El nuevo toque de queda
La disposición presidencial que declara un encierro ciudadano por 10 días para detener la propagación, al parecer indetenible del Covid-19 en todo el territorio dominicano y el mundo, es una medida odiosa que a muchos no le cae bien.
Esa medida, sin dudas, afecta de manera sensible la economía local, la salud mental, emocional y física de los ciudadanos y ciudadanas, pero aun así es necesaria en la actual coyuntura.
Es comprensible la terrible sensación de angustia y estrés que la referida disposición provoca en una población poco acostumbrada al recogimiento y la quietud, pero insisto hay acogerla.
También, entiendo que estos controles afectan de manera contundente las economías personales y colectivas de todos y todas que ya de por si están precarias y laceradas. Pero no hay de otra.
Independientemente, de todo eso y los agotamientos generados por estos largos meses de privaciones, hay que entender que falta poco para que tengamos la vacuna que tanto se espera en el país.
Ahora bien, lo que sí quiero dejar claro como una humilde sugerencia a las actuales autoridades que dirigen el país, es que ante la delicada coyuntura sanitaria y económica que vive la nación dominicana debe ser una prioridad r fundamental mantener los programas de asistencia por la pandemia, Fase 1, Fase 2, Pa¨ Ti, Quédate en Casa, entre otros.
¿Por qué decimos esto?, bueno, por lo siguiente. No se puede jugar con candela, hay una conjunción de realidades objetivas y subjetivas que pudieran combinarse de no prolongarse esos programas y esta situación podría derivar en una lamentable pérdida del control social y eso es peligroso.
Co todo respeto, creo que el presidente Luis Abinader debe hablar al país de manera clara sobre ese tema, hay mucha nebuloso en torno a la extensión de estos programas. Repito esto debe quedar claro.
La comunicación en la actual circunstancia debe ser clara, veraz y oportuna, hay que tomar en cuenta que la población no solo tiene resaca por los excesos del alcohol consumido durante Noche Buena, Navidad, Fin de Año y Año nuevo, sino, que hay una más terrible que es la económica.
JPM