Doctor Almeida: los pozos sépticos no se destapan

Probablemente este 2015 es el año en el que más paradigmas se han caído públicamente. Pero también, una buena parte de los tabúes que construimos, ya han sido evidenciados y descalificados. A consecuencia de ello, ciertos respetables dominicanos -que siempre han pensado y actuado en función del interés nacional- hoy se les reconocen sin regateo su verdadero valor patriótico y ético. Mientras que otros, los granujas que se escondieron solapadamente en las estructuras partidarias, han tenido que abandonar sus madrigueras y salir al ruedo, a mostrar su verdadera vocación de mercaderes de la política.

 

Pero hay que admitir sin embargo, que todos los acontecimientos no se originaron en este año, y que algunas de sus consecuencias no se verán de inmediato sino a futuro. Luce que el punto de partida de la vorágine se ubica en las luchas internas de los dos partidos mayoritarios, PRD y PLD; pero vale señalar, que el proceso de descomposición viene de tiempo atrás y que esos enfrentamientos solo han agravado el proceso, hasta llevar los partidos a tocar fondo.

 

Digamos que el PLD se encargó de demostrar que el “boschismo” no llega a la categoría de doctrina, que no era mas que una pretensión -muy bien intencionada- de don Juan, de imponer su austero y ético estilo de vida a un grupo de ciudadanos que tenían en común una gran pasión por el poder y sus mieles, y un resentimiento social innegable; pero está claro que no tenían vocación de poder, como asumíamos.

 

A pesar de esa debilidad, ese partido creció y atrajo hacia sí buena parte del pueblo trabajador, que decepcionado del manejo del PRD en el poder, creyó esperanzado el cuento de que ellos eran diferentes. La “doctrina” de don Juan fracasó, como también fracasó la de Peña Gómez; claro, unos por haber llegado al poder y los otros, por no entender el poder.

 

Lo del “tiburón podrido” y su secuela, el valor de la palabra empeñada, a mi manera de ver las cosas, no es tan importante; porque en realidad, “una cosa es con guitarra y otra es con violín”, como reza el viejo dicho, y en el poder hay que cumplir con ciertas normas de rigor, que si no obligan, cuando menos empujan a revisar las promesas pre electorales.

 

Lo que de ninguna manera es admisible, es que usted se desplace como elefante en la pradera, con absoluta indiferencia al daño que pueda causar y que cobre una ofensa menor, como si fuera un pecado capital. La inclusión de Quirino Castillo -el narcotraficante- en el debate político interno, es un error que jamás debió permitirse el PLD; porque dejará heridas abiertas, muy difícil de cicatrizar.

 

Del otro lado de la acera, los desnudos han sido menos espectaculares, pero no menos impúdicos. La lucha no fue más encarnizada porque no estaban en el poder, pero está claro que son tan sádicos los unos como los otros. Es asunto de escenario exclusivamente, y del armamento disponible, lo demuestra el lenguaje usado; para ellos es igual si la discusión es en una capilla, que en el mercado de pulgas. Si hubieran estado en el poder, aquel 27 de enero trágico, habríamos contado los muertos por millares.

 

Para bien o para mal de los votantes, a medida que se definen las boletas partidarias, los disidentes, perdedores o marginados -que a fin de cuentas es lo mismo- se sublevan y si no son complacidos con la designación, abandonan el barco y al cambiar de cachucha, son recibidos como héroes por el bando contrario.

 

En este intercambio de villanos, nadie sabe quien está ganando o perdiendo, porque la presea lograda, en el mejor de los casos, si se cambia por “adreim”, se pierde el envase. Y lo mas triste es que los partidos se enorgullecen de haber fichado a tal o cual disgustado, a pesar del malestar que crean a lo interno. Parece un asunto de locos; hasta mi cantautor preferido se aventuró a coger la yola, desdiciéndose de 35 años de “militancia de avanzada”.

 

Ahora que ya las poses salen sobrando, aparece un dirigente histórico del peledeísmo, don Franklyn Almeida Rancier y mezclando las de cal y las de arena, nos deja con un sabor agridulce, tan desconcertante que se hace necesario tomar sus declaraciones por partes, para tratar de entender el acertijo.

 

Primero la de cal:

Es muy cierto que hay un acuerdo entre las partes en pugna dentro del PLD y que dichos acuerdos deben cumplirse, para evitar males mayores y que luego no se puedan contener las aguas desparramadas; pero eso de pedir que se le pongan los candados a la Constitución, que se creen las comisiones técnicas de cada bando y que en enero 26 se proclame a todo el mundo candidato -aun y cuando es lo que manda el librito- en boca del ex director del Colegio Universitario, parece una nueva versión de “colorín colorado y todo acabado”; algo no propio de un cañonero  de la categoría de don Franklyn. Él nos tiene acostumbrados a los discursos de barricada, y ahora parece como si se desdoblara a sí mismo o si por el contrario, solo nos está edulcorando el trago para que el purgante pase más suave.

 

Ahora la de arena:

 

Aquí está el verdadero objetivo del rodeo: proclamar que Félix Bautista debe explicar el origen de su fortuna. No creo que sea tan sincero el ex ministro de Interior y Policía. Levantar una polvareda de ese tipo, solo traerá problemas, problemas muy serios. Porque dígame usted ¿solo el senador de San Juan tiene dinero en el PLD? y ¿cuánto tiene en verdad?   y ¿por qué el mismo Almeida no se somete a ese rigor? y ¿quién va a certificar que lo que demuestre el senador es lo real?

 

Como se puede colegir de las interrogantes, el doctor Almeida quiere meter al PLD en un berenjenal o está promoviendo una purga, al mas rancio estilo estalinista. Porque si el senador tiene jurisdicción  privilegiada, habrá de ser en la Suprema Corte de Justicia donde se trate el pedido del doctor Almeida y ¿no es un tribunal colegiado de dicha SCJ quien acaba de dar el “no ha lugar” correspondiente sobre el caso?

 

La pregunta obligada es ¿qué busca en realidad Franklyn Almeida con este espinoso planteamiento?; y la respuesta también habrá de ser intrincada y controversial. Tan controversial que ni siquiera es una respuesta directa.

El doctor Almeida debería saber que los pozos sépticos no se destapan, a menos que no sea para limpiarlos a profundidad; porque el doctor Almeida sabe perfectamente que ni su Partido, ni su Gobierno están en condiciones de iniciar una empresa tan compleja.

 

¡Vivimos, seguiremos disparando!

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