El Soberano: Evaluación final alejada de las pasiones
Caídas ya las rojas cortinas del Teatro Nacional, pasados ya los saludables ocho días de su montaje, se impone un análisis, renglón por renglón de lo que fue El Soberano.
La recién entrega ha sido, hasta donde que se recuerde, la más tardía y accidentada edición del galardón más importante a la clase artística y que incluyó una posposición de su fecha tradicional en varios meses por reparaciones en el Teatro Nacional, lo que le produjo la reducción del interés por el evento y la disponibilidad del menor tiempo para ensayos en escenario, a lo que se le sumó una apasionada y accidentada campaña electoral en su víspera
Sin dudas, un éxito en lo general por la justicia en su veredicto, pese a algunas decisiones equivocadas a nuestro juicio y que pudieron haber sido más certeras, a lo que se agrega una producción dea EdileniaTactuk, pensada para ser impecable, lastimeramente tocada por descuidos de presentadores o sus técnicos, el duende inoportuno, o alguna mano negra – tal cual ocurrió en 2015- a lo que hay que agregar uno de los públicos más fríos y adversos a la alegría natural por el éxito ajeno. El Soberano, pese a todo, ha triunfado.
Pasada una semana de su montaje, El Soberano, la más importante premiación artística dominicana, generó, tal cual es la costumbre y la naturaleza intrínseca del galardón, toda suerte de comentarios, interpretaciones, conjeturas, la baja en sus estadísticas de rattings pese a lo cual, consagra su lugar en la historia del arte.
Acroarte, pese a fallas que no opacan el objetivo de justicia de la premiación, sale fortalecida y el buen criterio de sus cronistas (a los que damos el voto de confianza en casi en todas sus decisiones), quedan bien parados.
Justicia en veredictos
El éxito fundamental del Soberano fue el tono de justicia que, en líneas generales, desarrolló en la adjudicación de las estatuillas, particularmente las obtenidas por:
- Diomaris La Mala,(Vocalista);
- Los Hermanos Rosario,(Merengue),
- El Show del Mediodía,(Programa diario de Variedades)
- Pavel Núñez, (Álbum)
- Jorge Santiago (Actor de Teatro)
- Isabel Spencer,(Directora Teatral)
- Michael Miguel (Animador de TV)
- Marcos Yaroide (Música Religiosa/Espectáculo)
- Miriam Cruz (Orquesta de Merengue)
- Nuria Piera (Programa de Investigación)
- La Gunguna (película, actor y director)
- Ustedes y Nosotros (Programa Regional Entretenimiento)
- Juan Carlos Albelo (Programa de temporada/Trayectoria)
- Mariasela Álvarez (Presentadora de TV).
- El Prodigio (Conjunto Típico)
- Cheddy García (Comediante del año)
- Nathalie Peña Comas (Cantante Lírica)
- Jean Carlos Guerra (Video Clip)
- Fefita La Gande: El Gran Soberano
Fallos del veredicto:
- Actriz de Cine (debió ser Patricia Ascuasiati /La Gunguna), aun cuando ganara cuatro estatuillas. Patricia fue reina sin corona.
- Actriz de Teatro (Debió ser Judith Rodríguez/Hamlet).
- Artista urbano (Cualquiera otro con una producción lírica de mayor coherencia y valores. Hay un problema no resuelto del valor de las letras, aun cuando tengan uno que otra lírica que se pueda poner en ceremoniales).
- El momento de la entrega del Reconocimiento a Joseíto Mateo debió ser otro, no como pre-final, muy extenso y con el merenguero hablando más de lo adecuado, por lo que hubo que cortarle. Quedaba mejor en otro momento.
Premiados ausentes:
Injustificable y hasta agresiva se puede considerar la ausencia de ganadores que no se presentaron. Todos ellos corresponden a una estructura empresarial (pequeña o grande) en las que debe haber conciencia de la importancia de estar presentes o representados (si existen compromisos profesionales sobre todo fuera del país, lo que es entendible). Fue esta la oportunidad en que mayor cantidad de ganadores, no asisten.
Acroarte debe establecer normas para que la entrega de la estatuilla posterior no se realice cuando no haya una excusa justificable. La ausencia ex-professo es una actitud de desinterés que no debe ser alentada.
Fallos del público invitado
El comportamiento de buena parte de las personalidades invitadas fue amoral. Cerca de un 20% de las figuras invitadas, se marcharon cuando no resultaron ganadoras, circunstancia que cada año se plantea como una tarea a enfrentar por Acroarte y que pocas veces tiene respuesta efectiva, como ahora.
La invitación al ceremonial no puede permitir la concurrencia condicionada, provocativa, insubordinada o de mala intención. Debe existir un protocolo firmado por los invitados, en que se establezcan normas de comportamiento, asistencia a todo el ceremonial y que impida abandonar el lugar cuando no resultan ganadores.
Además, en general fue un público poco cómplice del ceremonial, expresado en la ausencia de entusiasmo mediante expresiones, aplausos o gritos de alegría. Es el peor público que hemos visto en El Soberano.
Hay que destacar, como nota discordante, la actitud necia de malos perdedores que trataron de confrontar los veredictos en medio del ceremonial. Hay que aprender a perder y hacerlo con dignidad. Los premios son estímulos. No consagración de nada ni de nadie.
