Abinader entrega muelles en Río San Juan y Cabrera para la pesca
Primer Ministro Haití seguirá en Puerto Rico, su futuro es incierto
Gonell Cosme destaca respaldo industria creativa a la reelección 
San Luis, Mendoza y Patriotas dominan Copa Seaboard Beisbol
Embajador RD se reúne con ministro Exteriores Arabia Saudita
CHILE: La caída de “Los Trinitarios”
Inicia el viernes la serie semifinal del TBS de la provincia de SD
Billy Horschel es el campeón del Corales Puntacana Championship
Reeligen a Mario Alvarez Soto en presidencia Club Deportivo Naco
Amnistía Internacional también fustiga a RD por trato a haitianos
Cientos profesores dominicanos exigen aumento salarial y mejoras
Minerd lamenta escuelas hayan sido afectadas por paro de ADP
Danilo Medina significa la muerte por guillotina, Leonel por silla eléctrica
New York.- En su estrategia continuista, el PLD busca colocar al pueblo dominicano a decidir entre la muerte por guillotina o la muerte por silla eléctrica, que es lo mismo que decidir, de cara al 20/20, entre la reelección de Danilo Medina y el regreso al poder de Leonel Fernández.
Ambos, como toda su cúpula partidaria, son responsables de la emergencia y consolidación de un modelo económico depredador, salvaje, que ha llevado al país a ser uno de los más corruptos a nivel mundial, uno de los más desiguales socialmente; uno con los peores rendimientos en el ámbito educativo; a ser un país tan inseguro como la capital de Afganistán; con mas muerte en accidentes de tránsitos y el segundo país en la región con la tasa más elevada de muerte materna.
A esto, habrá que agregarle el deshonroso lugar que ocupamos a nivel mundial en feminicidios. La guillotina de Danilo y la silla eléctrica de Leonel significan, además, una política salarial que tiene al 80% de los dominicanos/as que trabajan dependiendo de unos ingresos mensuales por debajo de los 20 mil pesos, en un país donde la canasta familiar para cuatro personas ronda los 30 mil pesos al mes.
La disyuntiva trágica que el PLD quiere imponerle al pueblo es responsable de que más del 40% de nuestros jóvenes ni estudian ni trabajan y casi el 70% se quiere largar de un país donde sus gobernantes les cierran las posibilidades para una existencia digna y un futuro mínimamente asegurado, mientras que esas mismas autoridades hacen desaparecer, como por arte de magia, más de 95 mil millones de pesos del erario cada año producto de la corrupción.
Son ellos quienes han endeudado hasta la coronita a la nación. Sólo en deuda externa hoy nos han situado en casi 30 mil millones de dólares, cuando en el 2004 la deuda externa estaba situada en 2 mil setecientos millones, la cual también era alta para entonces.
La deuda pública del gobierno, que incluye la deuda externa, supera hoy los 45 mil millones de dólares, lo que representa el 55% del producto interno bruto (PIB). Debemos de saber, que el alza constante en los impuestos guarda relación con la búsqueda de dineros para el pago de intereses, amortizaciones y capital de las deudas del Estado, con la agravante de que una parte importante de los ingresos fiscales del gobierno se lo lleva la corrupción.
Por eso, cuando la gente solicita la construcción de obras necesarias y de políticas públicas responsables socialmente, de recursos para mejorar los niveles educativos y de salud del pueblo, para desarrollar programas integrales en la lucha contra la inseguridad ciudadana, (para solo mencionar algunos ejemplos), simplemente los cuartos no aparecen. Y en este modelo económico impuesto por quienes representan la muerte por guillotina y la muerte por silla eléctrica, encontraremos la razón causal fundamental.
La farsa y cruel disyuntiva a que nos quiere someter el partido oficial no tan solo hay que rechazarla, sino también derrotarla con la movilización y resistencia ciudadanas, con políticas de oposición partidarias real y sin dobleces y con una clara voluntad de construir y hacer converger a las fuerzas sociales y políticas interesadas en derrotar la mafia morada para producir el necesario y urgente cambio democrático que demanda la sociedad.