Grupo paramilitar «La mano» aterroriza la nación

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

El grupo paramilitar y parapolicial más conocido y rememorado por el pueblo dominicano fue La Banda, que sobresalió desde el momento de su inicio, en abril de 1971, por desplegar sus actos destructivos sin demorarse en diferenciar lugares y personas agredidas, irrespetando incluso el santo fuero religioso, como se manifestó en el asalto perpetrado contra la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, de Villa Juana, en la Semana Santa de ese período.

Pero poco antes de la novedosa presencia de este grupo salvaje, se sintió en el país la atemorizante incursión de una banda criminal llamada La Mano, que produjo mucho daño en el ámbito político y que durante algún tiempo fue el principal instrumento de represión del Estado; sobresaliendo por su accionar clandestino y por la tenacidad en el rastreo y ubicación de los disidentes del régimen político, los cuales eran  perseguidos y asesinados.

La Mano llevó a cabo su acción terrorista de modo incesante y desafiante a principios de la década de los años 70, viéndose el presidente Joaquín Balaguer forzado a admitir su existencia y reconociendo que la nación sufría “en carne propia” ese mal, aunque prometía enfrentar a los incontrolables aplicando las resoluciones de la OEA en esa materia, y advirtiendo que esos hechos ocurrían en cualquier lugar del mundo y “no por ineficiencia de los servicios policiales, sino porque era imposible mantener un control absoluto sobre la delincuencia”.

“Tratamos de evitar el terrorismo y reducirlo a su mínima expresión, y para ello el gobierno utilizará todos los medios a su alcance para develar cualquier intentona en gran escala como la ocurrida en los últimos días”, señalaba entonces el jefe del Estado.

Sus expresiones fueron motivadas por un acto de terrorismo que se produjo el miércoles 1ro. de julio de 1970: el sangriento atentado en la residencia del señor José Desiderio Ares Maldonado, dirigente del PRD,  en el que murió el joven Julio Guzmán y fue gravemente herido su padre, el ingeniero José Delio Guzmán, quien recibió nueve balazos en su cuerpo, que lo colocaron al borde de la muerte. El lugar de los hechos era visitado con frecuencia por los máximos líderes del partido blanco, el profesor Juan Bosch y el doctor José Francisco Peña Gómez, quienes estuvieron allí poco antes de los sucesos, dando pie a que se pensara que el atentado fue contra ellos.

La tragedia en la residencia de la familia Ares-Guzmán estremeció la sociedad dominicana. Era la segunda ocasión en el año 1970 que las fuerzas incontrolables actuaban contra una figura pública. La primera fue en el mes de marzo, cuando dinamitaron el carro del periodista Juan Bolívar Díaz Santana, un acto de terror atribuido al grupo “La Mano”, en el que habría participado el sicario César Marino Reyes (El Cerdo), quien se asiló en la embajada de México, admitiendo su filiación terrorista y ofreciendo amplios detalles sobre dicha trama.

BOSCH

Sobre este hecho se pronunció el profesor Juan Bosch, presidente del PRD, quien acusó a La Mano de ser el grupo causante del atentado criminal y de urdir una nueva trama contra la vida del periodista Díaz Santana, que involucraba la voladura de la emisora Radio Comercial, donde el comunicador dirigía el noticiario Noti-Tiempo. Unos días más tarde, éste dimitía como director de ese medio, señalando que su renuncia “se hizo moralmente inevitable ante el cúmulo de presiones, amenazas y actitudes chantajistas recibidas”; y enfatizando en que su dimision “de ninguna forma era una huída, sino que ha sido precisamente por responsabilidad. En cualquier parte y en todas las circunstancias seguiré sirviendo a la verdad, denunciando las injusticias y demandado respeto a la dignidad humana…”

Bosch reclamó del gobierno voluntad para resolver este caso, señalando que era su obligación proteger la vida y los intereses del propietario de la emisora y garantizar la libertad de expresión y de críticas de Noti-Tiempo. Este planteamiento fue respaldado de inmediato por el secretario general de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), bachiller Hatuey De Camps.

Pero no sólo había la necesidad de proteger a la familia Ares Guzmán, sino que también requerían custodias los líderes del PRD, que eran sin duda los objetivos principales del terrorismo local.

Por eso un editorial del periódico vespertino Ultima Hora abogaba por la concesión de una escolta a Bosch, destacando como una de sus cualidades que era una figura política muy controversial que generaba “tan ardientes pasiones a su favor como llameantes pasiones en su contra”; y el presidente Balaguer respondió reiterando su ofrecimiento de una custodia militar al expresidente, diciendo que sólo esperaba que Bosch encontrara una residencia donde instalarse con su familia, para proceder a enviársela, aunque aclaró que no intervendría en su selección porque correspondía al líder opositor tomar parte en la escogencia de su escolta, pero éste declinó aceptarla.

