Fidel Castro: el Chapulín contra el ébola
Hay un conocido refrán español que reza: «Genio y figura hasta la sepultura». En esta breve pero precisa reflexión de la sabiduría popular, esta nos indica que hay individuos que conservan su carácter y forma de ser durante toda su vida. Ese es el caso de Fidel (Hipólito) Alejandro Castro Ruz. Es una de esa personas que, a pesar de estar ya frente a las puertas del averno por estar cerca el final de su malvada existencia, sigue siendo el mismo ser protervo y astuto que engañó hace 55 años no sólo a un pueblo sino a gran parte de la humanidad que esperaba un cambio positivo en la Cuba de Fulgencio Batista Zaldívar. La referencia viene al caso porque actualmente el mundo se encuentra nervioso, asustado e impactado por una enfermedad virulenta que se ha desarrollado en la parte más humilde del Africa Occidental y que, en vista del desplazamiento que tienen los seres humanos hoy en día en los barcos, aviones, trenes y demás medios de transporte masivos, el mal se ha esparcido ya a otras naciones, poniendo en riesgo las vidas de seres muy lejanos del foco de infección. Eso ha originado pánico a nivel mundial. Frente a esa coyuntura y ante la necesidad que tienen la gente de que se encuentre una rápida solución al problema sanitario, hay personajes políticos que, al igual como hacen los marineros que van en el mástil de un barco, están oteando de todo cuanto sucede en el horizonte, para como se dice «pescar en río revuelto» . Ese es el caso del sátrapa cubano que alejado del poder, tiene ahora todo el tiempo disponible en la tranquilidad de su confortable y segura casa en Cuba para escribir sus «Reflexiones» y ver en cuáles circunstancias mundiales él sigue esparciendo sus acciones políticas interesadas, hipócritas y con ribetes de doble sentido. Al sátrapa cubano le embriaga su álter ego en aparecer ante los ojos del mundo como el salvador de la humanidad; algo así como una especie de «El Chapulín Colorado», ese personaje clásico ya de la televisión mexicana y de su creador Roberto Gómez Bolaños que tanta alegría ha llevado a la niñez de la América Latina y hasta de los propios adultos. Ha sido siempre la consecuencia de creerse un ser superior a todos, indispensable para los demás, único e irremplazable. Es algo típico en los personajes ególatras y mesíanicos como él. Hay que estar claro en una cosa: Fidel (Hipólito) Alejandro Castro Ruz, nunca hace nada que no sea para un beneficio de su imágen política, de su gobierno o de su proyección mediática para el consumo local y mundial. Fue por eso que tan pronto surgió la crisis de ébola, hizo público a nivel mundial el haber enviado a médicos cubanos para obtener protagonismo mediático a los ojos del mundo. No obstante ello, ya los Estados Unidos habían enviado más de 400 militares entre médicos, enfermeros, ingenieros, equipos médicos, laboratorios móviles y medicinas, etc. No se vió a Barack Obama escribir al New York Times para decir eso. Fidel Castro el real: Fue es que puso al mundo al borde del cataclismo nuclear en la llamada «Crisis de los misiles » en octubre del 1961, al enfrentarse las dos superpotencia de la época de la «Guerra Fría», por tratar Castro de permitir instalar en territorio cubano bases para misiles nucleares rusos apuntando a territorio estadounidense. Fue el que envalentonado con el apoyo soviético envió más de 60,000 soldados cubanos a intervenir en la guerra civil en Angola en Africa, mediante la «Operación Carlota», llegando esa cifra a la cantidad de más de 400 mil cubanos entre médicos, ingenieros, educadores, etc. Esta conducta contrasta con los socialistas que tienen una epidermis muy sensible ante cualquier ingerencia en sus asuntos de política interna como ha sido el caso patético de Venezuela. Fue el que permitió que el zar de las drogas colombianas Pablo Emilio Escobar Gaviria , utilizara a Cuba como punto de trasiego de los estupefacientes que enviaba a Miami, de acuerdo al testimonio escrito por el lugar teniente del capo Jhon Jairo Velásquez Vásquez (a) «Popeye» en su libro «El verdadero Pablo. Sangre traición y muerte» escrito en el 2005 junto a la periodista Astrid Lagarda. Fue el que diseminó en las décadas de los 60 -80 por toda la América Latina y el Caribe, focos guerrilleros para tratar de derrocar gobiernos, conllevando con ello a la muerte de miles de jóvenes que se encantaron como las serpientes cobras cuando «escuchan» el sonar de una flauta, muy peculiar en la India y Marruecos a pesar de que como sabemos, los ofidios son sordos. Fue el mismo Fidel Castro, cuando en dos ocasiones invadió a Venezuela con la finalidad de apoderarse de su petróleo y de vengarse del desplante en sus pretensiones del combustible gratis por parte del presidente Rómulo Ernesto Betancourt Bello. La primera fue en el 1960 gobernando Betancourt y la segunda fue el año 1967 cuando desembarcaron en el pueblo costero de Machurucutu y gobernaba para la época Raúl Leoni Otero. !! Este es el mismo señor que habla de