«deGrominator»: Nocivo lanzando y dañino bateando
Por William Perdomo
Lo que estamos viendo de Jacob deGrom con el brazo y el bate es definitivamente extraordinario.
El hecho de tener el repertorio más letal del juego y uno de los bates más fino entre sus pares, lo separan del resto. Es de otra liga.
deGrom no es solamente el mejor lanzador de las Grandes Ligas en estos momentos, sino que también no es un out fácil en el plato.
El as de los Mets de New York en lo que va de temporada tiene marca de 4-2 con efectividad 0.71 y la oposición solamente le batea para .129.
Ha permitido apenas 22 hits en 51 episodios de labor, le han anotado cuatro carreras limpias y tres sucias (siete en total).
Mientras que como bateador tiene promedio de.450 (de 20-9), con cuatro carreras anotadas y tres remolcadas (siete carreras involucradas).
El dueño de un par de premios Cy Young es una versión tipo especie el japonés Shohei Ohtani, de los Angelinos de Anaheim.
Lo que el nipón está haciendo, con el brazo y bate, no lo ha hecho nadie desde Babe Ruth.
Pero, Ohtani no es tan buen lanzador como deGrom, ahora mismo, no hay nadie mejor que el derecho neoyorquino.
La efectividad de Jacob deGrom de 0.71 es la mejor para cualquier lanzador calificado al finalizar mayo desde Chris Short (0.64) en 1964.
También, es la cuarta mejor luego de ocho aperturas para empezar una temporada (desde 1912 en la Liga Nacional y 1913 en la Liga Americana), según el Elias Sports Bureau.
En su más reciente salida, el lunes 3 de mayo en el Chase Field de Arizona, parecía imposible batearle, atacó la zona de strikes con fuego, tiró 27 lanzamientos de 100 o más millas por horas.
Cuando está en la loma es un martirio constante que no conoce el término piedad para sus adversarios.
En los primeros cuatro episodios de ese juego, el dos veces ganador del liderato de ponches, hizo 10 pitcheos de 101 mph o más.
En la era del seguimiento de los lanzamientos (desde el 2008), ningún abridor ha superado esa marca.
Lo que estamos presenciando de «deGrominator» en esta campaña es una combinación histórica de velocidad legal y bateo peligroso.