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Danilo, su discurso y el futuro
Creo que el discurso del Presidente Danilo Medina ante la nación y el Congreso fue brillante, muy estudiado y con datos precisos de nuestra deuda y situación fiscal, pero no nos saca del asombro el hecho de que no quiera tocar la necesidad de cambiar el modelo económico actual con medidas coyunturales económicas para salir de la pobreza como él y todos queremos y poder hacer de Quisqueya una nación moderna y próspera.
Lo que parece no comprender el Gobierno es que la propia dinámica del modelo actual requiere de dosis crecientes de inflación con caídas reales del tipo de cambio y de los salarios para mantenerse como capitalismo salvaje.
El modelo económico desde el 1996 sigue estático porque rinde frutos políticos aunque condena la competitividad y las exportaciones de nuestros productos no tradicionales, que siguen cuesta abajo.
Colegas me dicen que la inflación subirá en el 2015 a más del 4.5%, que el dólar se estabilizará en 45.80 x 1 y el salario real tendrá un poder de compra de 15% menos.
Es lo que se ve venir, aunque lo tapen o quieran achicar las bocinas pagadas que disfrutan de las mieles y de los cargos, con los sueldos más lujosos del planeta.
En Ecuador bajan los sueldos y aquí le suben dietas, representación y demás ayuditas.
La lucha por la distribución del ingreso nacional ya es un hecho.
Esto es una selva de intereses.
La política económica que actualmente se está aplicando tiende a la concentración del ingreso en detrimento de la inmensa mayoría de la población porque limita artificialmente la competencia y deja a los consumidores indefensos ante los abusos de los sectores comerciales, que los esquilman con productos de baja calidad y precios desorbitantes.
Con su discurso, Danilo Medina justifica que él es benevolente y que no puede cambiar un sistema heredado que ha hecho metástasis, en solo 3 años de su gestión.
Es como si creyera, que solamente él quiere que la gente salga de la pobreza, en su retórica, pero el sistema actual no lo deja.
Pero decir que uno quiere que la gente no sea pobre no alcanza: Hay que aplicar políticas públicas que le permitan a la gente salir de la pobreza y vivir del esfuerzo propio.
Para ser benevolente también se requiere de una dosis de eficiencia. Y no es justamente la actual política económica la que alcanza el objetivo declamado por el presidente.
En estos últimos 20 años, en el país se ha ido instalado un infierno de resentimientos, odios, revanchas y arbitrariedades. Estamos politizados todos.
Creemos que “mi partido” será la solución y pasamos desde Balaguer con el PRSC, al PRD, para terminar con el PLD, y ahora los otros partidos que no han subido al poder, dicen que son ellos, “la solución”, sin un Quirino.
Con este rumbo de esperanzas ambivalentes, no sólo no hemos salido del infierno, cada vez nos metemos más en los conflictos de ambicionar lo del otro y de tumbar al otro para ponerme yo.
Solución: Se requiere un cambio en la lógica de nuestra producción y empleo.
Irnos a un modelo exportador es lo ideal, permitiendo mayores importaciones y agregar nuestro talento original al servicio o producto y competir en mercado.
Así podremos poner a trabajar a la gente. Es lo que planteo en esencia. El modelo es más empleo, pues estamos ante una crisis del sistema capitalista que se produce por las contradicciones intrínsecas del sistema.
No nos viene de afuera, está en los nudos del mismo sistema, por lo que defender al capitalismo es sostener también esta lógica perversa basada en la explotación del hombre, en su degradación y miseria y no soy comunista, ni estudie con rebeldes en la autónoma universidad “UASD”, ni me deje influenciar de Marx, el Che, o Weber. Me crié desde los 11 años en la nación más capitalista y que da más ayuda a los pobres y que fomenta el empleo.
La realidad en R.D. desde 1930 hasta hoy, sin embargo, con los modelos usados como el sistema de sustituir importaciones, globalizarnos, una especie de perestroika populista y socialista o lo que Ud. quiera llamarla, se reduce a:
¿Tiene trabajo la gente y pueden vivir sin ser marginados o subsidiados con lo que recibe?, es lo que debemos mirar.
Cambiar el modelo toma tiempo, pero podemos empezar con normas legales que fomenten el empleo, debe subsidiarse al que dé empleo y mucho, para que se garantice la estabilidad laboral, se generen aumentos salariales reales, y se determine que ante el cierre de establecimientos privados o públicos sean los trabajadores u otros emprendedores con bragueta, quienes continúen con la explotación, con préstamos blandos, con un reparto de las horas de trabajo sin merma salarial; mayor democracia sindical; garantizar un salario o entradas igual a la canasta familiar para ocupados y desocupados entre otras cosas, sería lo ideal para comenzar.