El auge del delito es culpa del gobierno

 

Mientras muchos ven la policía como la garante de la seguridad y el orden, otros tantos, en los que me inscribo, la percibimos como un órgano represivo al servicio del estado y de los empresarios creado por la dictadura para pisotear, torturar y matar en el pasado a los comunistas y hoy para enfrentar a los delincuentes pobres y para proteger a los bandidos encumbrados.

En esa labor, casi todos sus departamentos, salvo el 9-1-1, han sido sumergidos en la deficiencia y la corrupción. Están las unidades de homicidios, robo y drogas como el Dican y el Dicrim que son mafias, centros de extorción y escuelas de sicariatos. Hay divisiones como del Plan Piloto, Transito y la Amet  que además de deficientes son puros desorden.

Las unidades especiales como los Lince, Swat, Antimotines y los Topos andan implantando el terror. La Dicat no existe. La policía turística es algo decorativo. Y la DNCD es una isla aparte por encima del mal y del bien.

Muchas de estas agencias en vez de cumplir con su deber andan por todo el territorio dominicano extorsionando y chantajeando a jóvenes y violándole sus derechos fundamentales. Le allanan sin fiscales. Se roban las drogas. Se cogen el dinero. Matan y apresan. Colocan armas y drogas. Y cobran peajes.

En la policía no hay transparencia, dilapidan los ingresos de ventanilla, nadie sabe que hacen con el presupuesto, compran los puestos por dinero, cobran muchos servicios debajo de la mesa, no publican sus declaraciones juradas, ascienden por relaciones, violan su propia ley, nombran policías en el exterior y quien cobra es otro pero lo peor es que nadie le hace una auditoria.

Hasta se han creado mafias policiales dirigidas desde la sombra para controlar a los delincuentes de robo, de drogas y de crimen lo que le permite luego atraparlo en los casos sonoros y activarlos cuando les conviene.

La policía tiene un salario de miseria, no tienen transporte, ni tienen equipo de comunicación ni tienen tecnologías para enfrentar el delito. Pero todos los jefes de la policía y los que llegan a general salen millonarios del cargo.

Hasta el día de hoy nadie sabe quien torpedea la reforma policial si son los políticos o algunos sectores obscuros de la policía porque alguien no quiere mejorar el salario, no desean registrar el crimen y se prefiere el macuteo.

El desorden es tan grande en la policía que el Jefe de la Policía, General Nelson Peguero, sabe que hay 38 mil agentes, que tiene 15 en la institución pero no sabe donde están más de 20 mil policía usados por particulares.

Dice tener un plan como todos y pretende convencernos que de los 38 mil agentes que hay solo se requieren 25 mil y  que va a reducir el gasto de combustible de 100 millones diarios a 50 millones para mejorar el salario policial como que hacerse el gracioso y poner un parche fuera la solución.

Pero ni el gobierno ni sus agencias policiales van a engañar más a este pueblo con sus preocupaciones por delitos que en vez de aminorar, aumentan. Ni tampoco nos enreda con el manoseado aumento del patrullaje y su plan. Ya lo dijo el gobierno que sin pacto fiscal no habrá seguridad ciudadana.

El problema de inseguridad más que de dinero es de voluntad política para eliminar la corrupción. Desde hace tiempo, se manipulan expedientes. La justicia emite sentencia fuera de la ley y por orden superior. Todo el sistema judicial es vulnerable a aceptar dadivas y regalos para liberar delincuentes.

El Ministerio Público está secuestrado y el Pepca es otro que sirve para nada. Aquí se construyen torres con dinero del delito, se roban los recursos del presupuesto, se matan a presuntos delincuentes, se fusilan por encargo y nadie investiga nada y si lo hacen lo archivan o la sanción la dejan en la rama.

Cuando desde arriba no se envían señalas claras, ante tantas denuncias y en cambio se dice que no tiremos piedras, que hay transparencias y que la violencia es un problema de percepción, se está fomentando la impunidad y todo el estado, sea por comisión u omisión, tiende a asociarse al delito.

¿Quién es el Jefe de la Policía, de la Armada, del Congreso, de la Justicia y del Poder Electoral y Moral? Por más que se diga otra cosa, es el presidente. Por lo tanto, el responsable de que exista hoy una policía ineficaz, deficiente y mafiosa y una justicia corrupta y politiquera, es Danilo Medina. De ahí que el auge del delito no lo causa la institución policial sino el gobierno dominicano

JPM

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