El «no» a Rajoy vislumbra nuevas elecciones en España
Fallida, previsible, sin sorpresas y con muchas incógnitas. Así ha sido la segunda sesión del debate de investidura, que deja en el aire cómo evitar las terceras elecciones. Tal y como se esperaba, el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, no ha obtenido la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, necesaria para ser investido en esta primera votación. Los 137 votos a favor del PP, los 32 de Ciudadanos y el ‘sí’ de Coalición Canaria han sido derrotados por los 180 en contra de los grupos de PSOE (85), Unidos Podemos (71), ERC, PNV, PDC y EH Bildu.
Previsible porque nadie dudaba de que Rajoy se dirigiría a La Moncloa, tras esta votación, solo como presidente en funciones; sin sorpresas porque nadie esperaba que el PSOE cambiara su posición en contra del Gobierno del PP; y poco esclarecedora porque los partidos solo han dejado claro que no hay nada claro a partir de ahora. El PSOE, partido por el que pasa toda opción de gobierno, no arroja luz sobre qué hará para evitar las terceras elecciones. Precisamente de gobernabilidad es de lo que más se ha hablado en esta segunda sesión de la investidura.
Tras la primera jornada, con el único discurso de Mariano Rajoy, que no convenció a nadie- ni siquiera a Ciudadanos– por su bajo perfil, el líder del PP se ha venido arriba y ha presentado su cara más irónica y sarcástica, de la que suele hacer uso en sus intervenciones parlamentarias.
No lo hizo en su discurso inicial, para sorpresa de los presentes, pero en esta jornada sí ha pedido directamente al PSOE su abstención. Sabe que no la tiene y que tampoco la va a tener este viernes, cuando los diputados voten por segunda vez y solo sean necesarios más votos a favor que en contra.
Esta jornada, de más de diez horas, ha sido más viva y a ratos bronca. El rifirrafe entre Rajoy y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, era el más esperado pero las pullas entre los líderes de Podemos, Pablo Iglesias, y Ciudadanos, Albert Rivera, despuntan ya, y con mucha fuerza, para convertirse en un clásico de la nueva vida parlamentaria.
Tal como establece la Constitución, este viernes tendrá lugar una segunda votación, aunque nada hace presagiar que los votos cambien. A partir de hoy se abre un período legal de dos meses en los que el rey Felipe VI podría proponer nuevos nombres para la candidatura a jefe del Ejecutivo, pero si transcurre ese plazo sin un presidente elegido se disolverá el Parlamento y se convocarán nuevas elecciones legislativas para el 25 de diciembre.
Rajoy responsabiliza a Sánchez de las posibles terceras elecciones
«Usted pasará a la historia por ser el responsable de obligar a ir a unas terceras elecciones». Rajoy ha querido así, nada más subirse a la tribuna, echar encima del PSOE la losa de la posible triple repetición electoral.
Ha acusado directamente a este partido de «bloquear» España y ha preguntado a Sánchez: «¿Cuánto tiempo vamos a estar así? ¿Hasta que salga un resultado que a usted le convenga? «No le pido que me apoye ni que comparta nada con el PP, le pido que no bloquee. Déjennos ustedes al menos gobernar«, ha espetado a Sánchez, al que, con mucha retranca, le ha dicho: «No se preocupe usted por la fecha de las elecciones en Navidad. Usted ha dicho que no quiere elecciones de ninguna de las maneras y yo de usted me fío«.
El líder del PP no ha perdido ocasión durante el debate en recordar que no solo ganó, por segunda vez, las elecciones sino que lo hizo con más votos y escaños y que el PSOE obtuvo el peor resultado de su historia.
Ha defendido su acuerdo con Ciudadanos, se ha felicitado por ser capaz de corregir algunas de sus políticas y hacer cesiones en ese pacto, pero ha reconocido que «francamente» no cree que ni el presidente de C’s, Albert Rivera, ni él pasen a la historia por la rúbrica de un pacto que no servirá sin el apoyo del PSOE. Pase lo que pase, ha afirmado, seguirá «dando la batalla». Ya anunció que su intención es tratar de conseguir los apoyos para una nueva investidura.
