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El financiamiento de la campaña: ¿ Es legal o ilegal?
Cuando no hay métodos para justificar la riqueza que nunca soñamos tener, difícilmente encontramos algún ser humano que pueda creernos, porque todo está fundamentado en un torbellino de mentiras sustentadas en la confusión, dirigida y manipulada con argumentaciones no apta para el consumo por carecer de veracidad.
A modo de justificar las medidas tomadas por el Procurador, Jean Alain Rodríguez, los defensores de los indefensos, condenados tras ser acusados de recibir sobornos, ofrecieron declaraciones, que si expertos en ciencias jurídicas se detienen a analizarlas podrían arrojar resultados que de acuerdo con las leyes servirían para empoderar a las justicia de expedientes acusatorios consuetudinarios.
El referente del tema en cuestión tiene relación con las juiciosas, pero fuera de contexto, declaraciones del Ministro de Trabajo, José Ramón (Monchy) Fadul, al ser cuestionado en relación al financiamiento de las actividades de los partidos políticos para la campaña, afirmando que este no es un delito prohibido por las leyes dominicanas.
“Aquí no está prohibido. Aquí, está permitido en términos legales; y porque no está prohibido, no tiene consecuencias legales –dice-”. Vamos a suponer que la defensa pública del dirigente peledeista tenga validez, pero sería oportuno que su justificación requiera de pruebas mandatoria que sustenten esa legalidad, porque habría que investigar de qué tipo de financiamiento político se trata, o está hablando el funcionario.
¡Legal o no Legal!, el financiamiento de la campaña política en la República Dominicana, no puede sustentarse en pronunciamientos banales, como argumentan dirigentes del partido gobernante. Lo primordial no puede esfumarse como un globo cuando lo sueltan y desaparece por arte de magia.
El Procurador debe quitarse el traje que lo enviste de peledeista, porque Monchy Fadul, dejó evidencias de que para la campaña de los partidos políticos, principalmente la del PLD, no sólo reciben dinero del empresariado dominicano, sino de los sectores más oscuros del país, principalmente del narcotráfico.
“Recordar es vivir, pero cuando los recuerdos son funestos corrompen la mente y envilecen el corazón”. Apuesto peso a morisqueta, que Monchy Fadul no para de pensar, analizar y devolver la cinta con el propósito de descubrir si realmente el yerro cometido surgió de la imaginación. A propósito, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, “Yerro es definido como una palabra empleada jurídicamente para referirse a toda falta o equivocación cometida, ya sea por descuido o por desconocimiento, igualmente, se puede decir que Yerro es un error cometido que transgrede las normas morales o religiosas de una sociedad”, por lo que Monchy debió reflexionar antes de cometer esta falta abismal.
El laberinto de argumentaciones falsas para defenderse de ciertas acusaciones tiene una camada de ministros en un muladar donde se hacinan todas las porquerías y alimañas, quienes carcomen el estado hasta convertirlo en un lugar putrefacto y han caído al charco, pero ninguno ha salido embarrado, no porque lograron cruzarlo con zancos, sino porque la justicia es manca.
La política no siempre es el arte de lo conveniente, “se puede engañar a parte del pueblo, parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo, todo el tiempo». (Abraham Lincoln),
JPM