El caso del PLD: violar el semáforo en rojo ?

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EL AUTOR es economista. Reside en Santo Domingo.

Por   JOSÉ NÚÑEZ

 

 

El acuerdo no escrito se pregonaba, se proyectó y quedó plasmado en la mente de cada uno de los peledeístas y los representantes del Bloque Progresista, durante la escogencia del candidato presidencial del PLD en el año 2012,  el cual se murmuraba así;  nos arriesgamos con Danilo, y si pasa lo peor, ya sea que pierda o gobierne mal, nuestra tabla de salvación para volver al poder en el corto plazo, es decir, en el 2016, es Leonel.

Y también se decía, si lo hace bien, mejor, él, Danilo Medina y Leonel Fernández, se alternan en el poder; el licenciado Medina volvería en el 2020, ya que si lo hace bien, es una garantía total de que el León vuelva en el 2016, porque sus gobiernos habían terminado con tasas de valoraciones muy buenas. Excelentes.

Así quedó el acuerdo no escrito, pero susurrado hasta la saciedad, inclusive, ni la más popular (Margarita Cedeño de Fernández), debía ser candidata, iban a crear una dinastía, ya que usted Danilo Medina, debería volver en el 2020.

Todo lo anteriormente descrito, permitió armar el  proyecto presidencial más costoso, de mayor trabajo militante y esfuerzos personales de toda  nuestra historia, desde que fuimos integrados a la globalización en el 1492.

También, al inicio de estas aspiraciones presidenciales internas en el PLD, algunos precandidatos les decían a sus equipos, que cuando Leonel Fernández salga al ruedo, ellos o él iba a retirar sus aspiraciones, y estos dirigentes argumentaban, que están ahí para poder ser tomados en cuenta, pero que el candidato, obviamente, es el doctor Fernández.

Era una ley para los peledeístas o un hecho, la candidatura presidencial del que el mismo presidente de la República hacía llamar el líder del partido, especialmente hasta su primer año de gobierno de este cuatrienio (2012-2016), pero ya, a más de dos años de esta gestión, específicamente a los dos años y medio, casi al echarse las palomas, fuá, se delata el drama y se dan por entendidas demasiadas interrogantes.

Tantas encuestas dirigidas a proyectar o reafirmar un posicionamiento sin estar aspirando, tantos ataques; los más duros desde su misma gente o con la vista favorable de quien a toda luces teóricamente debía y más aun, podía pararlo, pero como hacerlo, si los mismos parecían agradar a los oídos del jefe de la partitura.

Sin embargo, a pesar de todo, la candidatura del doctor Fernández era como un semáforo en verde y que venía a más de 2016 kilómetros por horas, con unos vientos, que supuestamente también  deberían  empujarse  desde el mismo palacio nacional, y entonces, como detenerla, si el que venía en la pista dejó sus laterales blindados.

Estamos en un país donde el poder más determinante lo representa el Ejecutivo, pero hay áreas, sectores y otros poderes públicos en capacidad de  ponerle un stop a éste, o que se frustre todo.

Y ciertamente, nuestra Constitución ha sido tan tocada, modificada, fundamentalmente para beneficiar a los mandatarios de turno, que compiten con las violaciones que se hacen cada día en el país a la luz roja de los semáforos y, con ellas a las vidas de las personas y animales al ponerle en riesgo su existencia.

Ahora bien, la capacidad de violar la luz roja de la Constitución, aun arreglando el semáforo para que se ponga en verde de forma forzosa, va a depender de la calidad de los tráficos que tiene el doctor Leonel Fernández, ya que él posee la cantidad suficiente de éstos para parar este despropósito, porque es bien sabido, que ya emitió su juicio.

 

¡Por el bien del PLD y el país, ojalá no se permita que se viole la luz roja del semáforo! 

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