Del político de ayer al de hoy
En aquellos años, quienes tenían la gracia de contar con atributos com seriedad, carisma, educación, buena oratoria y liderazgo, se entendía que contaban con el perfil perfecto o ideal a los fines de optar por una posición o cargo electivo en la República Dominicana. Los directivos de los partidos políticos, en su afán de posicionar dichas instituciones y obtener el poder, buscaban estos perfiles a como dé lugar. En fin, matriculado el líder del pueblo en un partido y siguiendo sus ideales institucionales; se lanzaban a las calles en busca del voto. Un arduo trabajo político integrado por las estrategias tradicionales de campaña: reuniones con líderes comunitarios, visitas casa por casa en barrios y campos, un acto masivo para dar al pueblo un buen discurso, entre otras. Todo este programa o agenda de trabajo era imposible desarrollarlo de un día para otro, pues, para conocer hasta los rincones más remotos de la circunscripción electoral se necesitaba dedicar mucho tiempo. La realidad actual muestra un escenario completamente distinto al de años atrás, pues, más que la seriedad, carisma, educación, buena oratoria y liderazgo en el perfil del político; el poder económico se impone, o sea, que aquel que no pueda asumir el compromiso económico de una campaña electoral, simplemente no califica. Hoy a quienes dirigen las instituciones políticas, difícilmente se les oye preguntar cuál es la figura valiosa del lugar. No, ya eso no se usa. Ahora la pregunta es si fulano de tal tiene las condiciones económicas necesarias para aspirar. Se sobre entiende que dichas condiciones no necesariamente se traducen en valores morales, sino, más bien, en qué tan llenos están sus bolsillos para gastar sin medidas. Y bien, cuando aparece candidato, quizás faltando unos meses para el día de las elecciones, tratan de hacer en muy poco tiempo lo que se debió hacer en mucho. Por razones como esta es que regularmente a algunos políticos se les oye decir:”Yo gano elecciones el mismo día y la noche anterior”, dejándonos bien claro que compran la voluntad popular con motivaciones en efectivo, alimentos, materiales de construcción, electrodomésticos u otros regalitos. Es lamentable asumir esta realidad de la política nuestra y peor aún, que cambiarla es solo un sueño que algunos tenemos. Por eso, aunque pueda parecer contradictorio, es necesaria la participación de todos los dominicanos que se sientan comprometidos con la Patria; para que arropemos con el manto de la honestidad y la capacidad dichas instituciones, que son en su momento las que dirigen los destinos de la nación, representadas en ese nuevo modelo de nuestra política. vmanuelr@gmail.com