Crítica de cine: «La Isla Mínima»
No puedo negar que «La Isla Mínima» empieza bien, pero, así como comienza, se va apagando. Y se va apagando, sencillamente, porque los enlaces entre planos sueltan los detalles de la trama tan a propósito, que solo hay que observar con precisión para darse cuenta de que este thriller va hacia una sola dirección: a lo predecible.
El caso se origina en los años 80 en España, donde dos detectives de personalidades disparejas e ideologías opuestas son enviados a un remoto pueblo del sur, específicamente en las marismas del Guadalquivir en Andalucía, con el fin de investigar la desaparición de dos chicas adolescentes.
Sin embargo, las pistas son ambiguas; y como las personas de la comunidad se hallan ancladas al pasado del franquismo, no le queda más remedio que buscar el cruel asesino usando la perspicacia, mientras batallan con los fantasmas de su pasado.
Aquí el relato detectivesco de los policías españoles Juan Robles (Javier Gutiérrez) y Pedro Suárez (Raúl Arévalo), es una prueba exacta de una narrativa común de neo-noir. Ellos llegan, hay un crimen, hay un matador, caso abierto, caso cerrado. Todo un copy-paste de la fórmula de las películas policíacas del género del crimen. O sea, ellos (los policías) no salen a buscar el homicida, sino que el homicida va donde ellos.
Esa es la principal razón por la cual surge el problema de la película: el suspenso de la investigación se torna lento porque no desarrolla las acciones ni las características de personalidad de los personajes, y la trama no le da sentido al estudio de Juan y de Pedro más allá del planteamiento de la pesquisa. Además de que el conflicto entre ambos carece de tensión alguna debido a las interpretaciones sobreactuadas.
Desafortunadamente, podrá haber misterio junto a una estética visual atmosférica y un subtexto sociopolítico, pero no me resulta tan cautivadora como esperaba. Por encima de ser un drama criminal estrictamente superficial, da demasiado vueltas para encontrar pistas que arriban en una conclusión esperada, y, más que nada, torpe.
Ficha técnica:
Duración: 1 hr. 45 min.
País: España
Director: Alberto Rodríguez
Guion: Alberto Rodríguez, Rafael Cobos
Música: Julio de la Rosa
Fotografía: Alex Catalán
Calificación: 5/10