El hombre no ha muerto, está en las calles

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EL AUTOR es comunicador. Reside en Praga, República Checa.

“No hay hechos, hay interpretaciones“. Friedrich Nietzsche
Las causas reales que hacen del caso ODEBRECHT un juicio político a las autoridades dominicanas serán relegadas porque de lo contrario la influencia del Poder que ejerce el gobierno en nuestra sociedad, corre el riesgo de que no se pueda reproducir en el futuro.
Tengamos en cuenta que en nuestro país la justicia como los Poderes del Estado siempre han estado en manos del gobierno y de aquellos que los representan ejerciendo a tráves de las instituciones un Poder hacedor absoluto de la verdad.
Los gobernantes saben que todas estas instituciones están hechas para transmitir y aplicar las ordenes; para castigar a los que no obedecen la verdad establecida, ya que ellos son los que controlan el Poder.
Es decir, aunque aparentemente estas instituciones no tengan nada en común con el Poder político, aunque aparentemente estas instituciones parezcan ser independientes; y en realidad no las son, ni mucho menos un país despojado de un Estado de Derecho.
EL PLD
Los gobiernos del PLD han sujetado el Poder como ningún otro gobierno en el pasado. Han coaccionado a todas las instituciones del Estado y también los medios de comunicación para que hagan prevalecer su verdad; para moldear la consciencia de la sociedad dominicana. Este control que sirve al gobierno para condicionar, conformar y formar las subjetividades de los receptores dominicanos, que a su vez los hacen receptores de una verdad que ellos propalan como un axioma.
Por consiguiente, ninguna comisión constituida por el gobierno para investigar el caso ODEBRECHT no definirá una método objetivo para designarse a sí misma independiente y así diferenciarse de la verdad del gobierno.
La verdad no existe. Sólo existe una interpretación de los hechos y esas interpretaciones están condicionadas por la verdad del Poder político.
Por esa razón, la consciencia de justicia sólo es válida en la lucha de clases. La responsabilidad del dominicano en nuestra sociedad es criticar el funcionamiento de esas instituciones, atacar esas instituciones de manera tal, que la violencia política ejercida por los gobiernos a través de los Poderes del Estado hacia la población quede al descubierto y desmascarada.
El único camino viable para un saneamiento de la sociedad dominicana en su totalidad, es auto-excluirse como sujeto de las estructuras del Estado, ya que éstas están tan corrompidas que se han convertido en un acervo de inhibiciones a un posible proceso democrático. Estas putrefactas estructuras del Estado es el principal obstáculo que no ha permitido a la población dominicana interpretar los auténticos hechos de su verdadera condición socio-económica.
Destruir esos obstáculos que funcionan como anteojeras que solamente dejan ver al pueblo la verdad que divulga el Poder político del gobierno.
Este sistema de obstáculos que impide la captura, que impide la creación y que impide la construcción de la verdad social gestada por la lucha de clases, tiene que ser apiolado con la desobediencia civil.
La desobediencia civil como una respuesta a la verdad del Poder que por medio a las estructuras del Estado y sus instituciones. Los políticos y los gobernantes han legitimado la corrupción, el saqueo y el continuo enriquecimiento personal a expensas del empobrecimiento de la nación.
La desobediencia civil no como un mero estado de rebeldia, sino como una negación al panóptico del Poder que controla, que vigila, que manipula y que instrumenta con su verdad las estructuras del Estado para dominar a su antojo el pueblo dominicano.
No tenemos otra opción que participar en la acción política con la desobediencia civil. Es tiempo de concebir la esencia de nuestra naturaleza como ciudadanos que demandan un Estado pulcro que sirva a su sociedad, a la familia y al individuo como los entes integrantes de una totalidad económica, política y socio-cultural.
La desobediencia civil como un estado de sublimidad social del hombre consciente y sin temor a las amenazas, sin temor a la intimidación o´a la critica personal, pues éstas no son más que una proyección de la ausencia del conocimiento y un defecto de la ignorancia.
Concurrir a las marchas, a las protestas en nombre de una justicia superior, en nombre de tus derechos y en nombre de una sociedad más justa.
UNICO CAMINO
El único camino para lograr un nuevo arquetipo de Estado es impulsando y estableciendo una Asamblea Constituyente, popular y soberana, capaz de elaborar una Nueva Constitución inspirada en la del 1963, que establezca nuevas instituciones judiciales, CC, JCE, TSE, Congreso, Poder Ejecutivo; que recupere los dineros del pueblo; expropie las propiedades usurpadas, recupere el patrimonio nacional cedido a las grandes corporaciones nacionales y transnacionales e invertirlo en mejorar la situación y bienestar del pueblo humilde y trabajador y encarcelar a todos los delincuentes. Conformar un gobierno de justicia que represente los verdaderos intereses del pueblo dominicano.
¡El reclamo por la patria es la prioridad porque no estamos muertos, estamos en las calles!
jpm/of-am
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