Discurso para un homenaje a Juan Bosch en el 108 aniversario de su nacimiento

 

 

 

Preliminar

 

Los dominicanos de valía, en términos culturales, cívicos y morales residentes en la ciudad de Union City, New Jersey, han dedicado su segunda feria del libro al escritor Juan Bosch, la cual coincide con la celebración del 108 aniversario de su nacimiento. La misma se desarrolló en los días viernes 23, sábado 24 y domingo 25 de junio del año en curso.  Para el discurso de apertura tuve el alto honor de ser invitado por la directora de ese evento, señora Berkis Contreras.

Por recomendación de muchos amigos, comparto con mis lectores la referida pieza oratoria.

 

Señores y señoras

 

A Juan Bosch, a grandes rasgos se le describe como escritor eximio, pensador social profundo, luchador irrenunciable a favor de los desposeídos, demócrata a tiempo completo, político excepcional, brillante estadista, líder y estratega genial, ejemplo de honestidad, dignidad y de amor a su prójimo, ilustre ciudadano del mundo, gran humanista, trabajador incansable, un consagrado esteta, un autodidacta que con su escritura y proceder social y político, trascendió las fronteras de su patria, llegando a ser sujeto de inspiración creativa para otras naciones.  A Juan Bosch, también se le conoce, como el maestro que ha sido defraudado por el 99.9% de sus discípulos.

 

Juan Bosch nació en la ciudad de «La Vega Real» (República Dominicana) el 30 de junio de 1909, es decir hace 108 años. Su vocación literaria se revela desde los nueve años edad.  Algo curioso en la vida de Bosch es, que él no terminó el bachillerato; solo llegó al tercer grado de esa etapa escolar.  En su juventud vivió en Santo Domingo y trabajó en establecimientos comerciales; más tarde viajó a España, Venezuela y algunas de las islas del Caribe.  A su retorno a la República Dominicana, al comienzo de los años ’30, publicó su primer libro de cuentos «Camino real», el ensayo «Indios» y «La novela La Mañosa». Dirigió desde sus inicios la página literaria del periódico Listín Diario, en el cual se perfiló como crítico de arte y ensayista.

 

En los primeros años de la dictadura de Trujillo, Bosch fue encarcelado por razones políticas, siendo liberado después de varios meses de prisión.  En 1938, sabiendo que el tirano planeaba designarlo diputado, logró salir al exilio y se estableció en Puerto Rico.  En 1939 se trasladó a Cuba, desde donde dirigió la edición de las obras completas de Eugenio María de Hostos las cuales fueron publicadas en la conmemoración de su centenario.  El trabajo con los escritos originales de Hostos, terminó por definir a Bosch su vocación patriótica, latinoamericanista y humanista.  En 1939, junto a otros exiliados políticos, fundó el Partido Revolucionario Dominicano.

 

Entre los años 1940 y 1945, Bosch se destacó como uno de los más notables escritores de cuentos de la región y laboró activamente en la formación de un frente antitrujillista encabezado por el Partido Revolucionario Dominicano.

 

Al mismo tiempo, su carrera literaria fue en ascenso, obteniendo importantes reconocimientos como el Premio Hernández Cata en La Habana, el cual se otorgaba a los cuentos escritos por autores de América Latina. A Bosch se le ha llegado a considerar como un maestro en ese género.

 

Nuestro ilustre homenajeado fue Presidente de la República Dominicana desde el 27 de febrero de 1963, al 25 de septiembre de 1963.  Pero se da el caso, que en esta feria del libro, el Bosch político no es el objeto de reconocimiento, sino el novelista, el ensayista, el crítico literario, el periodista, el orador, el conferencista, el gran escritor social, es decir el gran literato que fue Juan Bosch.  Por tal razón, de inmediato nos abocamos a hablar brevemente de su prolífica obra.

 

La obra historiográfica de Bosch, en su mayoría analiza e interpreta los diferentes períodos de la historia dominicana; la misma constituye un legado valiosísimo para que las presentes y futuras generaciones conozcan a profundidad, no sólo los episodios políticos o épicos más importantes de nuestra historia, sino también, la evolución económica y social del pueblo dominicano y sus rasgos característicos en cada una de sus etapas. Por ejemplo, su obra “Composición Social Dominicana” más que un recuento cronológico de acontecimientos, como guerras y gobiernos, es un verdadero análisis científico que interpreta objetivamente la historia nacional a partir de la evolución económica y social del pueblo dominicano.

 

Las contribuciones del profesor Bosch a la literatura a través de sus novelas, cuentos y ensayos lo convirtieron en un referente para varias generaciones de escritores, periodistas e historiadores.  En cierto momento de su carrera, el Premio Nobel Gabriel García Márquez confesó: «Bosch ha sido una de mis mayores influencias»

 

Sus obras: 

 

Don Juan escribió decenas de cuentos, en los que se destacan: La mujer, Camino Real, Dos pesos de agua, La Bella Alma de Don Damián, Luis Pie, Maravilla,  Un Bohío, Callejón Pontón, La Muchacha de La Guaira, Cuentos de Navidad, La Nochebuena de Encarnación Mendoza, La Verdad, Los Amos, La Mancha indeleble etc.

 

Novelas, don Juan escribió dos novelas:

1- La Mañosa (1936) y el El Oro y la Paz (1975)

 

Sus ensayos, son más de sesenta y sus artículos publicados en libros, periódicos y revistas, se cuentan por cientos.

