Denzel Washington protagonizará secuela «The Equalizer 2»

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Los Ángeles (EE.UU.), 16 jul.- Con 34 años, Antoine Fuqua dirigió a Denzel Washington y lo llevó al Óscar de la mano del feroz y corrupto policía de «Training Day». Casi dos décadas después y en su cuarto trabajo en común, le ha convencido para rodar la primera secuela de su carrera: «The Equalizer 2».

«Denzel estableció las pautas desde el primer momento», confesó a Efe el realizador estadounidense (Pittsburgh, 1965), que también ha dirigido el actor en «The Equalizer» (2014) y la nueva versión de «The Magnificent Seven» (2016).

«Mi trato con él siempre ha sido el mismo. La confianza del uno en el otro es máxima. Claro que intimida. En 2001, cuando estrenamos ‘Training Day’, él ya era enorme. Me senté a tomar un café con él y le dije: ‘¿Quieres ver lo que hemos rodado?’ Y me contestó: ‘No, tío, tú diriges. Avísame para la siguiente escena'», rememoró.

«Aquello», concedió, «fue un enorme voto de confianza».

En «The Equalizer», el personaje de Washington, Robert McCall, un agente retirado especializado en operaciones clandestinas para el gobierno estadounidense, trataba de llevar una vida normal como empleado de unos almacenes de bricolaje.

Sin embargo, tras comprobar los abusos que sufre una joven (Chlöe Grace Moretz) por parte de la mafia rusa, decidía tomar cartas en el asunto y comprobaba que aquel sería su destino: seguir salvando vidas e impartir justicia por su cuenta.

En esta continuación, de estreno el próximo viernes, McCall necesitará toda su destreza para hacer frente a un grupo de asesinos implacables con una relación muy estrecha con su pasado.

«Creo que a Sony le costó un poco convencer a Denzel para hacer una secuela por primera vez, pero la clave radicaba en la calidad del guión», dijo Fuqua sobre el libreto, obra de Richard Wenk. «En la primera parte dejamos guiños al pasado del personaje y la gente quería saber más de él, así que aquí ofrecemos respuestas», agregó.

Una de las partes más destacadas de la trama es la relación casi paternal que establece McCall con un joven afroamericano (Ashton Sanders) que vive en su edificio, a quien anima a seguir esforzándose para convertirse en pintor.

Y, además de orientarle con una serie de consejos vitales, le entrega el libro «Between the World and Me», de Ta-nehisi Coates.

«Ese libro habla de lo complicado que es ser afroamericano en EEUU. Habla de dificultades y estragos, de nuestro lugar en la sociedad hoy día. Denzel fue quien me lo recomendó y aluciné. Es una obra que conecta con la gente y tiene un gran mensaje», explicó el realizador.

Para Fuqua, Washington y McCall poseen similitudes en su forma de ser.

«Las hay, pero solo cuando el personaje no empuña un arma», dijo entre risas.

«La dimensión social de Denzel es increíble. Hoy mismo una joven le contó que hace años descubrió que le había pagado sus estudios, al igual que hizo con otra serie de niños sin recursos. Hoy esa joven es una periodista de CNN. Son cosas que hace en silencio, sin llamar la atención», sostuvo.

Según cuenta Fuqua, Washington aprendió esos gestos directamente de Nelson Mandela: «Un pastor guía desde atrás, no desde la primera línea».

Por eso es tan importante para el director que, a pesar de la acción implacable, la película pivote alrededor de unos personajes ricos y permita la emoción.

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