El get together
Después del conflicto en Kosovo, el G-7 se convirtió en el G-7 más Rusia y en 1998 le dieron entrada formal y el G-7 pasó a ser el G-8. Después de Crimea el G-8 volvió a ser el G-7 tras la suspensión de Rusia del Club. Asunto de premios y castigos. Dicen que Vladimir le ha respondido “que les aproveche”, a los periodistas que le preguntaron qué pensaba de esa cumbre celebrada en Bruselas, a la cual no fue invitado. Sin duda que en esa reunión el tema de conversación era Ucrania. Parecería que sin Crimea. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le ha exigido a Putin que reconozca al nuevo presidente electo de Ucrania y que ponga fin a la violencia de los separatistas y participe del dialogo con el nuevo gobierno. De no hacerlo, Obama, una vez más, utiliza la amenaza de imponer sanciones a Rusia, ésta vez, una amenaza colectiva de los siete. Las sanciones impuestas a Rusia han sido a individuos rusos y a algunas compañías. Obama anuncia que esas sanciones serían “mucho más duras”. Al parecer esa exclusión es un tanto simbólica porque resulta que se escenificó un get togetheraparte entre tres de los protagonistas destacados del G-7 con Vladimir y según los que llevan las cuentas tienen más que razones para conversar con Vladimir. El caso más comentado por la prensa global es protagonizado por el presidente de Francia François Hollande, que cenó dos veces. La primera en la mesa redonda de los participantes del ágape y luego otra, se supone que más ligera, con Vladimir. A pesar de lo ligera que pudiese haber sido la cena, la conversación no era un asunto ligero. Hollande está cuidando unas ventas de unos “barquitos” al antipático Vladimir. El inglés Cameron explica su conversación con Vladimir diciendo que “hay una enorme diferencia entre tener un diálogo con el presidente Putin y excluir a alguien”, El asunto, dirían los dominicanos, tiene cocorícamo. Las cuentas se cuentan en miles de millones de los billetes verdes. El Reino Unido tiene unas pequeñas inversiones en Rusia que según las informaciones económicas alcanzan los 77,000 millones de dólares y los rusos en el Reino Unido de 45,000 millones. A pesar de que Ángela Merkel no se reunió en Bruselas con Putin, la conmemoración del Día D en Normandía sirvió de escenario para el get together. El asunto no es de barquitos ni de inversiones, es un asunto del gas que llega de Rusia a los consumidores alemanes. Merkel, lo que parecería ser una contradicción por lo expresado por Barack Obama, ha afirmado que Alemania “es cautelosa ante la aplicación de sanciones contra Rusia”. Alguien dijo una vez que los países no tienen amigos, tienen intereses. ¿Será verdad? v.yanguela@codetel.net.do