Enemigo en las parejas
Definimos parejas como la unión de un hombre y una mujer, sea bajo matrimonio o bajo unión libre.
Los que vivimos en pareja sabemos que siempre existirán diferencias en nuestra manera de pensar, sentir y actuar. Lo que hace mucho más interesante y divertida la relación. En estas líneas no entraré en detalles de esas simples, cotidianas y hasta sanas diferencias en las parejas. Mas bien me concentraré en lo que desde mi punto de vista puede resultar ser el peor enemigo en una pareja, los “problemas económicos”.
Históricamente el varón viene condicionado a ser proveedor en la pareja. En la actualidad, las parejas modernas, comparten gastos, ambos aportan para el mantenimiento de la casa, etc.…pero esto no cambia la condición de proveedor que trae el varón como un chip incrustado en el cerebro. Son proveedores y esto los hace sentir plenos y felices, aunque digan lo contrario.
¿Cuándo se convierte en enemigo número uno el aspecto económico en una relación?
Cuando la mujer gana mas dinero y aporta más al mantenimiento del hogar. Esto genera en el varón un conflicto interno pues va en contra de su condición natural de proveer en el hogar. Yo particularmente, no lo veo como machismo, mas bien lo veo como algo natural, históricamente hablando e inclusive, bíblicamente hablando.
Pero no abundaré en este aspecto. Lo cito solo para dar un poco de luz a algunas mujeres que no se explican la actitud del compañero porque ella aporte más a la casa, gane más o tenga un mejor puesto en su trabajo. Al igual, lo cito para que aquellos hombres que no entienden porque se sienten hasta rabiosos frente a esta situación, cuando su pareja produce mas que él.
Me concentraré en cuando el hombre, por alguna razón no puede proveer ya sea a su pareja o a su familia. Aquí es que la puerca retuerce el rabo, como se dice popularmente. Cuando este varón no puede ser lo que de manera natural esta condicionado a ser. Aquí este hombre siente una inmensa frustración que se traduce en: mal humor; agresión; depresión entre muchas emociones y actitudes que va generando la impotencia y el no poder cumplir su rol en esa familia o relación.
Se convierte en el enemigo numero uno en esa relación ya que entonces se genera un conflicto de pareja, donde inicia una guerra, una batalla que pareciera que solo se resuelve disolviendo esa relación. La mujer siente que no puede ni respirar ya que hasta eso le molesta a su pareja. El hombre se siente presionado por esta mujer, que sin querer y sin entender que le pasa a su pareja, empieza un acoso natural para saber que le sucede.
No pasa más que, este hombre no puede proveer y es suficiente para perder el poder, el control, y a veces sienten que pierden hasta su hombría.
Yo les diría a esas mujeres que atraviesan situaciones como esta, que es momento de ser COMPAÑERA. Es el momento de dar el espacio necesario al la pareja, y de tratar de hacerlo sentir comprendido y apoyado. Es momento de proporcionarles soluciones, sin hacerlos sentir inferiores ni haciéndolos sentir nuestros hijos; sino mas bien como compañeras en este caminar, tratando de hacerle sentir y ver que estas ahí para apoyarlo y hacer los cambios necesarios para atravesar esa crisis momentánea.
“Los cambios necesarios”, esa frase liberará a tu pareja de la presión que siente de no poder seguir dándote lo que siempre te ha dado. Que él sienta, que no importa si hay que cambiarse de casa, si hay que vender un vehículo, si hay que cambiar los hijos de colegio, si hay que cambiar el estilo de vida. Cuando tú como compañera lo liberas de esto y le ayudas a redireccionar las prioridades en tu hogar, ese hombre vuelve a la vida.
Cuando este hombre no siente apoyo, sino mas bien la presión y las exigencias de que debe seguir proveyendo, las consecuencias pueden llegar a ser fatales…desde iniciar un proceso de tomar prestado sin saber de donde pagará, hasta el suicidio.
Es importante señalar a los hombres que comuniquen a su pareja la situación económica que atraviesan, si es que ella la desconoce.Que acepten con amor y humildad esa mano de apoyo y amor que tu pareja te ofrece. Eso no te hace más pequeño, por el contrario te hace un gigante. Y eso es una pareja. Caminar juntos en las buenas y en las malas, literalmente.
No permitan, hombres y mujeres, que algo tan irrelevante como los cambios materiales, afecten una hermosa relación, un caminar juntos. Una familia, tu relación con Dios, y todo aquello que regularmente va en picada cuando le damos poder a lo económico por encima de lo espiritual, por encima del amor, o por encima de la familia. Por el contrario, es el momento de fortalecer la relación, de unirse, de entregarse a la divina providencia, de amarse más y de respetarse.
Tiempo de crisis es tiempo de crecimiento y unión. Tiempo de amar lo que se tiene y agradecer por lo mucho o lo poco que tenemos.
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