OPINION: En busca de nuevos capitales y rendimientos
Los sectores productivos regularmente requieren de capitales, materias primas y recursos humanos para llevar a cabo sus actividades inherentes de producir bienes y servicios a favor de consumidores ávidos de calidad, buenos precios, garantía y facilidad de pagos de sus adquisiciones.
En lo que concierne a los recursos financieros o capitales, las empresas, a los fines de financiar sus operaciones recurren con regularidad a distintas fuentes de financiamiento siendo las más socorridas los préstamos bancarios, las emisiones de instrumentos financieros a largo plazo (bonos, letras y notas), emisiones de acciones comunes u ordinarias, acciones preferentes y el uso de las utilidades retenidas o no distribuidas a sus accionistas, lógico, financiamientos que tienen costo de capital.
El dinero, por supuesto, tiene un precio o costo que requiere honrarse periódicamente pues no hay financiamiento sin costo, a menos de que de que el dinero no sea otorgado en donación, pues de no ser así el dinero se deprecia en el tiempo debido a los cambios que experimentan los precios, los tipos de cambio, la producción, entre otros factores de la economía.
Ahora bien, el costo promedio ponderado de las diferentes fuentes de financiamiento a las que recurren las empresas debe ser menor o igual a la tasa interna de rendimiento o en su defecto la tasa de rendimiento requerida o tasa valla debe ser mayor a la tasa de rendimiento esperada.
De lo contrario los proyectos a ser financiados por las señaladas fuentes de financiamiento no tendrán razón de ser ejecutados ya que los mismos no les agregaran ningún valor a las empresas en el mercado y mucho menos no les reportan beneficios a estas a los fines de incrementar la riqueza a sus verdaderos dueños o accionistas ordinarios.
No es un secreto que los mercados financieros proveen recursos frescos a las empresas a través del mercado de dinero, el mercado de divisas y el mercado de valores. Este último transa operaciones financieras de rentas fijas y variables.
Las de rentas fijas ofrecen menos riesgos a los inversores ya que el rendimiento no fluctúa y las cuales tienen un tiempo limitado mientras las de rentas variables se encuentran vinculadas al vaivén de las utilidades o pérdidas de las empresas y son de mayor tiempo.
A raíz del crecimiento de las empresas estas requieren de más capitales de costos bajos o apalancamientos o uso de fondos o emisión de activos financieros de costos fijos a los fines de que estos permitan a las empresas manejar con éxito sus finanzas.
El mercado de valores de la República Dominicana, a pesar de ser un mercado incipiente y de menor operatividad que otros mercados de la misma naturaleza, este comienza a repuntar como una gran opción de captar y colocar capitales, donde inversionistas y requirentes de fondos acuden, a los fines de multiplicar sus ahorros y de financiar sus operaciones productivas.
En los últimos años, se ha escrito, opinado, analizado y comentado sobre la necesidad de transar operaciones financieras de rentas variables a través del mercado de valores de la República Dominicana, ya que los que priman son instrumentos de renta fija a los fines de que el abanico de los riesgos en las inversiones se diversifiquen y aumenten las alternativas de inversión y de rendimiento de parte de los usuarios de este mercado.
El hecho de emitirse instrumentos de rentas variables requiere de las empresas que estas transparenten todas sus operaciones, específicamente las financieras, con el propósito de llevarles la mayor confianza a los inversores y sus instrumentos financieros puedan ser autorizados para su emisión de parte de la Superintendencia de Valores del país.
Para sorpresa de todos los vinculados al mercado de valores acaba de surgir hace unos días una empresa dominicana, que como pionera, emitirá acciones o instrumentos financieros de renta variable, lo cual es un gran reto para dicha empresa pues tendrá que exponerse de forma transparente a futuros inversores a través de un fideicomiso de oferta pública por un monto de hasta RD$8,000 millones.
Lo anterior significa que los inversores al asecho de aumentar sus ahorros y las empresas requirentes de más capitales para financiar sus operaciones tendrán una nueva alternativa de hacer negocio a través del mercado de valores.
Pero lo expuesto en el párrafo anterior no se queda ahí, pues el indicado mercado ya se prepara para realizar operaciones financieras de otra naturaleza, tal el caso de la titularización de activos subyacentes como carteras de crédito sobre las cuales serán emitidos títulos valores que podrán ser vendidos a otros inversores, aumentando la liquidez de los bancos, los préstamos al sector construcción, los empleos, la demanda interna y por supuesto la disminución del costo del dinero.
De manera, que se debe aplaudir que el mercado de valores dominicano esté saliendo ya de su letargo, al abrirse nuevas ventanas de financiamiento y que inversionistas y usuarios de capitales encuentren nuevas opciones de negocios financieros a través de este importante mercado que tanto coadyuva con el crecimiento y el desarrollo económico y social de un país.
Ahora se espera que las autoridades financieras y tributarias creen las condiciones apropiadas para que estos nuevos instrumentos financieros alcancen su madurez a favor del bienestar del país.
felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com