Rajoy ha constatado una realidad, que llega a España «una nueva época» en la que se va a tener que pactar «casi todo», por lo que ha pedido a Sánchez que acepte esa realidad y se mueva de su negativa. Ha vuelto a aprovechar para poner en valor las cifras macroeconómicas positivas y a alertar de los peligros de sostener por más tiempo un Gobierno en funciones. «Algo se habrá hecho bien, digo yo, aunque sea por casualidad», ha afirmado.
Sánchez se radicaliza en el ‘no’ y no da pistas sobre su estrategia
«Nadie puede pedirnos que apoyemos lo que queremos cambiar», «usted no tiene ninguna credibilidad» y «España necesita un buen gobierno, no un mal gobierno» son algunas de las frases lanzadas a Rajoy por el líder del PSOE, que se mantiene sin ambages en el ‘no’ por «coherencia, compromiso y por el bien de nuestro país», pero no da pista alguna sobre qué estrategia va a tomar ahora el PSOE, que no se sale del triple ‘no’: a elecciones, a Mariano Rajoy y a Pablo Iglesias. Solo ha dicho que España se merece un Gobierno «limpio, justo y social». Cero referencias a la posibilidad de un Gobierno alternativo con Podemos y los nacionalistas.
El secretario general del PSOE, que tuvo que aguantar el chaparrón que le lanzó Rajoy en su investidura fallida al hablar de una candidatura «bluff», «ficticia», «teatrillo» e «irreal» y el ninguneo ante la comparación del pacto PSOE-C’s con el Pacto de los Toros de Guisando, ha servido la venganza en plato frío y le ha recordado todas y cada una de aquellas expresiones para reprocharle finalmente que se ha presentado igual que lo hizo él: Sin apoyos.
«No mire al PSOE», le ha espetado, zafándose de la responsabilidad que le otorga Rajoy sobre una posible llamada a los españoles a las urnas. A su juicio, si Rajoy no tiene los apoyos suficientes y además «tiene problemas de aritmética parlamentaria» es por «su falta de credibilidad y por las políticas que ha perpetrado» los últimos cuatro años y las que ofrece para los próximos. Le ha criticado también su «maniqueísmo» al plantear siempre la disyuntiva: ‘yo o el caos’.
«No es cuestión de bloqueo, señor Rajoy. Si tiene 170 votos a favor y 180 en contra no es bloqueo, es democracia«, ha subrayado, para recordarle que cuando él no sacó adelante su investidura no se lo echó en cara al PP «precisamente porque nuestro programa era una enmienda a la totalidad de todo lo hecho por el PP». Ha dicho que los dos partidos son como el agua y el aceite y ha acusado a los ‘populares’ de hacer «chantaje» con las posibles elecciones navideñas. Como ha hecho en otras ocasiones, ha invitado al PP a «entenderse con otros aliados circunstanciales».
Y aunque ha defendido que su pacto con C’s fue «para cambiar a Rajoy», mientras que el de PP y C’s es «para mantenerlo»; ha lanzado un dardo más que envenenado a Rivera, sin citarle ni a él ni a la formación naranja», al decir que «otros pierden toda la credibilidad por la patria».
Iglesias insta a Sánchez a decidirse «ya» a explorar el Gobierno alternativo
Por su parte, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha invertido el tiempo de su discurso en mirar a derecha, para explicar que votará ‘no’ a Rajoy; y a izquierda, para instar al PSOE a «decidirse ya» y «olvidar recelos y agravios» para buscar juntos una alernativa de Gobierno que evite elecciones.
Se ha enorgullecido de ser «el único partido» del que nadie tiene dudas sobre lo que votará: ‘No’ a un Gobierno que sería un «desastre» para la «gente corriente» y ‘no’ a un Gobierno al que ha acusado de recortes en materia social y de ceder a las «presiones de los poderosos».
Discurso muy duro contra el PP- «fundado por cuadros de una dictadura»- ha dicho; y no tanto, aunque solo en las formas, contra Rajoy, del que ha destacado su «ironía», «retranca» y «sentido del humor» y con el que está «encantado» de debatir por primera vez en un pleno.
Con mucha sorna, Rajoy ha contestado a Iglesias que sus halagos le «reconfortan» y «estimulan» y le han lanzado ¿piropos?: «Usted es estupendo, la quintaesencia de todas las virtudes. A veces creo que me gustaría ser como usted. ¿Es usted el único decente, honesto, independiente…el único al que nadie puede presionar?». Iglesias se reía desde su asiento.
