El cibermundo, más allá de las redes sociales
El discurso crítico del ciberfilósofo y cientista dominicano, Andrés Merejo, derrumba el mito con el que se ha pronunciado el intelectualismo del presente, no sólo nacional, sino también internacional.
Pensadores reconocidos mundialmente, entre quienes cuentan Umberco Eco, Zygmunt Bauman, Edgar Morin y Mario Bunge presentaron, ipso facto, resistencia al emergente mundo del ciberespacio, sin tal vez sospechar que sus pronunciamientos eran incriminatorios, puesto que evidenciaron cierto desconocimiento sobre lo que implica hoy el cibermundo (Merejo, A. 2017, p. 55).
Algunos han llegado a reducir el cibermundo a medio de transmisión de información, a espacios esporádicos “para idiotas”, y a medios en los que “la chusma se expresa, como si tuvieran categoría de reporteros o periodistas”, coincidiendo en su discurso con los políticos corruptos, quienes ven en estos medios una amenaza a su privacidad con la que otrora han operado mafiosamente.
En la República Dominicana todavía algunos se oponen a la realidad ciberespacial a la que todos voluntario o involuntariamente estamos expuestos, porque aún no entienden la complejidad del mundo y del cibermundo de la época postmoderna y de la postverdad.
En nuestro caso, para cuando el Dr. Andrés Merejo inició sus publicaciones en la prensa, desde la ciudad de Nueva York, analizando la relación entre sujeto virtual, sociedad, cibersociedad y cibermundo, no comprendíamos del todo la dimensión de sus teorizaciones. Sin embargo, sospechábamos que un filósofo de su dimensión no podía darse el lujo de publicar opiniones sin contar con un fuerte asidero teórico que cualquier lector medio pudiera constatar con la realidad, por lo que decidimos seguir observando su línea de estudio en lugar de descartarla prima facie.
En su última publicación, “La dominicanidad transida, entre lo virtual y lo real”, Merejo muestra cómo los intelectuales resistentes al ciberespacio estaban, y muchos siguen estando, equivocados por no haber desarrollado la cosmovisión que les permita comprender la realidad virtual.
Todavía algunos confunden las redes sociales con el ciberespacio, obviando que las TIC es sólo una sus tantas dimensiones. Afirma Merejo, A. (2017, p. 60) que “Las últimas encuestas realizadas en República Dominicana (…) evidencian el incremento del poder de las redes y el miedo de los políticos tradicionales hacia estas, como rizomas cibernéticos. (… y que) de los cinco millones de sujetos cibernéticos dominicanos, una parte lo hacen con fines educativos, culturales, políticos y sociales, en cambio otros se pierden en las catacumbas de las vulgaridades y la ciberbasura”.
De la cita anterior, se infiere cómo además de las TIC (tecnología de la información y comunicación), existen sujetos profesionales que hacen uso de las TAC (tecnología del aprendizaje y del conocimiento) que son aquellos que emplean la red para aprender y enseñar a través de lectura, video-conferencias, lecciones magistrales y publicaciones de artículos científicos, eclécticos y artísticos, en portales de difusión masiva, como es el caso de los lectores de este mismo texto, y de otros espacios creados específicamente para la interacción cibersocial y del aprendizaje.
Actualmente, la mayoría de las universidades importantes del mundo ofertan sus carreras a través del ciberespacio, sin el estudiante tener que visitar físicamente sus instalaciones, ya que disponen de todos los bancos electrónicos que permiten acceder al conocimiento en tiempo real desde su casa, empleando simuladores y textos multimodales (vídeos, audios, imágenes, letras…).
La generación de estudiantes dominicanos que viajó a Europa en la década de los 70 y 80 del siglo XX, al retornar al país, mantenía sus libros extranjeros ocultos. En sus disertaciones hablaban como los dueños de los saberes que expresaban, como verdaderos gurúes del conocimiento. Pero ya su presunción no les funciona. Todos esos textos, y más de ahí, se encuentran en las TAC, por lo que todo el que tenga la disposición de aprender ya no tiene, necesariamente, que viajar a ningún país del mundo, salvo que aún no se haya convertido en un cibernauta.
Las TEP (Tecnología del empoderamiento y participación), por su parte, representa el espacio en que los grupos sociales se organizan para denunciar actos de impunidad, ejecutar reuniones y otros activismos de protestas para demandar sus derechos ante los políticos corruptos que se los niegan, siendo el movimiento Marcha Verde la manifestación más evidente. Sin embargo, sería una quimera pensar que el ciberespacio se limita a estas tres dimensiones (Merejo, A. 2017, p. 108).
En la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), institución de educación superior más importante de la República Dominicana, hay muchos profesores y estudiantes que interactúan en las tres dimensiones, pero todavía una gran parte de sus intelectuales necesitan aprender a navegar en el cibermundo, sin dejarse infoxificar por la ciberbasura que busca enredar a quienes no ven más allá de las simples redes sociales.
La obra de Andrés Merejo, que en este y en un pasado artículo comentamos, también viene a desvanecer los mitos que en torno al ciberespacio de internet todavía perduran, por lo que recomendamos su profundo análisis.
el cerebro electronico atado al ciberespacio, es la manera de sumar el comportamiento humano en su maxima y a la vez, minima capacidad de conocimientos, es un ente virtual el cual acumula todos los comportamientos del ser humano. dichos acontecimientos han revolucionado no solo la manera de comunicarse, tambien la de comportarse….en sintesis….la creacion de la red cibernetica es la expresion mas generalizada de lo que somos en conjunto…..toda una amargama de altos y bajos comportamientos encerrados en un banco de datos digitales los cuales van a cambiar en su totalidad la dinamica social y el comportamiento de sus usuarios….aquellos… Leer mas »
excelente