El papa se abre sin tapujos a la televisión mexicana
MEXICO.- El papa Francisco concedió una larga entrevista a la televisión mexicana en el segundo aniversario de su pontificado en la que habla sin tapujos de su elección, de los escándalos, de México y de la inmigración y asegura que su papado será breve.
En la charla con la veterana corresponsal de Televisa, Valentina Alazraki, el pontífice argentino confesó que tiene «la sensación de que su pontificado va a ser breve, cuatro o cinco años» y que no se siente «solo» y sin apoyos para gobernar la Iglesia.
«Tengo la sensación de que el Señor me pone para una cosa breve, no más», dijo.
Francisco, de 78 años, descartó también «poner un (límite) de edad» al pontificado y reconoció que «el papado tiene algo de última instancia», «una gracia especial», dijo, que no debe tener un término fijado.
Interrogado por la conocida periodista y escritora, que cubre el Vaticano desde hace unos 30 años, sobre si le gusta ser papa, Francisco respondió: «¡No me disgusta!»
«Una vez dada la cosa después se hace», agregó con tono coloquial, directo y franco, fiel a su estilo.
Francisco también sorprende con un chiste sobre el ego de sus compatriotas y admitió que se ha sentido usado por los políticos de su país.
«Los argentinos cuando vieron un papa argentino se olvidaron de todos los que estaban a favor o en contra del papa argentino. Y los argentinos que no somos humildes, y que somos muy engreídos ¿Usted sabe cómo se suicida un argentino? (..) ¡Se sube arriba de su ego y de ahí se tira abajo!», comentó divertido.
En la extensa entrevista, que fue transmitida en dos entregas, Francisco admite que no le gusta viajar y que es muy apegado a sus hábitos.
«Creo que mi gran penitencia son los viajes. A mí no me gusta viajar. Yo soy muy apegado al hábitat, es una neurosis. Una vez leí un libro muy lindo que se llama: ‘Alégrese de ser neurótico'», observó.
«Lo único que me gustaría es poder salir un día, sin que nadie me conociera, e irme a una pizzería a comer una pizza», revela.
– La Curia Romana: la última corte de Europa –
El tono afable de Francisco cambia cuando se refiere a la Curia Romana, la poderosa maquinaria central de la Iglesia.
«Esta es la última corte que queda en Europa. Las demás cortes se han democratizado, incluso las más clásicas», aseguró tras reiterar que se propone «cambiarla».
«Esto hay que cambiarlo, tiene que dejar lo que pueda tener de corte todavía y ser un grupo de trabajo, al servicio de la Iglesia. Al servicio de los obispos», explicó.
Durante el encuentro, el papa abordó todos los temas candentes de su pontificado, que constituyen todo un desafío, entre ellos las expectativas que suscita el Sínodo de la Familia a los divorciados que se vuelven a casar y entre las parejas de homosexuales.
«Creo que hay expectativas desmesuradas, ¿no es cierto?», recalca el papa latinoamericano.
«La familia está en crisis. No quizás la crisis más tradicional, de la infidelidad, o como llaman en México, la «casa chica» y la «casa grande», no, no, sino una crisis más de abajo», dijo.
Francisco habló de «tutelar», de «proteger», de «acompañar» a esos católicos, para que sepan que la Iglesia «piensa» en ellos, para «integrarlos».
El pontífice latinoamericano afirmó que «no se siente solo» en sus batallas y aprovechó para zanjar las polémicas surgidas con el gobierno de México por el correo privado enviado a un amigo donde pedía que se evitara la «mexicanización» de Argentina con respecto a la violencia del narcotráfico.
«Evidentemente que es un término, permítaseme la palabra, técnico. No tiene nada que ver ya con la dignidad de México. Como cuando hablamos de la balcanización, ni los serbios, ni los macedonios, ni los croatas se nos enojan. Ya se habla de balcanizar algo y se usa técnicamente y los medios de comunicación lo han usado muchas veces», explicó Francisco.
El pontífice latinoamericano reconoció que su comentario «levantó pólvora» pero aseguró que según estadísticas que le enviaron «el 90% de los mexicanos no se ofendió por la expresión».
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