Rol de Acroarte y Cervecería
La entidad organizadora y la principal patrocinadora, cumplieron con sus metas al montar el Premio El Soberano, en el marco de las circunstancias dadas.
Jorge Ramos, que enfrentaba los primeros premios que debe montar su directiva, estuvo a la altura debida al frente de los y las cronistas de arte. Las decisiones para premiar siempre serán subjetivas y “al gusto”, por lo que juzgarlas siempre habrá de ser una apuesta a algo tan indefinible como las preferencias.
La Cervecería Nacional Dominicana siguió su trayectoria de apoyo (esta vez con el copatrocinio de Claro y Banco BHD-León) imparcial a la labor de premiar los artistas. Es conocida la actitud “no intervencionista” de la CND en las decisiones finales.
La producción ajada
El tema de la producción como tal, es tema de otro enfoque que no se debe vincular con la certeza de los veredictos. Son áreas distintas.
Algo o “alguienes”, por descuido o mala intención, operaron contra el montaje de la producción: nombrar una categoría y que salieran ganadores de otras; micrófonos abiertos inoportunamente (con las voces al aire de expresiones que no debían escucharse); tardanza en salidas de los animadores; salida del aire de los telepromters en dos o tres oportunidades, son algunos de los elementos injustificables.
Hay que tomar en cuenta que el escenario para ensayos fue entregado ocho días antes de la fecha de presentación, el menor lapso que se haya dado nunca a un productor para su montaje, y lo que derivó en unas coreografías limitadas y de movimientos conocidos. No obstante se pudo haber hecho mucho mejor con una mejor dirección coreográfica, en un país que cuenta con muchos talentos nacionales e internacionales para ello.
La mayor parte de las incorrecciones no son de la Tactuk. Hay elementos ahí por determinar.
Los mejores momentos:
- El homenajea The New York Band. Resultaron limpios y vitales Cherito y sus otros vocalistas de un merengue limpio, intenso y lirico y el hecho de hacer subir al ideólogo, CherryJimenez, fue un logro no planificado de la producción.
- (El Merengue de alguna forma salvó grandes momentos del Soberano.)
- Genial la idea de poner dos salseros (El Canario y Gilberto Santa Rosa) a cantar merengue en el homenaje a Joseíto. Mucha gente no entendió la gracia que implica.
- El homenaje luctuoso a las figuras que se marcharon en 2015 y parte del 2016. Uno de los resúmenes de recordación mortuoria más hermosos, comparable sólo a la oportunidad en que se recordó la muerte de Freddy BerasGoico, con el grupo Tercer Cielo cantando Yo te Extrañaré. Normalmente sólo se ponen las figuras fallecidas el pasado año, pero ahora se incluyó algunas de las idas en este año por la tardanza del montaje.
- El reconocimiento en los veredictos a: Isabel Spencer, como directora independiente (Hasta el Abismo) y el homenaje a Teatro Las Máscaras, por la vía de Jorge Santiago, su actor principal, lo que ratifica el criterio de que no solo son premiables las grandes producciones.
Los maestros de ceremonia
Cheddy García e Irving Alberti, en términos generales, salieron adelante con la encomienda, aun cuando el Alberti logró mejor desempeño. La García debe tener mejor control de sus emociones cuando se anuncia un premio importante (su voz aun nos resuena cuando se anunció el Gran Soberano) y tiene que aprender a desprenderse del personaje (¡Llegó Mamá!) para ser presentadora de oficio. No logró la diferencia pese a los cambios de vestuario.
Irving “rompió”, tal cual había prometido en la publicidad previa al evento, sobre todo con su personaje gay.
Duración y audiencia captada
El ceremonial fue más largo de lo esperado: 3 horas y 51 minutos. Inició a las 9:06 y finalizó a las 12: 57 de la noche. La duración ideal debió ser dos horas y media, pero pesan muchos factores. Probablemente el más fácil de controlar sea el de las rutinas de los presentadores, que se resuelve a nivel de guión cronometrado.
El rating de los Premios fue de 14.71 %, el de 2015 se quedó en 19.31%.La cantidad de personas que se mantuvieron viendo el premio fue considerablemente alta: 62.61% , segundo mejor de los últimos 13 años, solo superado en el año 2012 de Telemicro.62.61%. (Fuente Neilsen IBOPED/Suministrado por Agencia de Medios AOR Dominicana)
El caso Ilegales
El segmento a Ilegales, con el precedente negativo que se produjo en el pasado año y que tuvo incluso aspectos en los que hubo que investigar un denunciado sabotaje al premio por parte de organismos de seguridad, debió ser mejor evaluado. El Premio debe establecer sus propias normas de respeto, a lo que se agrega que le faltó energía y fortaleza a la actuación del grupo en sí mismo.
El Gran Soberano
Uno de los aciertos más notables del veredicto: premiar la Vieja Fefa fue posible por:
- La larga trayectoria artística que esta artista.
- Su edad, factor que otorga urgencia a la oportunidad de premiarla.
- Su ejemplo como mujer artista que ha sabido diferenciar una marca en un arte mayoritariamente masculino.
- Que no hizo esta vez campañas ni presiones indirectas. Ella lo merecía hace tiempo, pero el camino de exigirlo o rogarlo, no era la vía.