Así, Iglesias ha pasado del tono mitinero- para criticar con fuerza las políticas del PP y erigirse como «el partido de la gente«- a la mano tendida al PSOE. Muy diferente esta intervención de la primera de Iglesias en sede parlamentaria en la que echó en cara al PSOE la «cal viva», en referencia a los GAL, levantando un muro en las relaciones PSOE-Podemos. Aunque ha vuelto a citar al expresidente Felipe González, en ese caso, para criticar el puesto en el Consejo de Administración de Gas Natural.
No ha variado la actitud, eso sí, con Ciudadanos y su líder, al que siempre reprocha sus cambios de postura y al que ha comparado con «el chicle de McGyver», porque «vale para todo». Le ha llamado «marioneta gattopardiana» de las élites. Cree Iglesias que la «burbuja naranja» se desinfla y que Rivera ha escrito su epitafio: «Perdí la credibilidad por Dios y España». Rivera recibía las críticas de Iglesias a ratos con sonrisa, a ratos con gesto más que serio.
Y ha lanzado el líder ‘morado’ un mensaje al PNV, al que ha avisado de las consecuencias que un posible apoyo al PP tendría en la política vasca; y al Partido Demócrata de Cataluña (PDC), a quienes ha reprochado que facilitaran el nombramiento de Ana Pastor como presidenta del Congreso de los Diputados.
Rajoy, en la réplica a Iglesias, le ha querido dejar claro que no tiene el «patrimonio ni de la gente ni de la justicia y la sensibilidad social» y, ante las referencias que este siempre hace sobre la historia de España, el ‘popular’ le ha invitado a «mirar al futuro». También ha aprovechado para criticar la gestión de los ayuntamientos regidos por partidos integrados por Podemos.
Rivera se resigna a elegir «lo menos malo» y llama a Sánchez
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha acudido a dos sesiones de investidura y en cada una de ellas con un pacto firmado con el candidato a investir porque «C’s no ha venido a la política a bloquear», se ha justificado.
Tras defender su acuerdo con los ‘populares’ porque no se ve «capaz» de decir a los españoles que hay que repetir las elecciones por un «carguito», Rivera se ha resignado a elegir entre «lo malo y lo menos malo», cuando lo que él querría es «un gobierno reformista con otro presidente«. Esto es, no parece querer a Rajoy pero se conforma con él para salir de la ingobernabilidad.
En este sentido, ha pedido directamente a Pedro Sánchez que reflexione su posición y le ha invitado a controlar juntos al PP, del que- ha reconocido y así lo ha dicho en varias ocasiones- no se fía. «Aunque no lo sepan, ustedes están más unidos de lo que piensan», ha dicho, mirando a socialistas y ‘populares’, a los que ha acusado también de «bipartidismo decadente» y ha invitado a salir de «lo de los rojos y los azules enfrentados».
Y contestando a las duras críticas que le ha lanzado Iglesias, Rivera, con corbata morado Podemos, le ha acusado de «insultar» a expresidentes como Felipe González y Adolfo Suárez, mientras alaba a «hombres de Estado como Arnaldo Otegi» (cuya imagen lucía en una chapa colgada en la blusa la diputada de EH Bildu Marian Beitialarrangoitia); y de «pedir el CNI» mientras Ciudadanos pide la dación en pago, sin antes reducir a los miembros de Podemos a «comentaristas de verano» por la escasa relevancia de la formacion morada en las negociaciones de Gobierno durante la época estival.
En la réplica a Rivera, Rajoy le ha vuelto a agradecer su apoyo en esta investidura y le ha echado en cara que cuando firmó el pacto con el PSOE «jamás» se le convocó para pedir el voto a favor, la abstención o para negociar medida alguna.
Todos contra el PP por la corrupción
Todos los grupos se han puesto de acuerdo en una cosa: denunciar la corrupción en el PP. Sin excepción, todos los intervinientes han ocupado parte de sus discursos en afear los casos que afectan a los ‘populares’.
