El caso Emely y las fallas del sistema social
Muy pocas veces en las últimas décadas había ocurrido un caso que estremeciera a la sociedad dominicana de la manera que lo hizo la desaparición y muerte de Emely Peguero. El hecho tuvo como epicentro la combativa provincia de San Francisco de Macorís y luego se extendió por toda la región hasta llenar las redes sociales y lograr convertirse en viral.
Las razones por las cuales este caso alcanzó las dimensiones antes citadas fue porque en él se conjugaron una serie de factores que le dieron dimensión nacional. Emely Peguero era una adolescente que vivía con sus padres en un campo de Salcedo, era estudiante de la secundaria, socializaba en grupos artísticos, proviene de una familia humilde y fue víctima de una familia de nivel económico, social y político superior a la suya y por todas esas cosas la opinión estuvo totalmente a favor de ella.
Según declaraciones de su propio padre ella tenía una relación con Marlon desde los 12 años de edad y la misma fue aceptada por su familia y por la familia de Marlon. Durante cuatro años estos “jóvenes” estuvieron ejercitando una relación con el consentimiento de sus padres sin que les preocupara que un embarazo pudiera surgir en cualquier momento.
El surgimiento del embarazo fue el detonante de la crisis ya que ni el novio Marlon ni su madre Marlyn estaban dispuestos a cargar con la responsabilidad de una criatura que provenía de una relación con una muchacha pobre. La muchacha pobre podía ser novia pero no podía ser esposa ni mucho menos madre de un hijo de aquella familia de nuevos ricos.
Sabemos de los problemas y los prejuicios sociales que hay en la sociedad dominicana y sabemos que los mismos se han acrecentado como resultado del agresivo crecimiento económico que ha tenido el país en las últimas décadas sobre un modelo que promueve la desigualdad social, y que ha promovido el surgimiento en los pueblos y en los barrios de nuevos ricos, que en la práctica no son más que pobres que han progresado económicamente.
La familia de Marlon nunca se imaginó que la reacción social obligaría a las autoridades a actuar de tal manera que el hecho se esclareció con una rapidez y efectividad como pocas veces ha ocurrido en el país. A lo mejor ni ellos mismos, ahora en la cárcel, pueden entender por qué las cosas ocurrieron así. Es que sencillamente se equivocaron en el momento equivocado.
No obstante la rapidez y efectividad con que las autoridades lograron esclarecer el caso, es necesario advertir que para que este caso se produjera el sistema tuvo que haber fallado en muchas cosas. Las primeras en fallar fueron las familias de ambos “jóvenes” que permitieron una relación abierta de dos adolescentes sin prevenir las consecuencias que ello traería más adelante.
También fallaron el sistema educativo y el sistema de salud que sabían de la existencia de esa situación y no hicieron nada. Falló también el ministerio público que tratándose de una menor no necesita que nadie se querelle para actuar y proteger a la víctima.
El error más grande lo cometió la familia de Marlon por haber procedido de una manera tan terca sin prever consecuencias, hasta el punto de terminar actuando como vulgares criminales. El hecho y el momento exigieron que la justicia actuara y esta actuó como lo requirieron las circunstancias.
El hecho no debe pasar en vano sino que debe producir un despertar en las instituciones públicas para que asuman sus roles de proteger a los que lo necesitan aplicando la ley, y debe sobre todo aleccionar a las familias para que asuman su rol de proteger a sus hijos y orientarlos para que actúen con responsabilidad.
Ojalá que la muerte de Emely y la desgracia de la familia Martínez sirvan para prevenir muchos casos más que podrían estar en camino de ocurrir en República Dominicana.
JPM
el caso»emely», ha llegado a todo los rincones de la rep. dominicana, las redes sociales y a nivel internacional, porque el problema de edad, y de consentimientos, no lo hemos tomado en cuenta para los fines de lugar, sino por el «un crimen brutal cometido a dos niños» ( emely 16 años y in bebé de casi seis meses ). in orrendo crimen amparado por una madre, quien ayudó a su hijo a ocultar el crimen. ahora bien, hay descuido en la familia dominicana, por falta de in politica de educación que oriente a los jóvenes a esperar su tiempo… Leer mas »
perdone el periodista! pero en mi humilde opinion, quienes fallaron fueron los padres de emely cuando permitieron una relacion sexual a una nina de doce anos. estos consintieron este estupro. que clase de gente son que permitieron semejante aberracion. padres responsables no aceptan una situacion asi. una nina de doce anos no es una mujer, es un muchacho todavia. a esa edad se leen novelitas romanticas, si acaso. en cuanto al marlon: ustedes creen que esa era la unica que el usaba de tintero? no, ese por su posicion economica actuaba como padrote en un gallinero. yo espero que este… Leer mas »
«sabemos de los problemas y los prejuicios sociales que hay en la sociedad dominicana». es una gran suerte para el planeta que esos «problemas y prejuicios» son privativos, exclusivos y unicos de la sociedad dominicana (genio).
máximo, yo se que tú tienes y puedes expresar una opinón mas consecuente con el punto de vista que expone el articulista. evalúa el párrafo completo. la idea no está del todo clara para mí, pero el conjunto (el párrafo) no es contaminante. josé no quiere hacer un análisis integral del problema, por eso se queda un tanto por las ramas; pero su juicio en general es acertado.
gracias por la oportunidad de divagar un poco: decia el profesor job luis blasco que opinion es lo que uno dice cuando no sabe nada. mi punto particular, y en eso soy sensitivo es cuando se parece atribuir a rd, males de la humanidad. por supuesto que esos prejuicios sociales han influido en este crimen. pero son males de la sociedad desde que el mundo es mundo. en la princesa del guisante, hans cristian amderson, expone como una madre cuidadosa, pone un simple guisante debajo de 20 colchones para saber si una joven errante (admirada por un principe), era en… Leer mas »
muchas veces no es por la raza, sino porque los hispanos tienen fama de don juanes. y hay que creerlo, porque esos muchachos, son como los colibries: picando flores por doquier.
«los hispanos tienen fama de don juanes.» eso es raza.