Esa actitud de Balaguer fue saludada por varios funcionarios de su gobierno y personalidades de la vida política que estaban muy preocupados por la violencia, los cuales llevaban tiempo mediando y promoviendo un entendimiento al más alto nivel del liderazgo político; aunque estaban convencidos de que los dirigentes, tanto del PRD como del Partido Reformista, estaban ajenos a ella. Sin embargo, temían que de continuar corriendo la sangre y enlutando a la familia dominicana, la militancia de ambos partidos se enfrascaran en una lucha sin cuartel y de agresión interminable.

OTROS HECHOS

Después de una tensa calma de varios días, el terrorismo volvió a pasearse de modo impune  sobre la ciudad, al producirse el martes 28 de julio la voladura del vehículo de un reconocido odontólogo en el garaje de su residencia en la avenida Sarasota de Santo Domingo; este era el doctor Frank Cabral Calcagño, entonces dirigente del Partido Quisqueyano Demócrata (PQD) y luego uno de los hombres de confianza del régimen de Balaguer en materia de seguridad del Estado.

La Mano 2Unos días después, el martes 4 de agosto, ocurrió el atentado contra la vida del ex combatiente constitucionalista, Eliseo Andújar (Barahona), quien era del equipo de Seguridad del doctor Peña Gómez y miembro del PRD; al que le metieron seis balazos en su cuerpo, luego de ser perseguido por dos terroristas armados de pistola 45 y revolver 38 hasta el interior de su vivienda en la calle José Gabriel García No. 60, en Ciudad Nueva; donde se defendió como pudo junto a su esposa, lanzando a sus atacantes platos con spaguettis,  frascos de champú y algunos jabones.

Ante el resurgimiento del terrorismo, Bosch amenazó con divulgar los nombres de los integrantes de La Mano, e informó que esa  organización clandestina fue formada por miembros del llamado “frente oligárquico” dominicano, en estrecha colaboración con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de los Estados Unidos, y que tenía entre sus miembros a personas que habían ocupado cargos públicos. Y afirmó categóricamente que “La Mano” mantenía contacto permanente con los miembros de la CIA en el país, teniendo en su interior a cubanos exilados e ilustrando sobre la formación en Miami de una organización pública con el objetivo asesinar a los líderes latinoamericanos que supusieran vinculados con la izquierda. “Sabemos perfectamente y todo el mundo sabe en América Latina que esos cubanos están financiados por el gobienro norteamericano”, indicó.

En esos días circuló un volante en la Capital firmado por La Mano, con el ofrecimiento de cinco mil pesos por la cabeza del líder opositor, preferiblemente muerto; se consumaba el atentado contra la residencia de Ares Maldonado y se rumoraba un plan de secuestro contra León Bosch, el hijo mayor del líder político.

Bosch condenaba el terrorismo considerando que esa arma política sólo había conducido a la implantación de dictaduras férreas y culpaba al gobierno de Balaguer de que el PRD estuviese siendo el blanco de los terroristas, por su discurso presentando a la organización y a sus líderes “como los comunistas más peligrosos, los traga-niños, traga-hombres más feroces que se han visto en la faz de la tierra”. Dijo que esa prédica oficial estaba “creando un sentimiento de odio contra el PRD en varios sectores de las Fuerzas Armadas”, pero que no creía que el terror obedeciera “a un plan específico para lanzar al PRD a una acción armada”.

Luego del planteamiento del profesor Bosch, el procurador general de la República, doctor Anaiboní Guerrero, informó que estaba investigando el atentado contra la residencia de los Ares-Guzmán  y el intento de asalto al vehículo del señor Máximo Ares García, fundador del PRD en el exilio, cuyo chofer fue detenido por dos individuos fuertemente armados con ametralladora y fusil, en la proximidad del Conservatorio Nacional de Música, quienes se limitaron a lanzar amenazas a nombre de La Mano contra el reconocido político y luchador antitrujillista, que en el año de 1963 se desempeñó como diputado y embajador de Venezuela, en representación del gobierno de Bosch.

