Trump elige a Susie Wiles como jefa del gabinete en Casa Blanca
Abinader entrega muelles en Río San Juan y Cabrera para la pesca
Primer Ministro Haití seguirá en Puerto Rico, su futuro es incierto
ADN determina Abel no es padre de menor lo demandó en EE.UU.
Trump propone enviar tropas UE para un alto el fuego en Ucrania
El dólar subió doce centavos y este viernes era vendido a $60.91
La inmigración haitiana: desafíos y realidades (OPINION)
«Arandela», aguinaldo y Navidad
Donald Trump considera realizar un ataque aéreo contra Irán
Gobierno extiende el transporte escolar a 3 provincias del Cibao
Presidente Abinader inaugura obras en San Pedro de Macorís
Premian Grupo Puntacana como líder del sector turismo de la RD
Lugares a visitar en Dominicana «En tiempo de Navidad»
El derecho del ciudadano a la información veraz
Por JULIO CASADO
El poder de los medios de comunicación es más que evidente. La influencia que ejercen en la población es digna de estudio para los más aptos y de observación para más cautos. El ejemplo más común en nuestro país son las informaciones que entrañan intereses políticos. L
El hecho es el impacto que tiene este tipo de informaciones en la ciudadanía, la influencia que ejercen los medios de comunicación sobre las personas y la necesidad o derecho, más bien, que tienen a que las informaciones que lleguen a la población tengan cierto carácter de veracidad.
Para que este derecho tuviera efecto real, coactivo, debería institucionalizarse un tribunal, no sólo de la “Libertad de Prensa” que defiende a los medios legítimamente ante el Estado, sino igualmente de dicha información veraz (que defiende al ciudadano ante la información encubridora, falaz, mentirosa, tendenciosa, etc.).
El derecho a la réplica es un aspecto de dicho derecho, pero hay otros que hay que desarrollar. Debería ser un capítulo de las Constituciones del futuro, ya que los países dependientes sufren el ataque constante de la distorsión de los mensajes por parte de la mediocracia de las corporaciones transnacionales de la comunicación, de los Estados metropolitanos del centro del sistema-mundo como diría I. Wallerstein.
Las campañas de desinformación y el famoso periodismo de investigación o de extorsión están en boga, aspecto de nuestros medios que contrasta con las luchas por la libertad de prensa libradas tanto en la dictadura como en los períodos posteriores a esta, y que costarán la vida a periodistas como Orlando Martínez.
Las fortunas exhibidas por un vasto número de éstos profesionales de la comunicación dan muestra de que su influencia obedece a intereses que no son necesariamente los más apegados al bienestar de lo más, si no, de los menos.
Este escrito no trata de atacar a los encargados de comunicar o los periodistas de los medios, sino, de recordarles su responsabilidad al ser ellos quienes recaban, redactan o informan a la población.