Ha empezado Sánchez, que ha acusado a Rajoy de «tolerar» la corrupción y de haber sobrepasado «todo el Código Penal» para sacar a relucir, entre otros, el caso Bárcenas; y ha seguido Iglesias, que ha dicho que el PP «es la corrupción». El coordinador general de IU, Alberto Garzón, ha ido más allá en su breve discurso para cargar «contra el régimen que ha legalizado la corrupción» y acusar a Rajoy de liderar una «organización corrupta».
Incluso quien ha firmado un pacto anticorrupción con el PP, Rivera, le ha acusado de «no haber hecho nada» ante los casos que han afectado a su partido y le ha recordado que todos los tesoreros están imputados. Ha insistido, otra vez en este punto, en que no se fía del partido de Rajoy en materia de corrupción, de ahí que en el acuerdo firmado se incluya, entre otras medidas, la puesta en marcha de una comisión de investigación sobre la presunta financiación irregular de su partido.
Rajoy ha entrado de lleno en la réplica a Sánchez en este asunto para advertir que no es más limpio «quien escenifica indignación ante la corrupción, sino el que más se esfuerza de verdad en combatirla», y reconocer «sentir rechazo por los casos de corrupción» que ha habido en las filas del PP.
«La democracia tiene un enemigo llamado corrupción y ese enemigo es común a todos los partidos democráticos», ha añadido Rajoy, para acabar: «Solo hay una cosa peor, que es no hacer nada contra ella». Tras esta alusión al tema, luego ha ido pasando de puntillas durante el resto de intervenciones, aunque sí ha pedido a Rivera «mesura, equilibrio y justicia».
ERC y PDC piden al PSOE que mueva ficha y abogan por el referéndum
Tras la intervención de los líderes de PSOE, Podemos y Ciudadanos, ha comenzado el turno de los grupos minoritarios y, en este punto, el debate sobre el encaje de Cataluña en España ha tomado mucho protagonismo.
ERC ha insistido en la necesidad de un referéndum para Cataluña y ha afirmado que si Pedro Sánchez lo hubiese aceptado ya sería presidente y estarían «enterrados» Rajoy y su «monaguillo», en referencia al líder de C’s. El portavoz de ERC, Joan Tardá, ha pedido directamente a Sánchez que intente formar un Gobierno y «si cumple con los requisitos de ERC», lo votará. «Palabra de Esquerra», le ha prometido.
Tardá ha retado, desafiante, a Rajoy, a Rivera y a los magistrados del Tribunal Constitucional acerca de la hoja de ruta hacia la independencia de Cataluña, y ha proclamado: «No les tenemos miedo».
El líder del PP ha contestado al desafío catalán de ERC con la misma vehemencia: «No se va a celebrar un referéndum de Cataluña«. «Para usted el Estado de derecho no existe. ¿Vamos a la selva, señor Tardá?, le ha espetado.
También el portavoz de Partit Demòcrata Catalá (PDC), Francesc Homs, ha acusado a Rajoy de «tender tantos puentes con tanta gente» que les incapacita para gobernar sin mayoría absoluta. Y, como ERC, ha ido directo al asunto catalán- «Cataluña es una nación, señor Rajoy, y tiene derecho a decidir su futuro»- y ha instado a Sánchez a mover ficha. «Estamos dispuestos, señor Sánchez«, ha afirmado.
El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha reprochado al PP no haber hecho «ni un gesto, ni una señal» para acercar su voto al PNV aunque se ha mostrado abierto al diálogo. Así mismo, ha reprochado al socialista que intente empujar al voto nacionalista vasco y catalán hacia el PP. «Hace falta tener cara», se ha quejado, y ha añadido: «Lo que nos vamos a reír si recibimos su llamada para conformar una mayoría alternativa«.
El ‘spoiler’ de Rajoy sobre Colombia
En esta investidura no ha tenido tanto protagonismo Venezuela, pero se ha colado Latinoamérica cuando a Mariano Rajoy se le ha escapado que la firma del acuerdo de paz en Colombia entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC será el próximo 26 de septiembre.
En una de sus réplicas en el debate de investidura, Rajoy ha informado de que habló el lunes pasado con Santos para felicitarle por la conclusión del acuerdo y ha dado la fecha. Los medios de comunicación colombianos se han apresurado a informar en sus portadas del anuncio hecho por Rajoy.
Posteriomente, el presidente de Colombia ha aclarado que aún «no se ha decidido» el día de la rúbrica.
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