Déficit de credibilidad financiera

 

A medida que se acumulan los déficits fiscales en las finanzas dominicanas producto del incremento de los gastos devengados irresponsables frente a los ingresos percibidos, no por incremento de los precios ni por un aumento en el volumen de bienes y servicios adquiridos, sino debido a la aplicación de  una política desmedida en el agrandamiento del aparato estatal.

También por el incremento de los gastos tributarios por más de RD$200,000 millones, por el clientelismo político, duplicidad de funciones estatales, nóminas parasitarias, aumento de la deuda pública para cubrir los señalados faltantes de fondos financieros de forma reiterada, creciente corrupción administrativa y por una deficiente administración tributario, originando desconfianza en las finanzas públicas por parte de los agentes económicos y público en general.

Se podrán aplicar las más modernas técnicas presupuestarias y los resultados serán negativos si los ingresos estimados no se asignan a rubros reproductivos o que agreguen valor positivo al crecimiento y desarrollo económico y social del país.

La falta de un superavit primario sostenido y suficiente (ingresos  menos gastos sin incluir los intereses) que no garantice cubrir los compromisos asumidos por el servicio de la deuda inducirá a recurrir a nuevos a endeudamientos.

Y nuevos y variados préstamos se traducen en deuda pública e impuestos que al final debe pagar el pueblo en general afectando de forma directa al ciudadano más vulnerable.

Todo presupuesto debe incluir un saldo mínimo de efectivo o meta de ahorro a los fines de enfrentar los imprevistos y destinar parte de dichos ahorros en inversiones reproductivas a favor de toda una población ávida de satisfacer sus necesidades más perentorias.

Se escuchará decir que menos de un 50% de deuda respecto al PIB y menos de un 40% de déficit fiscal respecto a los ingresos tributarios es sostenible y que el Estado es inconmensurable en la captación de ingresos provenientes de impuestos y gravámenes pero lo que no se podrá decir es que ambos índices no repercuten en la calidad de vida de los ciudadanos ya que un mayor endeudamiento y un mayor déficit en las finanzas públicas conlleva a mayor endeudamiento y por ende mayor costo de capital, riesgo y baja calidad de vida.

El endeudamiento es saludable siempre que los fondos provenientes de más préstamos se inviertan en obras reproductivas cuya rentabilidad se situé por encima del precio del dinero.

Es un error o engaño el propalar que toda deuda es buena y que un faltante de caja se compensa con más préstamos e impuestos, cuando se sabe que el gasto debe ser de calidad cuando se reorienta a mejorar la calidad de vida de toda una población.

El hecho de llevar presupuestos es sinónimo de planificación y control, funciones básicas de una buena y eficiente gestión administrativa. No es verdad que registrando faltantes o déficits de recursos de manera continua puede ser positivo para las finanzas públicas o privadas cuando lo correcto sería que en cada período fiscal o contable las mismas arrojen excedentes que se convertirán en ahorros y posteriormente en inversión.

Se podrá argumentar que las deudas envejecen y con ellas se deprecia o se devalúa el dinero a través del tiempo pero no menos cierto es que el riesgo país aumenta lo cual se verifica a través del aumento de la prima de riesgo que se aplica a la emisión de  bonos soberanos o emisión de deuda a largo plazo.

De manera que cuando se disparan los signos vitales de la economía de un país es menester salir rauda y veloz en su auxilio ya que en lo inmediato surge el temible déficit de credibilidad o falta de confianza en el manejo de sus finanzas lo cual delata la falta de capacidad administrativa de sus autoridades y, eso es precisamente lo que hoy se respira en la República Dominicana.

Cuando en una empresa el Consejo Directivo pierde credibilidad entre sus accionistas o dueños, estos últimos, procurarán en el acto pedir la destitución los integrantes de dicho consejo y es lo que precisamente hará el pueblo dominicano el próximo 15 de mayo venidero votando a favor de la sustitución de las actuales autoridades por un conjunto de hombres y mujeres que apliquen una política económica-financiera distinta, dirigida a mejorar o superar las condiciones de abandono que padece el pueblo desposeído para pasar a ser un pueblo merecedor de mejor suerte.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

jpm

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