Derrota y reflujo

 
 
Una derrota política, sólo puede ser encajada si se acepta y se busca reducir los efectos colaterales. Después de la derrota viene el reflujo, el desconcierto y la desbandada de seguidores. Sólo lo puede evitar la revisión de errores, reponer las fuerzas, y listo para emprender nuevas jornadas.
El inicio formal  e institucional de  la búsqueda de la reelección es una innegable victoria política del Presidente Danilo Medina. Ha ganado la primera parte, que es dentro del Partido de la Liberación Dominicana, le falta ahora la batalla del Congreso Nacional.
Ganar a Leonel Fernández por una mayoría significativa lo tienen que aquilatar los llamados oficialistas como parte del laborantismo político partidario. La línea del aplastamiento, en la actividad de masas sólo lleva a las divisiones y el fraccionamiento.
En política se gana y se pierde. El que gana debe ser conciliador  y tender puentes de entendimiento. El que pierde, debe evitar que en el reflujo se le vayan sus fuerzas.
La historia política señala que cuando tras una victoria no hay concertación y entendimientos fuera y tras bastidores, el fraccionamiento está cerca, o el desgano, o el retiro de escena, para pasar a las sombras de las bambalinas, moviendo teclas ocultas.
La reelección presidencial, bajo cualquier circunstancia y cualquier período, es un hecho de fuerza y concertación. Hay que atraer los votos de los legisladores que son adversos, unos 20, y casi siempre ese acercamiento es fuera y contra   las líneas de los partidos que los cobijan.
La reelección se sataniza porque fue ejemplo de la fuerza y la sangre de los doce años del doctor Joaquín Balaguer. En defenitiva, es el pueblo el que debe decidir si un presidente puede seguir en el cargo o se va para la casa. En el pasado reciente, el Presidente Hipólito Mejia buscó la reelección y la perdió.
Hoy más que nunca los que buscan la repostulación tienen que practicar la  concertación política y social, para poder mantenerse por un nuevo período en el Palacio Nacional.
Los índices de popularidad del presidente Medina están sobre la mesa, con una oposición dividida y que ahora mismo luce en un proceso de individualidades que no le permiten crecer. La forma en que esa oposición, a través de sus legisladores, se apega o rechaza la reelección en una Asamblea Nacional, será determinante para el destino del país.
Sin concertación y búsqueda de unidad, no hay ninguna fuerza política que pueda triunfar.
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