De reos e internos
Resulta que lo que deber ser lo reglamentario, por respeto a la condición humana de los reos, es privilegio que irrita y abre aun más la brecha entre unos y otros, para recordarnos que ni en las peores circunstancias somos iguales
Resulta que estar en prisión sin tener acceso a las más mínimas condiciones de seguridad y claro ni pensar en comodidad, es la regla pese a que las reformas encaminadas o logradas buscan mantener la esencia de gente de los internos o eso dicen los partes de prensa
Es que estamos metidos en estos espacios de denuncias sobre maltrato a reclusos, torturas, negación de asistencia médica, tal como gritaba una madre sobre su hijo aferrada a una verja en la cárcel de Najayo
Por eso, interno, el nuevo nombre de los reos, parece más eufemismo que realidad, en un sistema en el que sus ciudadanos, hasta los libres, sienten que sin tratados como meros desechos, con poca o ninguna utilidad
Por eso, por la situación en la que viven miles de infelices entre rejas, choca a la población escuchar sobre privilegios para los acusados de aceptar sobornos de la constructora brasilera Odebrecht
Cierto o no que les han permitido cómodos colchones, muebles caros y acondicionadores de aire, la verdad es que deprime como los presos, sobre todo, los de estratos más bajos superviven en esos lugares, reitero, pese a las reformas
Las redes sociales bombardean en el espíritu con mensajes como que mientras César Sánchez tiene la posibilidad de ser recluido en un centro médico, otros padecen en un reclusorio
Mas, lo criticable no es que ese imputado haya sido llevado a una clínica, al contrario, es lo correcto, porque el Estado está obligado a preservar su salud, sea inocente o no. Lo repudiable es que no pase con todos los demás
JPM