El antes y el ahora de la Serie del Caribe
La Serie del Caribe ha tenido su antes y ahora en un proceso de evolución de 58 eventos realizados.
En mi caso, de niño y adolescente era un privilegio seguir cada juego de la Pequeña Serie Mundial, como le decían antes al evento que reúne los equipos ganadores del Béisbol Otoño-Invernal. Cuando los partidos se efectuaban en la Costa del Pacífico de México sabía estar bien entrada la madrugada con un radito de pilas en mis oídos, pues el rigor y la escuela al día siguiente obligaban a acostarse temprano, pero como apasionado de este deporte lograba vencer el sueño a altas horas de la madrugada.
Para los jugadores de antaño era un privilegio estar en una Serie del Caribe. Se ganaba un dinero extra, se ¨figureaba¨, se ponía en alto el orgullo patrio, incluso algunos jugadores no convocados terminaban enemigos de los encargados de formar la nómina del equipo.
En la época del Dream Team de Puerto Rico (1995), recuerdo haber seguido esa serie viviendo entre Barahona y Enriquillo, pues estaba laborando en el Bagrícola en esa época. Los boricuas tuvieron el mejor equipo de la historia con Roberto Alomar, Igor González, Edgar Martínez, Carlos Baerga, Carlos Delgado, Bernie Williams y Rubén Sierra.
Los Azucareros del Este, campeones de ese año, llevaron gente del calibre de Henry Rodríguez, Raul Mondesí, José Offerman, Andujar y Domingo Cedeño, Pedro Julio Astacio, José Rijo, Mel Rojas, Carlos Pèrez y el inmortal Pedro Martínez. Puerto Rico ganó los seis juegos de la serie, venciendo a los nuestros en los dos partidos inclusive.
Hoy día se vive un béisbol muy diferente a aquellos tiempos. Diferente e indiferente, pues esos jugadores, los dominicanos estelares y los boricuas ya ganaban muy buen dinero en las Mayores. El orgullo por usar la camiseta nacional y en el caso de los boricuas querían demostrarle al mundo que tenían el mejor talento del mundo beisbolístico después de los americanos.
Las restricciones de las organizaciones de Grandes Ligas, la indiferencia de algunos no tan estelares, el mal manejo eterno de algunos muchachos que sin tener voluminosos contratos ni ser grandes prospectos se creen lo último de lo último, han limitado bastante la calidad y preponderancia de este evento. En años recientes los equipos ganadores, al menos en nuestra liga que es la más talentosa del área, han tenido que recurrir y formar nóminas con lo que esté a su alcance (incluso pedir permiso a Venezuela para un jugador como Lew Ford, de 39 años, que le fue mal en ese país y que los últimos dos años ha estado entre México y Liga Independiente en el verano, pero que ha sido un fenómeno aquí en dos finales).
La cercanía de los entrenamientos de Grandes Ligas y los altos costos de montar una Serie del Caribe deberán llevar a los organizadores a replantear, no el formato como se hizo hace un par de años, sino el evento en general, que hoy no se parece al de antes.
of-am