El riesgo de los líderes políticos dominicanos
Amados, odiados, controvertido, así son los líderes.
En todas partes, se les busca, se les sigue, se les honra, se les juzga y hasta se les mata.
Es que los líderes políticos se convierten en signos de competencia, nacionalismo, promesas, virtudes y vicios
Ellos son los que reciben de las sociedades, el encargo de marcar el rumbo de los países.
El líder interactúa con el pueblo, brindándole seguridad y esperanza, pero a cambio exige su respaldo masivo y comprometido.
El líder es pues icono de osadía, inteligencia, posibilidad de cambio y seguridad de una protección paternal.
Los líderes se convierten en símbolos del bien y el mal, del amor y el odio.
Ahí se determina si es líder, porque apasiona…
Balaguer, Pena Gómez, Juan Bosch en sus épocas y tiempos lo fueron. Los demás de sus épocas fueron dirigentes, personalidades, ellos fueron líderes.
Con su desaparición surgieron otros líderes, con otras condiciones, con menos trascendencia, pero líderes, cuestionados, amados, odiados, pero que marcan el rumbo del país.
Hipólito, Leonel, Danilo, Abinader, Miguel Vargas, fueron los nuevos líderes que surgieron después de la desaparición de los iconos del liderazgo nacional.
Negarlo es pasión y fanatismo.
Ellos cumplen un ciclo que podría llegar a su fin en manos del PLD, de su poder y gobernanza.
Y podrían llegar a su fin por el enfrentamiento entre ellos, no porque ningún movimiento de cambio lo impulse.
El primer enfrentamiento se dio entre Hipólito y Luis contra Miguel Vargas. Y los resultados están a la vista, sin posibilidades de ganar las elecciones, fragmentados, odiándose y sin ser opción viable de Poder ni gobierno.
Miguel Vargas ganó quedándose con los símbolos, la historia el referente del PRD y un conjunto de dirigentes decididos a rescatar al partido blanco
Hipólito y Luis se fueron con la mayoría de dirigentes a crear otro partido, dejando a Miguel maltrecho en su liderazgo por la campana de denuestos y calumnia que le montaron en la opinión pública nacional.
Sus adversarios internos desataron la persecución más feroz para desacreditarlo, disminuirlo y arrebatarle el espacio ganado en su partido.
Miguel Vargas siguió ganándole todas las batallas, las legales y las políticas.
Enfrentaban sus adversarios, a un perfecto líder que, ante las adversidades actuaba como un gran calculista, luchador y perseverante, con habilidades para escuchar y una gran capacidad para representar su mayoría.
Así es el líder, el que posea las cualidades que carecen adversarios e incluso seguidores: exitoso –en contraste con los fracasos anteriores– o víctima –cuando haya obstáculos infranqueables interpuestos por adversarios o enemigos.
Sus seguidores confían, que al igual que en aquellos momentos difíciles, cuando Hipólito Mejía salió del poder y tras él la derrota, y un partido menguado, cuestionado y disminuido, Miguel Vargas lo rescató, dándole nueva vez su popularidad y ascendencia electoral, se presentó como su candidato presidencial, libró mil batallas a lo interno del partido, a pesar de las conspiraciones internas ganó espacio y ascendencia, perdió las elecciones por las conspiraciones internas, peso a ello, sacó un caudal de voto que lo colocaban como el relevo del liderazgo no solo en su partido sino a nivel nacional.
Miguel conquistó a los dirigentes y militantes del PRD.
Hacia esa meta lleva nueva vez Miguel Vargas al PRD, y el 2020 será decisivo para el partido blanco.
Pero, dependiendo del choque, del enfrentamiento de Danilo Medina y Leonel Fernández, los líderes políticos dominicanos, surgido después de la muerte de los iconos de los líderes del siglo XX, puedan sobrevivir.
Si Danilo y Leonel sierran el ciclo dividido, si van fuera del poder por esas rebatiñas y choque de liderazgo, surgirá una nueva camada de dirigentes y líderes nuevos.
Danilo Medina da señales de entender el momento histórico, y empuja la renovación de su partido, el relevo, la transición sin la mutilación de los líderes del espectro nacional.
Hipólito también lo va entendiendo, por ellos su postura y declaraciones de los últimos días, Hipólito sabe que, si no se dirige bien la transición, quedara fuera del juego y sepultado políticamente.
Miguel Vargas y el PRD asume la postura correcta de apego a la alianza con Danilo MedinaPLD, sabedor que es el más inteligente y el que ha interpretado el momento de transición que le toca dirigir y llevar a buen término para bien de la nación y los lideres dominicanos.
Miguel Vargas y el PRD jugaran un papel estelar en las elecciones del 2020. Él es un líder que mira más allá de sus propias circunstancias…
Contrario a algunos de sus adversarios, él es transparente, tiene una mirada plural, no la bipolar (amigo/enemigo).
Miguel Vargas como líder político, sabe que es producto de su tiempo y que ha emergido de la combinación entre historia personal y colectiva…
Miguel sabe de su sentido histórico, por ello ha sido capaz de soportar y sobrellevar con denuedo los avatares políticos que se le han presentado, e incluso poniendo en riesgo su integridad física y personal…
Nada lo vence ni lo vencerá, él sabe aguantar las adversidades más duras sin mediación alguna, sufriendo en carne propia el escarnio, la injuria y lo denuestos en su contra, porque se debe a sus seguidores, a su pueblo y a los ideales de contribuir a una república prospera y desarrollista.
El 2020 será decisivo, va tras la conquista de la mayoría, entiende el imaginario simbólico de la población, se identifica con ella, va a las calles, habla su lenguaje, genera emociones que colocaran al PRD en el partido que definiera con sus votos el triunfo electoral en el 2020 de la coalición ganadora.
of-am