¿Cuál diálogo?
He oído decir que aquí se lleva a cabo una especie de diálogo político, social y económico en el que participan Gobierno, partidos, Congreso, empresariado y sociedad civil, cuyo mediador es Agripino Núñez Collado. ¿Cuál diálogo?
Me han dicho que esas conversaciones se realizan en dos escenarios, uno relacionado con las gestiones para un Pacto Eléctrico y el otro para consensuar las designaciones de los miembros de la JCE y jueces de las Altas Cortes. Insisto: ¿Cuál diálogo?
Lo que sabido es la creación por parte del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) de un instrumento de presión política denominado “Iniciativa por la Consolidación Democrática”, que se instituye después que el presidente de ese gremio proclamo que aquí colapso el sistema electoral.
También me enteré de la advertencia del presidente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), de que aquí no habría gobernabilidad a menos que se acepte su reclamo de despedir a todos los miembros de la JCE y de las Altas Cortes.
He leído todos los periódicos y escuchado los principales noticiarios de TV, sin encontrar ningún juicio de valor emitido por el Conep o el PRM sobre la charla ofrecida pronunciada ante la Cámara de Comercio por el director de la DGII, que abordó el tema de fiscalidad.
También supe que el candidato perdedor viajó raudo y veloz a Washington para escuchar en “vivo” el informe de la Comisión de Observadores de la OEA, sobre las elecciones de mayo 15, para desde el mismo lugar decir que ese organismo certificó que hubo fraude, lo cual es una mentira.
Todos estamos enterados también de que al otro día, la cónsul general de la embajada americana visitó al presidente de la JCE para ponerle un matasello de Cancelado sobre el visado de ese funcionario del estado dominicano, una acción que tendría conexión con el viaje de la víspera a la sede de la OEA y con las declaraciones de mucho antes sobre el colapso electoral. ¿Cuál diálogo?
¿Por qué sembrar un dialogo político sobre la amenaza de desestabilizar la gobernabilidad? ¿Cómo hablar de “consolidación democrática”, al tiempo que se presiona al Congreso para que violente su propia legalidad? ¿Por qué el candidato perdedor insiste en el rol de gatita de María Ramos?
Desde la oscuridad se mantiene una campaña interna y externa contra el proyecto Punta Catalina, pero se negocia para que el Gobierno sede esas plantas al sector privado, una vez estén concluidas. ¿Porque el Conep no incluye en ese diálogo democrático, el tema de la fiscalidad? ¿Cuál diálogo?