El deterioro de la sociedad dominicana

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“La fiebre no está en la sábana, sino en el cuerpo”, reza un refrán popular muy viejo. Esto, a propósito de la realidad que se vive en la RD, donde la inseguridad ciudadana y la deficiencia en los servicios básicos son el pan nuestro de cada día. La basura, escasez de agua potable, los cortes energéticos, el caos en el tránsito vehicular, el desorden y el ruido en las vías públicas, son indicadores que están muy presentes en la nación dominicana. Los más optimistas consideran que ese es nuestro país, que así somos y así viviremos por los siglos de los siglos. Muchos son los que consideran, por la forma desordenada de vivir, que el nuestro es el “mejor país del mundo”. ¡Vaya perla! Claro que es el “mejor país del mundo”, ya que el número de víctimas mortales en accidentes de tránsito es uno de los más altos del planeta y muchos conductores, al tiempo que manejan, llevan en sus manos una botella de cerveza o de ron, como parte del folklore de lo que somos. Además, de acuerdo a un estudio reciente, estamos en el octavo lugar en América Latina entre los países con más alto índice de violencia. Haga usted un simple ejercicio de observación en su pueblo natal, para medir el grado de educación de los ciudadanos, los días jueves, viernes, sábado y domingo, de esta semana, y se asombrará de los resultados. Estamos acostumbrados a lamentarnos, todos los años, del número de muertes y heridos por accidentes de tránsito y por actos de violencia, debido a pleitos y riñas en lugares de expendio de bebidas alcohólicas, en el período comprendido entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección. En ese período hay algo que me llama poderosamente la atención, y es el hecho que los diferentes centros públicos de salud del País, anuncian con bombos y platillos que tienen los productos y medicamentos necesarios para hacerle frente a la demanda de servicios de salud que se avecina, producto de la ignorancia y la imprudencia de los habitantes del “mejor país del mundo”. Pero al mismo tiempo que los hospitales públicos se aprovisionan, también lo hacen los drink, liquore store, colmadones, bodegones y restaurantes; donde, de seguro, varias personas perderán su vida y otros saldrán lesionados o intoxicados. Así ocurre todos los años, pero no sólo en Semana Santa, sino también en Navidad y Año Nuevo, mientras los “faranduleros” de la prensa en Santo Domingo y otros pueblos se sirven con la cuchara grande, describiendo los accidentes e incidentes que ocurren a lo largo y ancho del territorio nacional. Es más, los diferentes medios de comunicación promueven e incitan a las personas a que se vayan a “disfrutar” del largo asueto de este largo, pero peligroso fin de semana. Es cierto, en otros países ocurre al igual que acá, pero también es correcto afirmar que hay sociedades donde un fallecimiento por una razón tan estúpida, como pasa en RD, se convierte en un escándalo de proporciones inmensas. ¿Qué hacer ante el creciente deterioro de la sociedad dominicana, el cual se pone de manifiesto con mayor intensidad en estos días? Las autoridades de la RD tienen la última palabra al respecto. Las causas y las consecuencias están ahí; las vemos a diario y ya son parte de vida cotidiana de los dominicanos y dominicanas. Por mi parte, entiendo que las autoridades deben seguir profundizando el aspecto educativo de la población, porque ahí es donde está el problema esencial de la RD. Que Dios proteja al Pueblo Dominicano en estos días de tanta confusión para algunos, donde la ingesta de alcohol es la causa primaria de muchos accidentes de tránsito, así como el elemento catalizador de los pleitos y riñas entre las personas. elegidoprimero@hotmail.com

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