Fuerte como la muerte el amor

 

Hablando con  muchas personas, he hecho la siguiente pregunta, ¿existe el amor? La respuesta de la mayoría, equivalente a un 80%, es que no hay amor. Esto me ha llevado a analizar, que la vida es más dura por la ausencia de éste. En realidad, como el amor no es innato, muchas personas nunca han aprendido a amar, ya que esa virtud se aprende en el hogar. Si los padres no recibieron amor, ni lo aprendieron en la sociedad, cómo esperar a que ellos amen y enseñen a sus hijos a amar.

«Amor n. m. (lat. amorem). Afecto por el cual el ánimo busca el bien verdadero o imaginado, y apetece gozarlo: amor a la verdad. 2. Sentimiento que atrae una persona hacía otra: amor apasionado»… Dicc. l.E. 2000.

Una vida sin amor no experimenta la satisfacción más profunda del ser, ni encuentra la realización del mismo. Por lo que, es una vida vacía y sin rumbo social ni espiritual. La persona que ama, expresa con sus acciones la pureza de un espíritu altruista. El amor es capaz de afectar cada parte consciente de la persona, la cual se exterioriza mediante actos visibles y dentro del bien. Pocas personas han amado en la vida, pero las que lo han hecho son bien recordados por sus semejantes.

La presencia de crímenes pasionales y de venganzas que se han oídos en los últimos años, son evidencias de la ausencia del amor, en las parejas matrimoniales. Se culpa al machismo, porque son más los hombres que matan a mujeres, que mujeres que maten a hombres. Pero, en realidad hay muchos matrimonios que no dejan que surja el amor, sino que quienes los forman se unen más por la apariencia física que por el amor. Lo físico es lo primero que atrae a la persona, pero lo que debe justificar el matrimonio es el amor; la belleza física, tiende la tendencia a desaparecer, pero el amor a solidificarse.

El amor del hombre hacía la mujer, o viceversa, lo que se llama amor eros, es evidenciado en la vida de las personas, como la búsqueda de la felicidad de la otra persona, y a la vez, es como puede satisfacer su propia felicidad. El sabio Salomón, rey de Israel, escribió: «Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor»… Cant. 8:6a.

El amor de Dios, llamado el amor filial, fue demostrado en el momento en que Jesucristo murió en la cruz, por causa de la humanidad, la cual había caído de su condición moral, a una situación de esclavitud. Por eso, el apóstol Pablo escribió: «Mas Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» Rom. 5:8. El objeto de este amor fue conceder vida eterna a los creyentes en él, como está escrito: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» Jn. 3:16.

El amor es el remedio del alma, y la liberación del cuerpo. Sólo el que ama sabe vivir en paz con Dios, con su prójimo, y consigo mismo. El que ama no se detiene en las faltas de los demás, sino que busca ayudar a éstos a superarlas. Todos los que ejercen la vida política deben llenarse de amor hacía el pueblo, para que de esa manera puedan construir situaciones políticas que beneficien al pueblo. Pero, primero tienen que aprender a amarse entre ellos mismos, para poder pensar y actuar con amor hacía su prójimo.

 

El amor se nutre de palabras, pero sobretodo de hechos. El amor fraternal, o ágape, está demostrado sólo sí se toma en consideración  a quienes nos necesitan. El apóstol Juan escribió: «En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad» I Jn. 3:16-18.

Por lo antes visto, el amor es más fuerte que la muerte. El que ama no escatima esfuerzos para causar el bienestar de los demás. Juan Pablo Duarte, nuestro padre de la Patria, no sólo sacrificó sus bienes, sino también su vida social y apasionada, para dedicarse a la formación sobre la libertad de su pueblo, y más tarde fue capaz de renunciar a la primacía de éste, para sostener la concordia entre sus conciudadanos. Más fuerte fue su amor por la Patria, que sus bienes, su tiempo, su gloria, y su vida. Ya Jesucristo, había dado el ejemplo de morir para salvar la humanidad creyente en él. Ambos murieron sin riquezas y solos, pero lograron sus objetivos. Dios le bendiga.

ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
2 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios