El Soberano: después de la tormenta

 

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Preguntarse, tras todo lo dicho y proclamado, sí  el Soberano fue, cómo ceremonial y premiación, un éxito o  un   fracaso, sería un reduccionismo simplista, indigno  de un análisis serio.

Lo que se ha generado en torno a los resultados del Soberano ofrece la oportunidad para evaluar  para rectificar desvíos y entuertos y de revisar, la validez, la justicia  y el brillo, del ceremonial, o el equívoco fracaso de sus veredictos, parcial o totalmente.

No es la primera vez, ni ha de ser la última que al día siguiente de la noche de los Premios Soberano, que monta la Asociación de Cronistas de Arte de RD con el patrocinio de Cervecería Nacional Dominicana y el co-patrocinio de Claro, llegue invariable un período de quejas,  razonables o no razonables,  denuncias y conflictos,  entre lo personal y lo profesional. Gritos, ofensas y quejas provenientes de los artistas, aún no saben perder.

No debería sorprender a nadie, porque el ritual sigue siendo el mismo y a parecer, inevitable y consustancial al galardón, que sigue siendo el más importante premio al talento nacional,  en la medida en que también resulta una cruda competencia de egos y  una  medición anual  de trayectorias, respecto de las cuales el universo  de quejas, acusaciones, siempre se hace presente y que,  con razón o sin ella, sus tiempos  conflicto siempre dejan lecciones y experiencias.

El Soberano no puede ser evaluado como una entidad única, dado está integrado por tres dimensiones claramente diferenciadas: alfombra roja, producción y premiación.

La roja pasarela

La Alfombra, que tuvo como responsable de su producción a José Enrique Pintor, pasa la prueba por su diseño, los recursos de cámara, iluminación y talentos, para enmarcar el desfile de quienes estaban nominados, entre quienes la vestimenta recorría un trayecto de lo sublime y sensual, a lo claramente fuera de lugar  y huérfano del sentido de la elegancia esperado.  La alfombra pasa la prueba, evitó baches, tuvo un elegante dinamismo de producción y permitió la exhibicionista, superficial y a veces ofensiva  exposición de telares y diseños, carísimos y demandantes de recursos dignos de un mejor destino. A nuestro gusto, la Alfombra Roja debería ser material a ser eliminado, pero aspirarlo es atentar contra la fuerza de una tradición en este tipo de premio. Será grata la novedad del día en que se anuncie que ya no será montada. Lo fundamental en un premio…es el premio. El resto es alimentar hambres con el cuchara vacía.

La producción

Como espectáculo producido, El Soberano tiene un sabor de lo bien logrado en la mayor parte de su  exquisito espectáculo y algunos elementos que quedan entrampados en la red de lo que pudo haber sido mejor logrado.

Lo mejor:

·       La escenografía de Omar Martí, quien ha mostrado un sentido tremendo de actualización en su quehacer profesional y  que representó un aporte fundamental para el éxito de lo que fue el Soberano como producción.

·       Diseño de luces y producción de pantallas en Led, fue uno de los elementos que,  basada en enormes paneles led, con un sobrio diseño multifuncional para dar base a los sorprendentes y emotivos segmentos que se vieron a lo largo del ceremonial. Buen manejo escenográfico, excelente la sincronización y respaldo multifuncional para los espectáculos puestos en repertorio. (Amir Rezevani/Yas Group; Juan Tejera/Yas Group; Oros dela Guardia/Orosman&Co)

·       La apertura con Juan Luis Guerra y Johnny Ventura, combinación escasamente disfrutada antes, aun cuando de haberse seleccionado una pieza más conocida, el gancho emocional  como efecto de nostalgia musical, había operado muchísimo mejor. Valida pero con la deuda de que pudo haber sido mejor.

·       La decisión inteligente de no usar tiempo para poner en escena  los discursos del presidente de Acroarte (Jorge Ramos) y de la Cervecería Nacional Dominicana (Franklin León), ambos incluidos en el sobrio programa de mano, elemento que contribuyó a producir uno de los ceremoniales más cortos de la historia del Premio.

·       El musical Carmesí de Vicente García, el más sobrio de toda la noche y que dejó ver la impecabilidad de este joven cantante, haciendo música y letra en el marco escenográfico más amigable de toda la noche. (Producción musical de Eduardo Cabra y Vicente García).

·       La vistosidad y dinamismo del número de los urbanos,  (Urbano Power) presentados a un nivel visual espectacular,  pero con el hándicap de que las letras no se entendían bien por lo estruendoso dela música y la rapidez en la interpretación de las letras. No hizo falta ningún general anunciado. Musicólogo, Nene la Amenazzy y El Mayor Clásico, los tres con estilo y altura.

·       La coreografía de Carlos Veitía, apoyado en los talentos danzantes del Ballet Concierto Dominicano, debía pasar a la historia. Sincronía, expresividad, ritmo y buen gusto.

·        La fuerza emotiva del segmento dedicado a los artistas que partieron de este mundo en 2016 (Estarás por siempre). La fuerza de la pieza interpretada por esa joven, sobre producción de Chichí Peralta, al lograr uno de los mejores segmentos de este tipo, proyectando las fotos en blanco y negro y abarcando todas las áreas del arte, no solo las premiadas en esa noche memorable.

·       El musical Que lluevan corazones, con Milly Quezada, aun cuando faltaron también aquí, números más conocidos, pero estuvo a la altura. (Producción de Janina Rosado).

·       La Fantasía Sonera, inmenso acto de justicia a quien finalmente ganó el Soberano: Cuco Valoy, resumiendo, con el son  Juliana  antisépticamente orquestado en tiempos de modernidad, sin hacer referencia a otros éxitos del legendario sonero y menos  el son de mayor compromiso del Virtuoso, himno de la revolución de abril de 1965: “Mientras haya hombres machos y patriotas, habrá Patria. En ellos está el porvenir de su pueblo. En ellos está la esperanza del Patria…”,  (Producción musical de Ramón Orlando y orquestación de  Eugenio Vanderhorst).

Los presentadores

Pamela Sued y Francisco Vásquez tenían la ventaja, y la desventaja, de ser primerizos en el exigente trabajo de la conducción.

No lograron la química de otras entregas. No lo hicieron mal, pero no alcanzaron esa relación intensa y divertida con el público y que hacía recordar las mejores partes de otros conductores del pasado. Fue una búsqueda de novedad que se quedó en las redes del quehacer promedio. Algo faltó en ellos. Los cambios de vestuario (con excepción del vestido blanco y negro  con busto abanicado) estuvieron muy bien. Ambos tienen porte y resultan elegantes.

Los veredictos

La parte fundamental del Premio es la premiación: la adjudicación de cuales manos se habrán de llevar la estatuilla de platino, hermosa y estilizada.

En esa decisión, bueno es recordarlo, la empresa patrocinadora, Cervecería Nacional Dominicana, no tiene ninguna incidencia, cuidándose de no influir sobre los resultados de la votación de los miembros de Acroarte, postura que ha mantenido esa empresa desde que ingresó como principal auspiciador del galardón. La responsabilidad de la elección tiene que ser adjudicada a quienes votan.

A la luz de los resultados, mayoritariamente acertados, nos parece que hace falta una revisión que implique:

·       La creación de un nuevo mecanismo de elección que evite la decisión tomada solo por mayoría de votos y más adherente al criterio especializado de evaluación de las postulaciones.

·       El establecimiento de una curación técnica y artística de las decisiones  que procure distribuir los galardones con sentido de equidad, evitando la concentración de estatuillas en las mismas manos cuando son varios los talentos dignos de recibirlas.

·       Los artistas deben aprender a perder. Un poco de humildad nunca sale sobrando. Los pataleos localmente registrados, no tienen efecto en otras premiaciones internacionales, donde regularmente los que pierden aplauden a los ganadores.

·       Los artistas que no acudan (con la excepción de los compromisos internacionales, que ciertamente podrían ser evitados sabiendo la fecha en que se monta el Premio) no deberían ser representados por nadie. Que les manden la estatuilla a sus oficinas posteriormente.

·       En todo caso, la recepción por parte de terceros (representantes, agentes o lo que sean) debe ser previamente supervisada para evitar momentos desagradables o innecesariamente reiterativos, enfatizando  en el mercadeo de una marca artística, más que en el agradecimiento por un galardón merecido.

·       De las intervenciones de los ganadores, sólo dos se refirieron a la actual coyuntura de lucha contra la corrupción, la impunidad y por la transparencia: el primero fue Claudio Rivera (Dirección Teatral), lastimeramente entregado fuera de ceremonia y difundido sin sus palabras posteriormente, una censura  que poca gente ha referido) y Milagros Germán (ya en vivo), quien elaboró con mucho más  detalle el concepto, y logrando la mejor de las intervenciones de agradecimiento por la belleza con que logró expresar el concepto, en un recordatorio de la maestría que estrenó para la televisión Yaqui Núñez del Risco.

·       Acroarte tiene ahora la obligación de evaluar el Premio Soberano 2017, echar a un lado las diatribas y los pequeños enfrentamientos comiciales o de egos y no permitir que las aspiraciones electorales se administren por la vía del enfrentamiento personal y mezquino.

·       Reconocer la entrega con que la actual directiva de Acroaerte, se entregó a su principal responsabilidad institucional y hacer el llamado a evaluar y mejorar fallos e incongruencias.

Los premios comentados

GRAN SOBERANO

 • Cuco Valoy. El mayor acierto del ceremonial. Debió haber sido antes. Mucho antes. Las palabras del artista, llanas y profundamente emocionadas, dieron el cierre   a un ceremonial en el cual faltaron muchas lágrimas por derramar.

ORQUESTA DE MERENGUE

•    Héctor Acosta. Merecido, pero debió haber estado allí.

MERENGUE DEL AÑO

 • “Pa nosotros dos”, Gabriel. El más polémico. No fue el que más sonó. Ese fue Los Hombres de Edad, de Los Hermanos Rosario. Un error si el criterio  es popularidad. Un acierto, si el concepto es relevo del merengue por parte de un nuevo talento, egresado de Berkley. Un premio para pensarlo.

BACHATERO DEL AÑO:

 •  Frank Reyes. Merecido y justo.

BACHATA DEL AÑO:

•   “Amorcito enfermito”, de Romeo Santos, voz de Héctor Acosta. De haberse curado este premio, hubiera sido bueno ampliar el abanico y darlo a otro de los nominados como bachateros. Había postuladas piezas que tenían las condiciones para ganar.

CANTANTE SOLISTA

•    Manny Cruz. Fue el primer hecho impactante en la premiación, ejemplo de reconstrucción de una marca artística y de una juventud que lucha por sus objetivos

SALSERO DEL AÑO

•    Chiquito Team Band. Buena selección, pero la advertencia es a la orientación machista de su principal éxito. ¿Solo se supervisa el texto de las canciones de urbano?. (¿Qué diablos quieres…? ¿Qué parte del no entiendes?)

ORQUESTADOR Y/O ARREGLISTA

 •    Víctor Wail. Merecido

URBANO DEL AÑO:

•    Shadow Blow. Bueno.

VIDEO CLIP DEL AÑO

• “Pa’ nosotros dos”- Gabriel- director Iván Herrera. Sonó bastante y es merecido, tanto como cualquiera de los otros nominados, Pero hay que evitar la concentración de las estatuillas en pocas manos.

ARTISTA Y/O AGRUPACION POPULAR DESTAC. EXTRANJERO

•    Juan Luís Guerra. Justo. Muy justo.

ALBUM DEL AÑO

 • “Merengue y sentimiento”, Héctor Acosta, justo pero descuidado al no estar presente  y al enviar tan malos representantes.

MUSICA RELIGIOSA CONTEMPORANEA

• Chistopher Henry.  Sin despreciarlo, nos habría gustado Marcos Yaroide

ORQUESTADOR Y/O ARREGLISTA

• Víctor Waill. Justo.

CONJUNTO TIPICO

 • Banda Real.  Justo

COMPOSITOR (A) DEL AÑO

 • Daniel Santacruz. Tiene méritos y talento como compositor. ¿No tenía que ser dominicano?

CONCIERTO DEL AÑO

“Llenarte de besos”, Frank Ceara. Un acto de justicia

ESPECTÁCULO DEL AÑO

 • The New York Band. Justo. Merecido

COLABORACIÓN DEL AÑO

•  “Playa y arena”, Mark B y Gabriel. No comentario

PROGRAMA SEMANAL DE VARIEDADES

• “Qué Chévere es Saber” (Telesistema), Reconocimiento a una buena televisión educativa y divertida.

REVISTA SEMANAL DE VARIEDADES

• “Con Jatnna” (Color Visión) Justo.

ANIMADOR DE TV

•  Frederick Martínez. El Pachá no deja indiferente a nadie. Hizo bien con llevar a Michael Miguel y a Jochy Santos. Fue generoso y expresivo. El tipo de comportamiento creativo que hizo falta en podium.

LOCUTOR DEL AÑO

• Miguel de Jesús. No comentario,.

PROGRAMA DE TEMPORADA

• “Trayectoria”, Color Visión. Otro reconocimiento a una televisión de criterio, cuidada y respetuosa del espectador.

PROGRAMA INFANTIL

 • “El Show de Huguito” (Supercanal). Estuvo bien.

PROGRAMA REGIONAL DE VARIEDADES

“Ustedes y Nosotros” Un acto de justicia. Lo merece

PRESENTADORA DE TV

•  Pamela Sued. No estoy de acuerdo. No se debe premiar a quien conduce el espectáculo. No se ve bien. Ni ahora ni antes. Algo molesta cuando ello se produce

PROGRAMA DIARIO DE VARIEDADES

• “Chévere Nights” (Telesistema). La mejor intervención de agradecimiento,

PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN

• Nuria (Color Visión). Merecido, pero debió haber asistido. Vertical y combativa, pero debió haber estado allí.

COMUNICADOR DESTACADO EN EL EXTRANJERO • Francisca Lachapelle. Bien.

COMEDIANTE DEL AÑO

• Juan Carlos Pichardo. Reconocimiento a una trayectoria cuidadosamente labrada. Figura que se ha hecho validar por si misma. Nadie le transfirió paternalmente la fama.

CANTANTE LIRICO

• Paola González. Merecidísimo

BAILARIN (A) CLASICO (A)

• Marcos Rodríguez (Edanco), Aclarar que Edanco no es un espectáculo sino un festival, tal cual lo apunta Alfonso Rodríguez.

COREOGRAFO (A)

• Pablo Pérez  (Gala  Mundial de la Danza) Idem.

OBRA DE TEATRO

• “Ana Frank: El Diario”  (Antonio Melenciano). Buen montaje, Buen director.

PRODUCCION ESCENICA

• “La princesa de las Czardas”. Justo.

DIRECCION TEATRAL

• Claudio Rivera  (La vida es sueño) Un reconocimiento a 25 años de buen teatro latinoamericano. Unas palabras censuradas sobre impunidad y corrupción.

ACTOR DEL AÑO TEATRO

• Miguel Lendor  (Ana Frank: El Diario). Me habría gustado Francis Cruz, pero Lendor lo merece en justicia.

ACTRIZ DEL AÑO TEATRO

• Carlota  Carretero “El último instante”. Uno de los mayores aciertos del Soberano. Lástima que solo ganara esta categoría.

PELÍCULA DEL AÑO

• “A orillas del mar”, Bladimir Abud. Mayor acierto de Acroarte en Cine.

DIRECTOR DE CINE

• Bladimir Abud, “A orillas del mar”. Merecido, pero falto flexibilidad para premiar La Familia Reyna,  portadora de tantos valores fílmicos. Con una estatuilla a Abud, era suficiente,

ACTOR DE CINE

• Jalsen Santana, “Cuentas por cobrar”. Hubiera seleccionado a Cuquín Victoria, con el sorprendente dramático en La Familia Reina.

ACTRIZ DE CINE

• Adalgisa Pantaleón “La familia Reyna”. Buena elección  

PREMIO DEL PÚBLICO
•   Mozart La Para.

 

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