El ejemplo de Vladimir Guerrero
POR Ángel García
Para todo amante del béisbol, la exaltación de uno de tus peloteros favoritos provoca alegría pero cuando es uno nacido en tu tierra quien es colocado en un grupo selecto donde solo están los que han logrado grandes proezas es para sentirse sumamente orgulloso.
En el caso del dominicano Vladimir Guerrero, exaltado este domingo al Salón de la Fama de Cooperstown, su vida se constituye en un ejemplo al que beisbolistas y no beisbolistas deberían tratar de emular.
Las proezas de Vladi son más importantes que sus 449 jonrones, sus 2,590 hits o las 1,496 carreras remolcadas. Sus hazañas sobrepasan los muros del Angel Stadium de Anaheim y lo posicionan como un inmortal que no solo brilló en el terreno de juego.
La Tormenta de Don Gregorio, también famoso por sus inusuales hits frente a bolas malas, es un hombre que a pesar de haber ganado millones de dólares en las Grandes Ligas, no vive una vida de ostentación ni practica esa filosofía cuyos principios fundamentales establecen que “eres lo que tienes”.
En un tiempo en el que muchos jugadores recurren al uso de esteroides para mejorar su producción, Vladi no necesitó usar sustancias prohibidas ni se le ha visto envuelto en escándalos de ningún tipo.
Su ejemplo radica en la humildad y sencillez con que se maneja; en más de una ocasión ha expresado que le encanta cultivar la tierra, compartir un trago con sus amigos en el colmado y que su comida favorita es la que prepara doña Altagracia Albino, su mamá.