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En la frontera ¿muro del gobierno o de empresas?
No voy a referirme a las razones históricas que motivaron la división de la Isla. Es una realidad. R D y Haití son dos naciones diferentes en cultura, valores, música, religión, idiomas, tradiciones, etc. En lo económico, RD ha logrado mas desarrollo. Los haitianos cruzan la frontera, buscando una vida mejor. Entran con facilidad. Hay pocos controles. Todos los días cruzan cientos ilegales. Trabajan en lo que aparezca, en cualquier condición y por cualquier precio.
Su mano de obra barata es demandada y apreciada por empresarios agropecuarios, de la construcción, etc. No importa que estén o no documentados. Pocos piensan en la soberanía, en las consecuencias de esa invasión pacífica, silente. Con costumbres diferentes, desplazan la mano de obra dominicana.
Para frenar la llegada de haitianos ilegales, se han hecho todo tipo de propuestas: reforzar el control en la frontera, asegurarse de personal honesto, que solo entren los que están documentados, que repatríen los ilegales, levantar un muro a todo lo largo para dificultar su entrada.
El gobierno decidió Regularizar los que viven en el país. Definieron los procedimientos y requisitos. Establecieron centros de Regularización en todo el territorio nacional. Asistieron miles de haitianos. Amanecían en largas filas. Con rostros cansados, hambrientos, con niños en los brazos, eran una muestra de la miseria en Haití. El proceso duró diez y ocho meses. Reportan que más de 288 mil, se registraron en el plan. Quedan miles más.
Al observarlos me preguntaba ¿Cómo es posible? ¿Quiénes se benefician de su entrada ilegal? ¿Por qué no lo ayudan a ser felices en su hábitat? Regularizar este mar de haitianos no es la solución. Es frenar su entrada ilegal. La fecha para regularizarlo terminó. Aseguran que siguen entrando por una frontera abierta, sin controles, donde sus vigilantes sucumben ante el dinero.
Previo a la Regularización, debieron taparse los huecos. Debió construirse un muro a todo lo largo de la frontera. En eso debieron invertir los miles de millones de este plan. El muro logra hacer más difícil la entrada de ilegales.
Todo parece indicar que la flexibilidad para su llegada, obedece en parte a complacer empresarios criollos. ¡Basta de ser complacientes!. Debe pensarse en toda la nación, no en beneficiar un grupito. Algunos solo están atentos a sus negocios.
Empresarios acaban de anunciar que en mes y medio iniciarían la construcción de naves industriales, de infraestructura, para el desarrollo de
la frontera dominico-haitiana, a lo largo de la línea divisoria de ambos países. Deben ser cuidadosos, amarrar bien el proyecto, pues esa infraestructura puede ser utilizada de puente.
¿Están los empresarios pensando en la soberanía? ¿En ayudar las dos naciones? o ¿En sus negocios?. ¡Se la juegan!. Parecería que andan detrás de mano de obra barata y del mercado haitiano. Ante el plan de regularización, han decidido acercarse y guiñar los ojos al gobierno. Me preocupa. Esa infraestructura es de doble filo. Fuera maravillosa para dos naciones con políticas claramente definidas.
¿Y si sus empresas hacen de muro en la frontera? Sería estupendo. Pueden construir las empresas pegaditas, en la misma línea fronteriza y con las puertas de entrada y salida hacia Haití. ¡Un muro empresarial!. De esta manera, consiguen “cooperar con el desarrollo de esa nación”, acceso a mano de obra barata y demostrar generosidad.
Bueno, los empresarios deben actuar con cautela. Ir a pescar en río revuelto no es recomendable. El gobierno puede armarse de coraje, pensar en la soberanía y verse precisado a construir un muro difícil de derrumbar, que controle definitivamente la migración ilegal.