Escudriñar bien a los políticos

No todos los políticos merecen mi atención ni mi voto. Esa afirmación parece muy categórica y además, tendenciada. Sin embargo, aunque ese aserto parece terminante, concluyente, nada más lejos de la realidad que eso. Cabe preguntarse entonces, ¿cuál es la base sobre la que se cimienta tal  posicionamiento?

Para mí, particularmente, la política es un medio de servir a los demás de manera desinteresada, una forma de entregarse por amor a una gran mayoría que necesita orientación y dirección, basada en sabiduría, en justicia y en acciones que favorezcan al bien común.

Cuando observo y analizo el comportamiento, los pronunciamientos, la forma de hablar, la forma de hacer propaganda de los políticos, me doy cuenta que proyectan una visión contraria de la política a la que he señalado en los primeros párrafos.

¿Cuál es el sentido de cambiar? Es lógico que si vamos a hacer un esfuerzo de cambiar algo, es para que el cambio sea verdadero, pero hay que tener cuidado, se puede producir un cambio verdadero hacia atrás o un cambio verdadero hacia delante, lo que significa que no puede ser cualquier cambio.

Tenemos que aprender a ser libres. Un paso importante para ser libres es poder detectar cuándo la información es falsedad con careta de verdad, y cuándo la información es verdad con careta de falsedad.

Pero, ¿cómo aprender a hacer eso?  Hace más de dos mil años una persona cuyo nombre es Jesús, llamado el Cristo, propuso un método bastante audaz y sencillo, dijo: “por sus frutos los conoceréis”.

El método que utilizan los políticos de hoy para alcanzar sus objetivos de poder, es la manipulación, disfrazan la realidad, distorsionan la verdad y fabulan los acontecimientos; para tales fines, utilizan todos los medios modernos que permiten llegar al consciente y al subconsciente  de las personas.

De esta manera crean una percepción falsa de la realidad. Engañan a los receptores de la información divulgada, con el único fin de ganar el favor de la gente mediante la manipulación de sus mentes.

En esta tarea, no les importa dañar reputaciones, empañar la imagen del país, afectar imágenes de pequeñas y medianas empresas, dificultar emprendimientos, confrontar para destruir y crear ambiente de odio, les importa solo el poder (el fin justifica los medios).

En el proceso, van sembrando semillas que generan sentimientos que son adversos al desarrollo emocional sano de los individuos y de la sociedad. Estos sentimientos son: odio, venganza, desaliento, pesimismo, violencia, desasosiego e incertidumbre.

Nadie que genere o que trate de generar en mí esos tipos de sentimientos para ganar mi confianza y mi apoyo, merece tomarse en cuenta.

Aprendamos a evaluar a las personas por sus frutos. Lo mismo que sabemos cuándo un árbol está enfermo por los tipos de frutos que da,  podemos también llegar a conocer, cuándo una persona está enferma por los frutos que esta proporciona.

La forma de expresarse, la forma de evaluar, la forma de dirigirse a sus contrarios, la forma de considerar las realizaciones y las propuestas del contrario, la forma de hacer sus planteamientos de cambios, te pueden decir si un político merece tu atención y tu apoyo.

Con sus acciones, con sus pronunciamientos, con sus comportamientos y, principalmente, con sus frutos, es que las personas dan señales de lo que serán cuando lleguen a lograr los objetivos de poder que pretenden.

Aprendamos a detectar las señales, para que nuestras decisiones no sean tomadas producto de la manipulación. Aprendamos a buscar, escudriñar y conocer la verdad, para poder ser libres, pues, como fue dicho una vez: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.

jpm