El valor de la prudencia
La ocasión es oportuna para abrazarnos al valor de la prudencia, como hermanos, en momento en que tenemos el privilegio de concluir un año marcado por sombras y luces que motivan a contribuir a que sea mejor el período que se avecina aplicando las buenas acciones.
Lo anterior implica valorar nuestro quehacer de manera individual y en el caso que se estime pertinente multiplicar todo lo bueno para que repercuta en el bienestar de los demás.
Nada es tan excelso como la buena voluntad con corazón y mente despejados del egoísmo y la maldad. Es entonces cuando se enaltece tu espíritu mediante hechos a favor del bien común.
Tú simple actuación positiva es modelo para multiplicar y producir los cambios propios en hombres y mujeres de bien, debido a que tú prudencia ilumina la razón.
Nada mejor que la renovación a la entrada de un nuevo año a los fines de resurgir forrado de optimismo y no dejarse malear por circunstancias adversas de ninguna índole.
Es que el valor de la prudencia es tan estimable que enaltece a quien practica ese don con su entrega a los demás a través de un gesto, de una palabra, de una dulce mirada, de un saludo, una “simple” palmada en el hombro o un abrazo.
La prudencia es alérgica a toda situación desagradable. Incluyo se da como un hecho, entre los creyentes, que hay seis cosas que aborrece Jehová y siete que abomina su alma, a saber:
“Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras y el que siembra discordia entre hermanos”. (Proverbios, capítulo 6, versículos 17, 18 y 19).
Estos decires son un testimonio de que en el discurrir de la historia se ha hecho énfasis a la importancia de una buena convivencia, del valor de la prudencia en distintos órdenes.
Hoy, como ayer, persisten situaciones adversas que pueden revertirse en gran medida si se enfatiza en el valor de la prudencia con nuestros semejantes sin omitir la importancia del respeto al derecho ajeno.
muy buen mensaje…!!!lastima,,,que ya no existan personas con buena voluntad con corazón y mente despejados del egoísmo y la maldad.