 

Algunos títulos de sus ensayos son: Indios, Apuntes Históricos y Leyendas / Mujeres en la Vida de Hostos / Hostos, el Sembrador /Judas Iscariote, el Calumniado / Póker de Espanto en el Caribe / Cuba, la Isla Fascinante /Apuntes Sobre el Arte de Escribir Cuentos / Trujillo: Causa de Una Tiranía Sin Ejemplo/ Simón Bolívar, Biografía Para Escolares / Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana/  El Pentagonismo, Sustituto del Imperialismo /Dictadura Con Respaldo Popular /De Cristóbal Colón a Fidel Castro/ Breve historia de la oligarquía / Composición Social Dominicana etc.

 

Juan Bosch el Humanista… el pensador

 

Juan Bosch fue un gran humanista, un gran pensador…   Su vida, su accionar político, sus obras, su pensamiento, reflejan esas condiciones.

He aquí algunos de sus idearios

“Hay que educar al hombre para que respete las leyes. Sin leyes no hay sociedad humana.   Las leyes sólo tienen valor si cada persona las acepta y las respeta y las hace respetar”.

 

“Sin amor es imposible hacer algo creador. El amor hace fuerte a los débiles y valientes a los cobardes. El amor obra milagros”.

 

“El escritor es un hombre de su tiempo, y siendo un hombre de su tiempo tienen que afectarle las condiciones en que vive el pueblo.

 

“Prefiero al escritor comprometido, pero comprometido con la causa buena, y la causa buena es la lucha por la liberación de los pueblos, por la liberación de los hombres. La causa buena es la que señala un rumbo, un camino hacia el futuro, un camino hacia el mayor bienestar de la humanidad, no de una minoría que viva a expensas del resto de la humanidad, sino de la humanidad completa.

 

El escritor debe tener una conciencia bien clara, de que el mundo mejor sería, el mundo donde todos pudieran ser escritores y pintores, músicos, bailarines y cantantes. Es decir, el mundo donde las facultades humanas, las mejores facultades humanas, se expresaran con mayor intensidad y mayor brillo”.

 

“No creo que la literatura puede cambiar el mundo, pero creo que la literatura como toda actividad humana, contribuye a iluminar la mente de los hombres y que puede embellecer, enriquecer mucho la vida del hombre. La literatura no puede escapar de ninguna manera a la realidad social, económica, política y cultural, de los seres humanos”.

 

Finalmente, como aquí casi todos somos emigrantes, he considerado de lugar leer un texto de Bosch, en el cual él plasma su pensar sobre la emigración y los emigrantes. Cito:

 

«Hay leyes, todavía misteriosas (porque el ser humano no ha alcanzado a estudiarlas), que parecen identificar de una manera constante a las criaturas de Dios con el lugar en que han nacido.  Digo criaturas de Dios y no me refiero sólo a los hombres.

 

Algo difícil de conocer obliga a la alegre foca que recorre los mares del Japón a retornar a las más frías costas de Alaska para tener allí sus crías; una fuerza incontenible hace que los salmones retornen, cruzando el Atlántico y trepando por las cascadas de los ríos del Canadá, a desovar en los sitios donde nacieron; un mandato que no pueden desobedecer trae a las anguilas de los ríos de Europa a dejar sus huevos en el Mar de los Sargazos; igual mandato conduce las bandadas de golondrinas y de palomas que desafían la distancia de millares de kilómetros y van sin un desvío a tener sus crías en el sitio donde las madres las tuvieron a ellas.

 

Si el instinto conduce a los animales, para renovar la especie, al punto donde comenzaron su vida, resulta lógico que el apego del hombre al pedazo de tierra que le vio nacer sea tan fuerte, y sea tan ciego, que le lleva a sacrificar su existencia, si es necesario, para vivir ahí, para tener ahí sus hijos, para que ahí esté su sepultura.

 

Nadie puede explicar dónde está el origen de ese amor delirante que la humanidad ha llamado patriotismo.  Pero es un hecho que el ser humano prefiere su patria, aun cuando sea pobre y desdichada, a la patria de otros hombres, aunque ésta sea rica y venturosa, como es un hecho real que la foca y el salmón y la anguila y el ave migratoria prefieren para perpetuar la especie y quizá para morir, el sitio donde nacieron.

 

¿Tiene tal vez cada pedazo de tierra una frecuencia magnética oculta que conforma al que nace en ella sin que él se dé cuenta?  ¿Qué relación desconocida hay entre el grosor del aire, la dulzura del agua, el color de los arboles de un lugar determinado y los sentimientos de la criatura de Dios que nace allí?

 

No lo sabemos, y acaso la humanidad tarde mucho en saberlo. Pero la historia, que es el espejo de los actos colectivos, nos enseña que el amor a la patria es un valor constante en todos los pueblos; que el esquimal ama su rudo paisaje de nieves eternas; que el tibetano ama la extraordinaria soledad de sus montañas; que el africano ama sus selvas pobladas de leones, de culebras y caimanes; que el norteamericano ama su continente de rascacielos y automóviles.  Nosotros los dominicanos amamos hasta la muerte este pedazo de isla en el cual nos tocó nacer, en el cual hemos luchado y en el cual esperamos morir».  Textos tan hermosos y significativos como este, los escribió Juan Bosch por cientos.

 

Ante este grandioso ser humano, ante este político singular y escritor extraordinario de proyección universal, los convocados aquí en esta noche del viernes 23 de junio en esta ciudad de Unión City, nos inclinamos jubilosos y reverentes, para dedicar esta feria del libro al insigne dominicano llamado Juan Bosch; evento este que unánimemente aprobamos de todo corazón, y que sancionamos y bendecimos, con un gran aplauso.

 

Buenas noches…

 

 

 

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