El arte de la distracción

 

El pasado jueves el presidente dominicano, señor Danilo Medina Sánchez, se dirigió a la matrícula e invitados de la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana, en donde declaró entre otras cosas, la prioridad que existe de que después de las elecciones nacionales de mayo próximo se concretice en el país un pacto fiscal.

A raíz de dicha declaración algunos empresarios y economistas favorecieron que se alcance dicho pacto lo más pronto posible, el cual forma parte de uno de los mandatos de la Ley No. 1-12 “Estrategia Nacional de Desarrollo (END 2010-2030)”.

Lo mismo hizo el incumbente del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo de la nación dominicana quien expresó la necesidad de que se revise la política fiscal del gobierno.

Los argumentos esgrimidos para que se lleve a cabo el muy manoseado y cacareado pacto fiscal son de que el país necesita con urgencia que se le dé respuesta a las  demandas de la población, tal el caso del 5% del PIB para el sector salud y de que se aumente per se la presión tributaria de 14% a un 18% del PIB con el fin de aplicar más recursos a las distintas necesidades insatisfechas y debido a la gran evasión fiscal existente.

Lo curioso es ver, escuchar y asimilar dichas declaraciones en una etapa electoral como la que hoy vive la República Dominicana, apenas unos cuarenta y tantos días para que se celebren las elecciones: presidencial, municipal y congresual.

Sin ser un terrícola de cerebro brillante se puede colegir que se toma el pelo a los ciudadanos más humildes o de menos escolaridad o de aquellos ciudadanos que solo piensan en la vida fácil o pocos conscientes de la realidad económica y financiera que impera en el país.

Si la República Dominicana fuera un país donde se hiciera alarde de una sólida institucionalidad o respeto a las leyes y la constitución no sería nada extraño que todos los ciudadanos quisiesen que se les cobrara un poco más de dinero por concepto de impuestos, si estos fueran escrupulosos y transparentemente administrados.

Y que los señalados impuestos se retribuyeran a la población en obras y servicios de alta calidad lo cual evitaría que el pueblo tuviera que aportar más dinero que no fuese el cobrado a través de las recaudaciones directas e indirectas que a diario se le cobra.

En tal sentido, hace una semana que algunos medios de prensa sirvieron la información de que más de 40 millonarios de la ciudad de New York solicitaron al gobernador y legisladores más influyentes que les aumenten el impuesto sobre la renta  para combatir la pobreza y mejorar las infraestructuras de dicha demarcación neoyorquina.

¿Por qué sucede lo anterior en dicha ciudad de los Estados Unidos de Norteamérica? por el hecho que los contribuyentes de ese país confían plenamente de que sus autoridades respetan las leyes con responsabilidad y transparencia al aplicar correctamente los impuestos que los ciudadanos pagan religiosamente.

Levanta suspicacia que el actual presidente y candidato a una nueva gestión gubernamental, por el  Partido de la Liberación Dominicana (PLD),  haya expresado en un escenario como el de la Cámara Americana de Comercio, que es partidario de que se apruebe en un próximo gobierno que él estima presidirá, un pacto fiscal que forma parte de la Ley No. 1-12 que hace tres años el garantizó aprobar y aplicar en su actual gobierno.

Es ingenuo y tonto pensar, creer y asimilar que dicho candidato oficialista a la presidencia por el PLD cumplirá lo planteado en dicho foro cuando se ha pasado más de tres años gobernando la  nación dominicana sin que se haya aprobado el pacto eléctrico, entre otros.

Lo mismo sin que se aprobara la indicada reforma fiscal e inclusive haya incumplido su palabra de no reelegirse en la presidencia de la República y no haya propiciado el ambiente para que se aprobara la ley de partidos. Entonces, ¿con que moral propone aprobar en un nuevo gobierno suyo lo que no ha cumplido en su actual gestión?.

Además, ¿que propone el señor presidente? una reforma fiscal o el acostumbrado  parche tributario que los gobiernos de su partido han aprobado para disponer de más recursos que se destinarán al despilfarro, al clientelismo político, a nóminas parasitarias o, verdaderamente una reforma de los ingresos pero también de los gastos donde prime el sacrificio de las autoridades al limitar los gastos públicos, controlar el endeudamiento, la corrupción y los déficits fiscales.

Hasta tanto no se revise la gestión administrativa imperante en cuanto estructura de gastos, no se eficientice la administración tributaria, no se respeten las leyes y la constitución de la nación, de nada valdría abocarse a aprobar y aplicar una reforma fiscal que solo serviría para tapar o encubrir los hoyos financieros que cada año han producido los gobiernos del PLD, debido a su mala administración de la cosa pública.

De lo expresado anteriormente se puede concluir que más que un interés por resolver los problemas y retos de la nación dominicana con miras al futuro lo que se busca es seguir aplicando el arte de la distracción, pués con tales anuncios se busca desviar la atención de las debilidades que ha exhibido la actual gestión de gobierno del señor Danilo Medina Sánchez y su partido PLD.

JPM

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

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