La Mano tuvo como precedente a una organización de igual nombre que operó en Guatemala y que fue responsable del asesinato en 1949 del teniente coronel Francisco Javier Arana, tío del presidente Carlos Manuel Arana Osorio, a quien se sindicaba como un agente trujillista Aquella organización paramilitar de derecha tuvo integrada por militares, policías, veteranos de las fuerzas armadas, comerciantes, terratenientes y políticos que usaron el terror como arma de lucha, para detener los cambios sociales e impedir los avances sociales, económicos y culturales en Guatemala.

De su lado, La Mano dominicana entró en actividad alentada y protegida por funcionarios del gobierno, teniendo siempre sus dedos y sus uñas metidos en los departamentos oficiales y en los cuarteles.

La información más amplia y precisa sobre la naturaleza criminal de ese grupo, la proporcionó el periodista Julio César Martínez, quien en uno de sus artículos en el periódico Ultima Hora señaló que en 1970 había llegado al país un ciudadano guatemalteco, ex oficial, veterano de La Mano de allá que ha sido contratado por La Mano de aquí “para entrenar en la técnica del terror y del crimen a los integrantes nativos”. Señalando que esa “sociedad ultrasecreta” contaba con suculentos fondos económicos y bélicos para actuar en total impunidad, y alertaba sobre la creación de circunstancias muy desagradables, que conducirían a una hecatombe total, si no se procedía con dureza, “no ya por las autoridades superiores, sino también por la ciudadanía entera”.

La Mano 1El secretario de Interior y Policía, Juan Arístides Taveras Guzmán, no descartó la posibilidad de que detrás de La Mano estuvieran fuerzas extracontinentales empeñadas en obstaculizar el avance del Gobierno por medio de una labor conspirativa y subversiva, y consideró que el terrorismo era enemigo de todos y que era responsabilidad de todos combatirlo.

Por su parte, el doctor Alfonso Moreno Martínez, ex candidato presidencial y principal líder del Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC) reclamaba una acción “perseverante, enérgica y responsable” de parte de las autoridades para terminar con el terrorismo, y criticaba que éstas fueran muy rápidas para ejercer acciones contrarias a los derechos de los trabajadores -como la violenta represión contra los trabajadores de la Falcombridge y de la mina de Mata Grande-; mientras eran muy lentas y muy poco efectivas frente al terrorismo.

Pero el pronunciamiento más enérgico y conmovedor fue hecho por el secretario general del PRD, doctor José Francisco Peña Gómez, al señalar que la Policía se había convertido en una asociación de malhechores, aunque reconociendo que en sus filas había muchos oficiales y rasos que cumplían sus obligaciones correctamente; y alertaba sobre la realidad de que los actos de terror se estaban sucediendo de modo frecuente, pudiendo facilitar el derrocamiento del gobierno de Balaguer.

Una de las últimas actuaciones de La Mano fue su comunicado del jueves 17 de diciembre de 1970 advirtiendo que podía ser asesinado el diputado Federico -Chichí- Mateo, del Movimiento de Integración Democrática Antirreleccionista (MIDA), por haber introducido en el Congreso un proyecto ley de amnistía a los presos políticos y advirtiendo también que esa organización se encargaría de ejecutarlos en el caso de ser amnistiados, ya que éstos eran vulgares terroristas que dirigían desde la prisión los comandos que operaban en el país; y mencionaban entre los comandistas el nombre del estudiante José Bujosa Mieses (El Chino).

MUERTES

La Mano 3En el curso del año 1970, además de la violencia propiciada por La Mano y los incontrolables, se sintió la ejecutada por agentes de la Policía, que estuvieron presentes en muchos crímenes atroces como las muertes de Francisco Tiburcio Germán, Elmindo Gómez Santana, el excombatiente constitucionalista Elpidio Zarzuela,  el pastor evangélico Marcos Thomes García, Nicolás Morel, Nelson de la Cruz, Abraham Martínez, Freddy Antonio Martínez Alegría, Juan González, Mario Perdomo Monteagudo, Marino de Jesús y Antonio Maduro.

También fueron muertos los jóvenes Luis Arnaldo Melo Ubiera, estudiante de la UASD y el obrero Danilo Antonio Maduro, quienes fueron asesinados presumiblemente en la Capital y dejados abandonados en  la zona industrial del sector de Herrera.

Otros hechos trascendentes ocurridos en 1970 fueron los crímenes de Otto Morales Effres y Amín Abel Hasbún, líderes del Movimiento Popular Dominicano, ocurridos en fechas 16 de julio y 24 de septiembre; y el asesinato del comunicador y productor radial Enrique Piera, acaecido en la noche del 9 de octubre. No han sido tratados en el presente trabajo porque no estuvieron asociados con La Mano, cuyas actividades en sentido general hemos querido recordar.

JPM

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