El ímpetu de la marea caribeña
Reinaldo, compañero-amigo, no queremos, ni entendemos tu extraña partida.
Siempre pensé que regresaría con el ímpetu de la marea caribeña.
El silencio levanta su vuelo buscando en la oscuridad de la noche amargas respuestas.
Subir la cuesta traspasa el dolor que deja tu partida.
Adornado por un gran espíritu de libertad y de lucha constante por vivir aforado de decencia y dignidad.
Tribuno de la Patria, la neblina del santo día nos arranca tu valiente palabra.
Descalzos… millares de niños miran al cielo en busca de tu imagen.
Arde por dentro y duele tu partida, compañero, amigo. Se marcha el militante, el amigo tan cerca y tan lejos.
La música también fue tu compañera, hasta arrancar una púrpura rosa en cada lugar.
Me he dado cuenta que soñamos, siempre hemos soñados.
Soñamos hasta ver un amanecer, cuando apenas en el horizonte de la vida nos asalta una puesta del sol.
Pero, aun con los tropiezos, nadie ni nada te arrebató tu sueño, de ver tu pueblo levantarse con la dignidad de una estrella que solo en el firmamento puede vivir.
Apasionado en la política, me he dado cuenta que no solo vive el que respira, sino, el que como tu sembró amor, compresión y solidaridad.
Siempre pensé que regresaría con el ímpetu de la marea caribeña.
El cansancio nunca te venció, tampoco te vence la muerte, huérfana de la entrega a la causa que solo tu sabes dar.
Tu, que con denuedo te entregaste, para ver superar a tu pueblo la cabaña del tío Sam; y que te erigiste como el escudo moral del congreso dominicano, no encontraste la muerte.
Tu espíritu valiente prende vuelo en busca de libertad.
Peregrino de la vida, solidario en el dolor. Golpe a golpe abrazaste la unidad de tu estrella amarilla.
Marcha en paz compañero, amigo, que el gran yo soy Jesucristo, os enseña que no hay límites para el perdón. Y en tu honor prenderá la unidad.
jpm-am
excelente, prosa hacia un amigo o persona ido a destiempo.
!! arte!! diplomacia ya prosa: poema de ida a destiempo. amen