El arquitecto y el raso; cada uno con su razón
Por ROBINSON R. GALVEZ LAY
En los últimos días se han registrado casos que constituyen muestra palpable de cómo actúa la sociedad a través de las oportunidades que se brindan, producto de la politiquería. Un mal innecesario!
En el caso del arquitecto David Rodríguez García, ex contratista del Estado, se demostró que lo que existía desde hace tiempo en la OISOE era un nido de corrupción, que llevó al suicidio de este profesional. Lamentablemente!
Producto de este hecho pudimos percatarnos del abuso indolente que hay en nuestras instituciones, y que sólo un desenlace fatal puede inducir a que algo se haga para contrarrestar cualquier mal que exista.
No hay dudas que si él no hubiese tomado la lamentable decisión, la corrupción estuviera tal como nació en esa institución, sin que a nadie le doliera, tanto del Gobierno, del PLD y hasta de la sociedad misma.
Es absurdo pensar que una persona tenga que poner a sonar un caso, tomando una decisión como esa. Pero es obvio que no le dejaron otra alternativa o salida; con su accionar fatal dejó entrever lo acorralado que se encontraba, no sólo por las deudas sino por la burocracia que, según muchos, aún permanece.
Tuvo razón de sobra David Rodríguez, aunque nada justifica la muerte ni un suicidio. Sin embargo, las razones sobraban, por lo expuesto en el párrafo anterior. Y le añadimos, también por la poca esperanza que al parecer le brindaron a este joven profesional.
El raso
Otro caso de las últimas horas que ha tomado trascendencia pública es el del raso Daurin Muñoz, quien ha expresado descontento por el pírrico salario que gana un policía, preocupación que plasmó en un vídeo que ya está por el mundo.
¿Qué diferencia hay entre el arquitecto David Rodríguez y este raso de la Policía Nacional?. A mi juicio, en que el primero emitió una queja suicidándose, y el segundo hablando a través de un vídeo. Pero si hay algo en común, es que ambos relataron el desastre de las dos instituciones, y en cada caso han marcado la pauta de los principales medios de comunicación del país.
Meto mi cabeza en una guillotina: el 99% de los policías está de acuerdo con ese planteamiento de su compañero de uniforme. Es más, y me la juego, conversé con un coronel del Ejército Nacional (cuyo nombre omito por ética) que me informó que no solamente los policías sino también los guardias apoyan estas declaraciones del Raso.
Soy de opinión, muy humilde por cierto, que si bien es verdad que este último incurrió en violación a los reglamentos de la institución, por lo que tal vez se le sancione, no menos cierto es que él hizo un planteamiento al que el país entero le ha dado la razón.
Opino que a este raso, en vez de escarmentarlo, hay que apoyarlo por atreverse a hablar a nombre de más de 35,000 miembros, lo que para muchos ha sido una hazaña. El presentó en ese vídeo una radiografía de la realidad de nuestra Policía Nacional que nadie puede negar.
Ojalá que, si bien violó y faltó, no sea sancionado como algunos piden, sino que sea premiado, no por violar sino por la valentía, pues durante muchos años nadie se atrevía fijar posición sobre el tema, no solo por respeto sino por temor a una reacción de un superior allí dentro.
El jefe de la Policía, mayor general Nelson Peguero Paredes, lo que debe es, aprovechando esta coyuntura, propiciar un debate de diferentes sectores de la sociedad, porque el salario dentro de la entidad debe ser mejorado ya.
“El salario cebolla”, tal como le llamó el raso en el vídeo, no debe seguir siendo el desencanto de los hombres y mujeres que están supuestos a cuidarnos en las calles. Hay que buscar alternativas para que laboren con entusiasmo, esmero, tesón y ahínco, y para que todos los dominicanos y dominicanas nos sintamos bien protegidos por ellos.
@rogalay