la no «ingerencia» en los pueblos !! El Fidel demagogo actual: Este es el Fidel Castro viejo, cansado, sin el respaldo soviético ni chino del que gozaba en la Guerra Fría. Con una economía en ruina, una nación pobre y menesterosa si la comparamos con la vida que llevan otros ciudadanos en muchos países de América. Una revolución que respira y aún vive por el oxígeno que le brindó el coronel golpista, vil y traidor Hugo Rafael Chávez Frías, el cual entregó a la gerentocracia cubana la soberanía de la patria de Sebastían Francisco de Miranda Rodríguez. Sin fuerza ya ni protagonismo en la historia actual, se escuda en sus «Reflexiones» que escribe en el periódico «Granma» para desde allí querer que los demás hagan lo que él piensa o cree y, de paso, hacerse del centro de atención mundial y el «Chapulín» que salvará a la humanidad del ébola. El mismo Fidel hipócrita que desde sus «Reflexiones» solicitó al musulmán nacido en Hawai y presidente de los Estados Unidos, «Que no apretara el botón nuclear» haciendo referencia a la postura de este sobre el enriquecimiento de uranio en Irán. De la misma manera, es el cínico que llama a Israel en su reciente crisis en La Franja de Gaza, «A detener la masacre en contra del pueblo palestino»; pero nunca ha dicho nada sobre los más de 180,000 muertos en Siria en la dictadura de Bashar al Assad; ni tampoco se ha pronunciado sobre los miles de cohetes que dispara Hamas hacia territorio israelí. Al parecer de Castro, los niños, mujeres y ancianos sólo existen en La Franja de Gaza y en la mal llamada «Palestina», pero no en Israel. Ahora, su última faceta histriónica escrita en sus «Reflexiones» y titulado «La hora del deber» es invitar a Barack Obama a » Unir esfuerzo dejando las diferencias políticas para enfrentar al terrible ébola». Es obvio que Castro desde hace tiempo está cortejando a Obama para propósitos definidos a su favor. Lo de la ayuda médica ha sido la última flor lanzada a Obama. Yo pienso que el mayor peligro para los Estados Unidos no es el ébola, sino Barack Hussein Obama. Los Estados Unidos no necesitan de los médicos cubanos. La ciencia médica norteamericana es muy superior tanto en conocimientos, tecnología y en capacidad económica y logística. Todo médico cubano para ejercer en norteamérica, debe revalidar muy bien. Fidel podrá impresionar con su medicina primaria a muchas naciones del Caribe , Africa y Sur América, pero no a Estados Unidos y Europa. La dictadura castrista no hace nada gratis y siempre es con un trasfondo político y comercial. En una publicación reciente en el diario «BBC», se demuestra que el pueblo cubano no está de acuerdo con el envío de los médicos cubanos para combatir el ébola en Africa, debido a que temen que el mal llegue a la isla. Por demás, han notado que los galenos han descendido en cantidad y calidad debido a «las misiones en Venezuela, Africa, Bolivia y Brasil» para generar divisas al estado cubano. Esas misiones médica de Cuba, constituye un pingue negocio para la dictadura castrista y además, es la manera en que los médicos cubanos pueden ganarse un dinerito extra para hacerle frente a sus pobres vidas bajo el régimen comunista. Basta decirle que un galeno cubano gana mensualmente en la «Isla de la Felicidad» la miserable suma de US$80.00 dólares mensuales. Esa cantidad se la gana diariamente en las calles de New York, un campesino ilegal mexicano vendiendo «coquitos». Ya Fidel no exporta guerrillas, ahora exporta médicos y educadores . Solamente en el 2011 los ingresos por los servicios médicos prestado a Bolivia, Brasil, Venezuela y Africa, les reportaron unos US$6,000 millones de dólares, quedándose los hermanos de terror con la tajada mayor y el resto para los hijos de Hipócrates, lo cual, comparado con los que les paga el estado es un buen dinero extra. Para finalizar, hay que señalar que la formación de los médicos cubanos ha sido puesta en tela de juicios en muchas naciones, como por ejemplo en Chile, Costa Rica y en el mismo Brasil, cuando los cubanos han buscado su revalidación de sus estudios. Es visible que los médicos cubanos ejercen sus labores en esos países en zona apartadas, rurales y muy pobres y raras veces en capitales o ciudades importantes. Castro tienes dos objetivos claros frente al musulmán Barack Obama antes de este último dejar el poder. El primero, es lograr que le sea levantado en embargo comercial (no el bloqueo que nunca ha existido) a la isla. Basta leer la insistencia del diario The New York Time en ese sentido, fruto del puro lobbismo cubano. Y el segundo objetivo, es que se levante la prohibición de viajar a los norteamericanos a Cuba. De esa forma, completan un cuadro económico perfect ingresos millonarios por la «solidaridad médica cubana», la entrada de productos norteamericanos e intercambio comercial con EE.UU y, por último, el turismo «yankee capitalista» generaría ingresos que se sumarían a los dólares que envían de Miami «la gusanera cubana». No cabe duda: ! El mundo no cuenta con su astucia !