Danilo Medina y la hora de los verdaderos gobiernos del PLD
Por: RAFAEL ACOSTA
Hay situaciones que por más que uno se las explique a los “compañeros”, nunca terminaran de entenderlas. No importa lo sencilla que sea la explicación, te responden con un “entiendo”, pero en el fondo no lo asimilan. Tal y como pasa, cuando algunas personas tienen parásitos en el estómago y los nutrientes que se ingieren con los alimentos no son asimilados por el organismo, debido a que los parásitos se quedan con estos nutrientes, sin importar lo mucho que se pueda comer. Hay situaciones que para asimilarlas, se necesita vivirlas.
La membrecía actual del PLD está compuesta por muchos “compañeros” que no han recibido la educación política con la que se formó este partido, donde ésta era concebida como “el estudio de la sociedad más la práctica política”.
La práctica diaria nos transformaba en personas objetivas, sinceras, humildes y desprendidas. Veíamos a los demás compañeros como hermanos. Adquiríamos vocación de servicio y capacidad de sacrificio, que nos llevaba a colocar los asuntos personales en un segundo plano, supeditado a los asuntos del partido. Al visitar un pueblo u otro país, no buscábamos a los parientes sanguíneos, buscábamos a los compañeros, y en ellos encontrábamos la solidaridad que necesitábamos.
Y es que la rutina semanal de un miembro de un organismo de base implicaba: una reunión semanal con su organismo; una reunión semanal con el organismo que asesoraba; una y a veces dos asambleas semanales para explicar procedimientos, metodologías y líneas a seguir, o evaluar planes de trabajos, de finanzas y/o propagandas; uno o dos esfuerzos concentrados de finanzas (pedir dinero con un jarrito o vender boletos), propaganda, recoger firmas para reconocimientos ante la JCE (en esta etapa, los esfuerzos eran viernes, sábados y domingos) y había que sacar un espacio para repartir, cobrar y discutir nuestro periódico “Vanguardia del Pueblo” con los lectores, así como para cobrar las cotizaciones; ocasionalmente había que hacer servicio en la Casa Nacional y participar en actividades generales convocadas por la Dirección del Partido.
A mayor jerarquía, mayor responsabilidad, los Activistas tenían que viajar muchas veces al interior y los Secretarios de Propaganda de la Direcciones Medias, debían buscar y luego pagar el periódico en la Casa Nacional; Los miembros del equipo de seguridad tenían que hacer dos servicios nocturnos en la oficina y la vivienda del presidente como también viajar a los pueblos del interior cuando este se desplazaba (que conste que en ese entonces no existía la hoy reconocida “logística”). Después de todo eso cada uno atendía su trabajo, profesión u oficio personal; estudiaba en el liceo u universidad y/o atendía a su familia.
Esa práctica continua, junto al estudio de la sociedad, constituían la base de la educación política. Los compañeros girábamos alrededor de la organización, nuestros amigos en el liceo, en la universidad, en el trabajo o en el barrio eran nuestros compañeros y trabajábamos como hormigas para formar el partido que sirvió de base a lo que hoy conocemos como PLD.
En las conversaciones y debates, era frecuente escuchar hablar de las deformaciones propias del sector social, al cual pertenecíamos la mayoría de nosotros (la pequeña burguesía). Con la ayuda de la crítica y la autocritica, que eran obligatorias en la agenda de cada reunión, junto a la educación, evitaban que los compañeros fuéramos presa y nos dejáramos llevar de esos vicios.
Los intereses personales e individuales se sometían al interés general.
SERVIR AL PARTIDO PARA SERVIR AL PUEBLO
Don Juan escribió que nuestra historia estaba llena de saltos y asaltos, por esa razón su empeño y el del partido, de que sus miembros conocieran su historia sin pasión y con objetividad; analizando en cada caso las razones de clases que generaban los hechos.
Con el profesor aprendimos como unos pocos dominicanos utilizaron las guerras patrias para ascender social y económicamente, sin importarles en lo absoluto la suerte de nuestros nuestro país. Don Juan explicaba la razón de ser del Partido de la Liberación Dominicana, de continuar y profundizar la obra inconclusa de los padres de nuestra nacionalidad a través de la Liberación Nacional donde los intereses de la sociedad estén por encima de los intereses personales.
Esa mala práctica de la política de unos pocos (porque la guerra en el fondo es una expresión de las luchas de clases) fue creciendo paulatinamente y Don Juan se percató e insistió, en que la política era para servir, no para servirse, y por esa razón abandono al PRD y fundo al PLD, porque ese partido no estaba en condiciones de servir.
En la década del `70 existía en la mayoría de los dominicanos la creencia de que para crecer social y económicamente había que estudiar. Recuerdo que vivía en el barrio de Gualey, y allí solo había un estudiante universitario, todos lo admirábamos y respetábamos. Posteriormente a esa forma de pensar, se le agrego la de viajar, estaban “acabando” los “dominicanyork” y entonces se pensaba que para ascender, había que viajar. A esto más adelante se le agrego la “fiebre de la pelota”, se ascendía si se lograba que un hijo o familiar firmaran en grandes ligas.
Hoy, lamentablemente, una parte importante de la sociedad dominicana cree, que para ascender social y económicamente, la política es el medio. Si se quiere “progresar” se necesita un nombramiento o una designación en un punto que te pueda “forrar” y “ayudar” a tu familia.
La idea de servir ha naufragado y con ella el sueño de los padres fundadores de nuestra nacionalidad.
Hoy el clientelismo ha copado la actividad política. Se hace necesario un cambio de norte.
EN BUSCA DEL CAMINO PERDIDO
Los gobiernos del PLD han sido los mejores que haya tenido nuestro país y “como no hay mal que por bien no venga” también tiene sus manchas, aunque las luces las superan con creces.
Al Dr. Leonel Fernández, le toco la difícil tarea de gobernar el país en la era de la transición, y a pesar de todas las dificultades que se le presentaban, pudo cambiar el rostro del país y motorizar el crecimiento de nuestro PIB como ningún otro gobernante.
Asumo que el Dr. Leonel Fernández se desempeño y se desempeña como presidente del Partido, fiel a los principios que nos dieron origen; y que es consciente de su papel y responsabilidad con los fundadores de nuestra nacionalidad.
La etapa de la transición ya paso, y con Danilo Medina, empiezan los verdaderos gobiernos del PLD, y en lo sucesivo, es nuestra la responsabilidad de apostar en la dirección de terminar la obra de los fundadores de la nacionalidad, garantizando que las ejecuciones del gobierno se hagan para servir, colocando el interés general por encima del personal y que la política sea un acto noble y de servicio, no de servirse.
Hoy se ve una luz al final del camino. La gestión gubernamental del Presidente Danilo Medina, está contribuyendo a cambiar el paradigma de la política y los políticos dominicanos.
Zúrich, Suiza