De un impedimento físico, al éxito en la natación
SANTO DOMINGO.- “El solo hecho de levantarme e irme a la cama con las fuerzas para caminar, es suficiente para ser un gran día mi vida” son las palabras de Lourdes Alejandra Aybar, quien es ingeniera industrial, nadadora y miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Hace aproximadamente año y medio que Alejandra, por su delicada condición de salud, recibió una indicación médica que la obligaba a realizar ejercicios. Desde entonces se unió al equipo de natación, donde ha obtenido logros significativos para la República Dominicana.
“Desde que entré a la piscina aún sin saber nadar, fue amor al primer contacto. Siento que el Señor me devuelve en el agua una libertad física que en ningún otro espacio puedo sentir, donde no necesito un bastón y donde no siento ningún tipo de dolor” expresa Aybar.
Alejandra, a sus 28 años, participó por primera vez en la Serie Mundial de Natación Paralímpica, en la Universidad de Indiana, Indianápolis, celebrada el pasado 11 de junio, donde conquistó medalla de bronce en los 50 metros mariposa con un tiempo de 49 segundos y 64 centésimas. Quedó cuarto lugar en los 100 Metros libre, y quinto lugar en los 400 metros libre.
“Sin duda fue algo más de lo que esperaba, dijo al preguntársele sobre su experiencia en la Serie Mundial de Natación Paralímpica. “Llegar a la final por sí sola fue un milagro, puesto que me encontraba compitiendo contra las mujeres más veloces del mundo en mi categoría”, continua diciendo entre risas y asombro. “Los resultados de esa competencia me colocaron entre las 15 mujeres más rápidas de mi categoría”, concluyó.
Con este triunfo, la joven oriunda de la provincia Azua de Compostela, clasificó al mundial de México, que será celebrado del 30 de septiembre al 6 de octubre del presente año.
Sus entrenamientos se componen de dos partes: ejercicios de tierra y prácticas en piscina de 4-5 horas diarias, a pesar de haber nacido con osteogénesis imperfecta, enfermedad ósea, la cual hace que sus huesos sean frágiles. No existen barreras para ella, ya que su meta será prepararse para ir al mundial en México, llegar a la final y con ese resultado darle inicio al ciclo para ir a Tokio 2020.
“Conocer el Evangelio cambió mi vida, le ha dado sentido”, son las palabras de Alejandra, a medida que recuerda las delicadas operaciones por la cual su cuerpo ha sido sometido, debido a múltiples fracturas en sus piernas y columna.
Crecer bajo las normas de la Iglesia le ha ayudado a desarrollar el amor por su familia. A la vez, dice estar agradecida del Padre Celestial por ellos. Aprendió que en la planificación esta la base de todo. “Lo que el Señor hace es perfecto incluyendo las 24 horas que tiene un día”, añade mientras sonríe.
En su corta carrera, la nadadora paralímpica ha participado en múltiples eventos de natación, obteniendo varias medallas y estableciendo records, como sucedió en la “Invitacional Nados Largos Naco”. Allí compitió por vez primera con atletas sin discapacidad en la carrera de los 200 metros libre, donde registró un tiempo de 3:37 min/seg, obteniendo el primer lugar.
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