en 60 años el país ha sufrido las consecuencias del retraso por no poder subirse al carro de la revolución industrial. En 1915 aparece en escena EEUU para ofrecerse a pagar la deuda con Francia y apoyándose en su ejército trata de controlar las aduanas. Bajo la sombra estadounidense el país evoluciona en una situación de exclusión social generalizada, sin escuelas y con los opositores políticos exilados. “Hay continuas revueltas contra la ocupación yanqui y para controlar esta situación sube al poder François Duvalier, conocido como Papa Doc. Se trata de uno de los dictadores más terribles de Latinoamérica con grupos de paramilitares a su servicio y que cuenta con el apoyo de Estados Unidos con el que pacta una alianza anticomunista que se prolonga de 1957 a 1971 y que continuará su hijo, Jean Claude Duvalier, hasta el 86.” Baby Doc acaba exilado y cuando se esperaba una democracia tras la marcha del heredero de la dictadura, los Tomacu, un grupo paramilitar y policial, se queda sin líder y comienzan a actuar impunemente. En las elecciones de 1986 matan a los opositores y se establecen en el poder hasta 1990. Ya desde mediados de los 80 habían comenzado las movilizaciones ciudadanas de base inspiradas en la Teoría de la Liberación. En 1990 Jean Bertrand Aristide, un sacerdote de esta corriente religiosa renovadora, sube al poder. “La teoría de la liberación se basa en que los oprimidos y los pobres son los que dios debe proteger y dar justicia, por lo que se generó cierta esperanza. Sin embargo, un nuevo golpe de estado en el que mueren más de 5 mil personas, lo derroca en menos de un año.” Los EEUU con Bush padre en el gobierno, establece un embargo como medida de presión y trata de apoyar la subida de militares al gobierno. Una situación más tranquila se da momentáneamente en 1994, con libertad de expresión y prensa y la vuelta de Aristide. Sin embargo durante su exilio en EEUU el religioso ha cambiado y empieza a preocuparse por enriquecerse. “Comienza a privatizar empresas, aplica el neoliberalismo, favorece la corrupción, comete infracciones en materia de derechos humanos y forma su propio grupo paramilitar. La gente vivía con el miedo, sin atreverse a expresarse, en un contexto de ataques constantes a la oposición política que se daban con total impunidad.” Se produce una nueva oleada de convulsión social y política que hace que los EEUU intervienen de nuevo en escena para controlar la situación. “Secuestran al presidente Aristide y se lo llevan a Sudáfrica. No habían quedado contentos con él en su intento de utilizarlo para implantar el neoliberalismo en la isla. El país era una referencia mundial para el tráfico de drogas mientras la gente moría de hambre. Un despropósito reflejado en la construcción de escuelas sin que existieran profesores cualificados para dar clases. “Actualmente más de la mitad de la población haitiana es analfabeta y el 90% de la educación está en manos privadas sin posibilidades de acceso para la mayor parte de la población. El desempleo es del 80%. El interés estratégico de Haití en medio del Caribe hace que nada pueda hacerse sin el consentimiento y la supervisión de los EEUU. En este sentido las intervenciones han sido constantes. “Ya en 1986 Haití producía arroz suficiente para alimentar a toda la población. Con la llegada de las políticas neoliberales se bajaron los aranceles del 30% al 2% y el arroz pasó a ser tan barato que los agricultores no pudieron competir con el arroz que importaba estados unidos y se marcharon a la capital como desplazados internos por esta violencia económica.” FUENTE: Rebelión