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Cosas de San Cristóbal: Acerca del Monumento Ecuestre a Trujillo (1)
La idea de edificarle un monumento laudatorio al general Rafael Trujillo Molina en su San Cristóbal natal, provenía desde el año 1934, apenas cuatro años después de haber asumido el Poder Ejecutivo.
Para esas fechas se constituyó un comité ad hoc y gran parte de los fondos recaudados para la obra provinieron de la venta de unos botones metálicos distintivos que tenían grabado el rostro del gobernante, en varios colores según el precio: azules, rojos y blancos; quizás significando los de la bandera nacional.
El gobernante, quién era muy joven en edad, además de tener poco tiempo en el poder público, desestimó el propòsito y sugirió u ordenó, que los dineros recaudados por dicho concepto fueran destinados a contribuir con la construcción del parque o plaza Central, hoy conocida como Plaza de la Constitución.
Los trabajos de este lugar fueron dirigidos por el ingeniero Escaroina, la misma persona que diseñó y construyó el edificio del Ayuntamiento local.
Es oportuno señalar, antes de proseguir con el caso específico que nos ocupa, que en este año, 1934, el Partido Dominicano celebró en San Cristóbal su convención Nacional, escogiendo a Trujillo como candidato Presidencial y a Jacinto Peynado, candidato Vicepresidencial. De manera que, con esto, vemos como dicho gobernante se hizo imprescindible para muchos connacionales.
En la realización del proyecto de construcción de la plaza Central se contempló la erección de un pedestal en granito frente a la avenida Constitución, el que conocemos, y cuando Trujillo supo que estaba destinado para soportar una imagen en busto de su persona se molestó y recomendó que se colocara la de cualquier persona de reconocido valor histórico, menos de él.
Y así tenemos la razón por la cual en nuestro parque Central, contrario al resto del país, nunca existió un busto o estatua de Trujillo y sí la del almirante Cristóbal Colón, descubridor de estas tierras para la Madre Patria, colocada en el pedestal que se levantó para la figura del gobernante.
De manera que con esta sencilla muestra vean como el Generalísimo, en su primer gobierno, llegó a resistirse a la asfixiante labor de áulicos y alabarderos que para halagarle y quizás lograr sus favores, quisieron honrarle en plazoletas, avenidas y calles, edificaciones, etc. Propósito este que lograron, en mucho, a partir de su segunda gestión gubernativa y que aumentó progresivamente hasta la desaparición del régimen.
Para finalizar con esta entrega les digo que, en el año 1928, siendo Trujillo Jefe del Ejército, en la ciudad de San Francisco de Macorís se le colocó su nombre a un parque o área de esparcimiento. Entonces, vemos que, aún sin ser presidente del país, ya estaba siendo homenajeado por muchos dominicanos.
JPM