Cría cuervos y ………..
En todas las actividades en las que participamos, bien sean de trabajo, de negocios, familiares, amistosas, sociales, culturales, deportivas, religiosas, políticas, en fin, sin importar su índole o carácter, es muy probable que tengamos un ingrato sentado a la mesa.
Y es que la ingratitud subyace en los hombres; es algo innato, que corre en su torrente sanguíneo como una semilla infernal que, aunque no en todos los seres humanos llega a germinar y a crecer, si lo hace de manera preponderante en una gran parte de la población.
Es tan así, que el pecado que más aflige a nuestro Creador es la ingratitud; él, la sufrió en carne viva.
Uno de los tantos episodios que relata la Biblia en los que la ingratitud se pone de manifiesto esta en Lucas 17: 11-19 Reina Valera, en cual comparto a continuación.
11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.
12 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos
13 y alzaron la voz, diciendo: !!Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.
15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz,
16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.
17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?
19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
Hoy por hoy la ingratitud anda por sus fueros, creciendo como la verdolaga, a diestra y siniestra, resquebrajando la confianza, los afectos, echando por el suelo la moral, la ética y los principios y en la actividad política está uno de sus mejores escenarios en dondes ejemplos hay de sobra.
Y mi natal San Cristóbal no se queda atrás; hay que sacarle su plato aparte, hay muchos ingratos sentados a la mesa.
“Cría cuervos y te sacarán los ojos.”
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